Unicaja 88

Bilbao Basket74

UNICAJA: Díaz (9), Brizuela (31), Waczynski (9), Thompson (4), Guerrero (2) -quinteto inicial- Jaime Fernández (9), Alonso (0), Thomas (6), Abromaitis (15) y Bouteille (3).

BILBAO BASKET: Hakanson (4), Jenkins (8), Zyskowski (10), Kulboka (2), Balvin (8) -quinteto inicial- Rousselle (6), Brown (16), Reyes (0), Dos Anjos (4), Serron (7), Miniotas (9).

Parciales: 18-22, 35-38 (descanso), 58-60, 88-74.

Árbitros: Hierrezuelo, Caballero y González. Sin eliminados.

Incidencias: Partido correspondiente a la 31ª jornada de la Liga Endesa disputado en el Palacio de Deportes José María Martín Carpena.

Treinta minutos de notable esfuerzo y competitividad no fueron suficientes para que el Bilbao Basket pudiera opositar a la victoria en el Palacio de Deportes Martín Carpena. Los hombres de negro desplegaron importantes dosis de energía durante los tres primeros cuartos, en los que hicieron el partido incómodo y espeso para el Unicaja, llevaron con solvencia el duelo al terreno que más les convenía pese a no ser capaces de dibujar ventajas contundentes y llegaron a soñar con un desenlace con opciones de victoria, pero todo lo hecho en esos treinta minutos se fue por el desagüe en un arranque horrible de último cuarto en el que el conjunto de Fotis Katsikaris encontró todo tipo de facilidades para poner pies en polvorosa en el luminoso sin volver a mirar hacia atrás, mientras que su rival se quedaba masticando el amargo sabor de una nueva derrota que le condena a seguir en puestos de descenso con cada vez menos margen de error.

En ese parcial adverso de 16-2 en menos de cinco minutos hubo parte de mérito del conjunto andaluz, pero sobre todo un enorme demérito por parte de los hombres de negroen forma de hasta cuatro pérdidas de balón, dos de Jaroslaw Zyskowski que además sumó una antideportiva, que dieron alas para correr desatado a un rival gustoso de cabalgar a lomos de Darío Brizuela, especialmente dañino con sus 31 puntos. Entre el 58-60 y el 74-62 tuvieron cabida todas las desdichas y carencias de este Bilbao Basket, al que un nuevo cortocircuito castigó en su gran hándicap en el presente curso: su incapacidad de mantener un nivel sostenible de juego. Lo consiguió durante tres cuartos a base de mucha defensa zonal y mas energía que en anteriores compromisos, pero de nada le sirvió en un encuentro en el que volvió a rozar los 90 puntos encajados (30 en el acto final, 53 tras el descanso), perdió 21 bolas y acabó con un pobre 26% en triples.

Buen arranque

El Bilbao Basket apostó por una zona 2-3 para arrancar la contienda tratando de poner palos en las ruedas del conjunto andaluz. Lo consiguió en buena medida, pues tras los dos triples tempraneros de Brizuela y Waczynski los de Katsikaris solo sumarían dos más durante toda la primera mitad (4 de 14). Bajo esos parámetros, y con Quentin Serron y Zyskowski ofreciendo soluciones en ataque, los de Mumbrú firmaron una puesta en escena seria y compacta que les permitió dibujar un marcador igualado. Hubo momentos en los que los anfitriones encontraron huecos en la retaguardia bilbaina para finalizar cerca del aro, pero los hombres de negroen los segundos finales del acto inaugural cerraron los primeros diez minutos con un 18-22 favorable. La importante actividad de los visitantes les jugó alguna mala pasada (dos faltas en ataque y una antideportiva) en los primeros dos minutos del segundo cuarto, pero se daba por bueno porque Unicaja, incómodo, no conseguía encontrar un patrón en su juego. La ventaja del Bilbao Basket llegó hasta el 24-30 a 5:45 del descanso, pero un parcial de 8-0 con dos alley-oops sin la más mínima oposición amagaron con sacar del buen carril a los de Mumbrú, que pasaron por una pequeña crisis atacante, resuelta mediante la faceta del juego que peor se les estaba dando: el tiro exterior. Dos triples seguidos de John Jenkins y Brown permitieron a los visitantes no perder la verticalidad y dos tiros libres de Ludde Hakanson colocaron un positivo 35-38 en el ecuador de la contienda.

En la reanudación, el Unicaja compareció mucho más activo y dinámico en ataque, moviendo bien la bola y encontrando tiros cómodos ante una retaguardia bilbaina menos granítica, lo que unido a tres pérdidas bilbainas desembocó en un parcial de 13-2 y un cambio de tendencia en el marcador: 48-42 con tres minutos y medio de la segunda parte transcurridos. Pero el Bilbao Basket no se desintegró. A pesar de sufrir a un Brizuela absolutamente desatado (12 puntos en el tercer cuarto), dos triples de Jonathan Rousselle devolvieron la compostura a los hombres de negro, que no tardaron en recuperar el control del partido (55-56). Unicaja apostó por incrementar la dureza del juego con cierta permisividad arbitral, pero los de Mumbrú, magníficos desde la línea de tiros libres, se las arreglaron para llegar con ventaja a los diez minutos finales (58-60). Hasta ahí llegó el notable trabajo de los visitantes, pues todo lo bueno hecho hasta entonces se descompuso en los tres primeros minutos del acto final. Dos pérdidas y una antideportiva de Zyskowski, otro ataque en el que se consumieron los 24 segundos y otra bola que se le escapó a Balvin en un aro y la efervescencia de Brizuela y Abromaitis en el otro desembocaron en un parcial de 16-2 en menos de cinco minutos y un marcador de 74-62 que ya no tuvo vuelta atrás. Los de Mumbrú intentaron revolverse, pero acabaron pagando muy cara una nueva desconexión que les aportó de pelear por otra de esas victorias tan necesarias como difíciles de materializar bajo estas circunstancias.

dos más uno

1

Brizuela. Fue una tortura para la retaguardia bilbaina. Igualó su mejor marca en la ACB con 31 puntos, de los cuales 12 los logró en el tercer cuarto.

2

Defensa. El Bilbao Basket pasó de encajar 35 puntos en los dos primeros cuartos a recibir 53 en los dos últimos, 30 de ellos en el acto final.

3

tiros libres. Los 'hombres de negro' brillaron en esta faceta del juego con 24 canastas de 25 intentos. El único fallo fue de Miniotas.