El Surne Bilbao Basket ha sumado este domingo su tercer triunfo del curso al derrotar por 80-76 al Monbus Obradoiro en un encuentro en el que su rendimiento ha ido de menos a más. Los de Álex Mumbrú han arrancado endebles, sobre todo en ataque, y han tenido que nadar contra la corriente prácticamente hasta el descanso ante un conjunto gallego peleón pero que, por contra, ha ido diluyéndose con el paso de los minutos por su escaso acierto desde la línea de 6,75.

La dispar trayectoria de ambos equipos ha cristalizado en un cuarto final igualado en el que los anfitriones han jugado mejor sus cartas. A los de Moncho Fernández les han pesado los problemas de faltas de Laurynas Birutis y Thomas Scrubb y la sequía anotadora de Henry Ellenson, Ángel Delgado ha resurgido cuando más falta hacía y un triple de Valentin Bigote ha acabado colocando el tranquilizador 76-70 a 27 segundos del final.

Pero nada de eso habría sido posible sin el notable partido de Ludde Hakanson, el jugador más en forma de los 'hombres de negro'. El sueco ha sido el pilar ofensivo del equipo vizcaino en los peores momentos del duelo, la única opción atacante capaz de generar ventajas durante la mayor parte de la contienda y sus 21 puntos con notables porcentajes han sido vitales para que la matinal acabara de forma exitosa porque a su estela solo Bigote ha llegado a los dobles dígitos en anotación, con once.

MALA PUESTA EN ESCENA

Pese a que fue Rafa Luz el que inauguró el marcador con una bandeja, el arranque del duelo fue totalmente aciago para los anfitriones. Nulos en ataque por culpa de una horrible circulación de bola y poco intensos en defensa, el 2-11 con solo tres minutos disputados y con Kassius Robertson anotando ya nueve puntos obligó a Mumbrú a parar el partido. El Surne Bilbao Basket era un equipo grogui, sin el más mínimo criterio ofensivo, por momentos acelerado y en ocasiones atascado. Las prestaciones defensivas mejoraron y la efectividad gallega descendió, pero ni siquiera el hecho de dejar al rival en cinco puntos durante siete minutos sirvió para equilibrar el luminoso, aunque el 12-16 al término del primer cuarto podía considerarse la mejor noticia a esas horas de la matinal.

Y es que los 'hombres de negro' no conseguían enlazar minutos de rendimiento sostenido. Otra mala puesta en escena permitió al Monbus Obradoiro poner pies en polvorosa en el marcador (12-23) de la mano de Filipovity en apenas 120 segundos, obligando a los locales a nadar en contra de la corriente. No era que los de Moncho Fernández estuvieran jugando de maravilla, simplemente eran los tuertos en el país de los ciegos. El rendimiento de los visitantes fue bajando enteros. Birutis hacía daño por dentro, pero sus tiradores empezaron a fallar como escopetas de feria, lo que permitió a los locales, aunque fuera a trompicones, ir recuperando el terreno perdido hasta ponerse por delante en el marcador (32-31) gracias a un triple de Hakanson a 2:44 del descanso. Parecía que el arreón anotador del sueco iba a permitir a los de Mumbrú llegar en ventaja al ecuador de la contienda, pero el veterano Albert Oliver salió al rescate de los suyos para establecer la igualada a 40 puntos.

INTERCAMBIO DE GOLPES Y ERRORES

En la reanudación, el Obradoiro salió con la intención de hacer valer a Birutis, superior a Jeff Withey, en las distancias cortas hasta que el lituano tuvo que abandonar la cancha al cometer su tercera personal. Sin embargo, los locales tampoco salieron ganadores en el enfrentamiento entre Viny Okouo, autor de nueve puntos seguidos, y Delgado, con el público enfadado por el dispar criterio arbitral en las distancias cortas. El Surne Bilbao Basket no se desconectó del partido porque Hakanson siguió enchufando y los gallegos siguieron fallones desde la distancia de tres puntos y gracias al trabajo de Regimantas Miniotas, jugando de 'cinco' junto a Gytis Masiulis, y a un pequeño arreón de Andrew Goudelock, demasiado desconectado del juego, llegó por delante a los diez minutos finales (60-57).

Oliver continuó dispuesto a amargar la vida al conjunto vizcaino, pero las cuartas faltas de Birutis y Scrubb metieron en un problema al Obradoiro. La efusividad de Delgado en las cercanías de la canasta gallega empezó a rendir dividendos a los locales, que tras un triple de Luz y una bandeja de Hakanson se colocaron con un esperanzador 73-65 a 2:55 del final. Un triple de Robertson tras rebote ofensivo aportó pimienta al final, sobre todo cuando Delgado falló dos tiros libres. Oliver colocó el 73-70, Hakanson falló un triple, Oliver tampoco acertó en el siguiente ataque y fue finalmente Bigote el que sentenció desde la línea de 6,75 a 27 segundos del final para poner el candado a una victoria que aporta muchísimo oxígeno a los necesitados pulmones del Surne Bilbao Basket.