A trigésima jornada de la Liga Endesa ha propinado un severo tortazo a las aspiraciones de permanencia de un Bilbao Basket que ha visto cómo su segunda y última jornada de descanso del presente curso coincidía con victorias de rivales directos que dificultan aún más su presente deportivo. El Coosur Betis derrotó a domicilio al Acunsa GBC, el Urbas Fuenlabrada se impuso al Hereda San Pablo Burgos, el Obradoiro pudo con el Manresa y los hombres de negro se quedan clavados en la penúltima plaza de la tabla clasificatoria mientras sus enemigos meten oxígeno en sus pulmones. A los de Álex Mumbrú les interesaba verse inmersos en una zona caliente con mucho lío, pero ahora observan desde abajo esa maraña. Los guipuzcoanos quedan anclados en la última posición con solo seis victorias, el conjunto vizcaino es 18º con siete, los béticos suman ya ocho y Obradoiro, Fuenlabrada y Movistar Estudiantes tienen nueve. La necesidad de sumar triunfos es ya imperiosa porque el resto de equipos están siendo capaces de rascar un poco de aquí y otro poco de allá.

Y su calendario no es de los que invitan precisamente al optimismo. En las ocho jornadas que quedan por disputarse, al Bilbao Basket le quedan seis enfrentamientos ante rivales que se encuentran clasificados en posiciones de play-off, un examen extraordinariamente exigente para un grupo humano que en lo que va de campaña no ha sido capaz de derrotar a ningún equipo ubicado por encima de la 12ª plaza. Mucho tiene que mejorar el nivel competitivo de los hombres de negro ante los equipos de la zona noble para cambiar esta adversa dinámica porque sacar algo positivo de estos enfrentamientos, que además dibujan cuatro choques a domicilio (Unicaja, Valencia, Tenerife y Real Madrid) y dos en casa (Burgos y Joventut), se ha convertido ya en imprescindible.

Los otros dos encuentros traerán al Bilbao Arena al Herbalife Gran Canaria, ya eliminado de la Eurocup y ganador de seis de sus últimas siete citas en la Liga Endesa, y al Fuenlabrada, un rival directo contra el que la victoria se antoja obligatoria para seguir dando forma al intento de salvación. Ese duelo del próximo sábado (18.00 horas) será una auténtica final por la supervivencia, pero la forma de afrontarla será desigual por parte de ambos contendientes. El Bilbao Basket saltará a cancha con menos de 48 horas de descanso ya que juega el jueves en Málaga contra el Unicaja a las 21.15 de la noche, mientras que los madrileños deberían visitar más de 24 horas antes (miércoles, 18.30 h.) al Andorra, pero no sería de extrañar que esa contienda se aplazara pues el equipo del Principado ha notificado estos últimos días cuatro positivos por covid-19. Más palos en la rueda para los hombres de negro.

Duelos directos

Así las cosas, el Bilbao Basket parte en este esprint de ocho jornadas con déficit de victorias con respecto a sus rivales y con un calendario a priori más exigente. De hecho, quedan seis enfrentamientos directos que involucran al conjunto vizcaino y a los cuatro que le preceden en la tabla y solo uno incluye a los de Mumbrú (el mencionado contra el Fuenlabrada), por lo que de los otros saldrán cinco victorias incómodas que tocará contrarrestar. Esos Estudiantes-Betis (32ª jornada), Obradoiro-Betis (33ª), Estudiantes-Fuenlabrada (34º), Estudiantes-Obradoiro (36º) y Fuenlabrada-Betis (37ª) son misiles a la línea de flotación bilbaina porque alimentarán, sí o sí, el casillero de victorias de algún rival directo.

Al conjunto vizcaino le beneficia que tiene el basket average (a los dos primeros les ha ganado los dos partidos) a falta de lo que acontezca frente al Fuenlabrada, en cuya cancha venció por cuatro puntos en la primera vuelta. Solo el Estudiantes, contra el que ha perdido tanto en casa como fuera, sería un rival indeseable en empates simples o múltiples (conviene que sume en sus tres duelos como local ante rivales directos). Pero lo que necesita el Bilbao Basket son victorias propias. Y no una ni dos. Todo apunta a que serán necesarias un mínimo de tres, o puede que incluso cuatro, lo que obligará a un nivel de efectividad del 50% o cercano ante rivales de enorme exigencia. El horizonte, desde luego, no aparece despejado.

El conjunto vizcaino visita el jueves al Unicaja y recibe el sábado, con menos de 48 horas de descanso, al Fuenlabrada en un duelo vital