LOS dos últimos fines de semana competitivos han provocados daños estructurales muy serios a las opciones de permanencia del Bilbao Basket pese a que los hombres de negro no han tenido que vestirse de corto en ninguno de ellos por distintas circunstancias. Hace dos, su jornada de descanso se indigestó por las victorias cosechadas por tres rivales directos de la zona baja de la tabla: Coosur Betis, Urbas Fuenlabrada y Monbus Obradoiro. En este último, con el partido de los de Álex Mumbrú frente al conjunto fuenlabreño previsto para el sábado aplazado por los casos de covid-19 registrados en el rival, las cosas no han ido mucho mejor, pues andaluces y gallegos han vuelto a cosechar éxitos. Si a ello se le une la derrota sufrida por el conjunto vizcaino en la cancha del Unicaja en la jornada intersemanal, el panorama clasificatorio resultante es crudo. Muy crudo.

Con siete partidos aún por disputar, el Bilbao Basket, con otras tantas victorias en su casillero, observa desde la penúltima posición, igualado con el colista Acunsa GBC, cómo la salvación está ya a dos triunfos, pues el Betis suma ya nueve, los mismos que el Fuenlabrada y el Movistar Estudiantes. El Obradoiro está ya con diez y puede respirar bastante más tranquilo. La situación que deberán afrontar los hombres de negro es, sin duda alguna, límite. Necesitan engordar de manera imperativa su casillero de victorias porque sus rivales están pisando el acelerador en el momento de la verdad pero ni sus sensaciones competitivas ni su calendario invitan precisamente al optimismo. Para empezar, esta semana afrontan dos citas a domicilio contra Lenovo Tenerife (miércoles 21.15 horas, duelo adelantado de la 36ª jornada), tercer clasificado, y el Valencia Basket (domingo, 20.00), sexto. Dos auténticas visitas al dentista para una escuadra vizcaina que hasta el momento ha sido incapaz de ganar ningún encuentro ante rivales del top-11 de la tabla pero que está obligada a dar alguna campanada inesperada si quiere disputar la próxima Liga Endesa pues atendiendo al panorama actual es más que factible que ni siquiera diez victorias sirvan para asegurar la salvación, lo que supondría ya tener que sumar más de tres éxitos de este árido calendario: Fuenlabrada, Gran Canaria, Burgos y Joventut en casa y Tenerife, Valencia Basket y Real Madrid fuera.

Además, la fortuna -si se puede apelar a ese término en deporte profesional- se ha aliado también en su contra en cuanto a los resultados del resto de protagonistas envueltos en la trama del descenso: están ganando los que no le interesaba que ganaran y está perdiendo el único que interesaba no encontrarse ahí abajo: el Estudiantes. Los colegiales han derrotado a los bilbainos en los dos duelos del presente curso y cualquier empate, simple o múltiple, con ellos sería letal o extraordinariamente dañino en el mejor de los casos. Al contrario del balance de 1-4 de los madrileños en estas últimas cinco jornadas, el resto de rivales, salvo el Acunsa GBC, han facturado en positivo en este último tramo. El Coosur Betis ha registrado un 3-2 tras ganar ayer precisamente contra los entrenados por Jota Cuspinera (anteriormente superó al Joventut y al cuadro guipuzcoano y perdió con Tenerife y Murcia), el Obradoiro iguala ese mismo balance (ha derrotado al GBC, al Manresa y ayer al Gran Canaria) y el Fuenlabrada, con dos duelos aplazados con el Morabanc Andorra y el Bilbao Basket, ha cosechado éxitos contra los gallegos y el San Pablo Burgos, perdiendo casi sobre la bocina contra el Barça.

Tal y como se puede apreciar, los rivales directos del Bilbao Basket no solo suman en los enfrentamientos entre ellos -este mismo domingo hay un Betis-Obradoiro-, sino que están siendo capaces de sorprender a conjuntos de la zona media de la tabla e incluso de la planta noble. Ahí radica la gran diferencia con los hombres de negro, que si no corrigen ese déficit saben que la salvación será imposible.