Como cada inicio de curso, los alumnos deben hacer un gran esfuerzo para retomar la rutina tras los meses de verano. Cuesta recuperar los hábitos de estudio pero, según la ciencia, el cambio de estación viene dispuesto a echarnos una mano.

A lo largo del año hay épocas en las que nos sentimos más o menos productivos y algunos de los factores que afectan a esto son la luz y el clima. En el caso de la rutina de estudio, la ciencia constata que durante el día y en otoño son los momentos más óptimos para estudiar.

La razón principal es que los niveles de ciertas sustancias químicas como la serotonina, varían con las estaciones, al igual que algunas proteínas cerebrales implicadas en el aprendizaje, y las más beneficiosas alcanzan su punto máximo en otoño.

“Generalmente el otoño es una época que se relaciona con la tristeza dado el fin de las vacaciones de verano y la vuelta a la rutina, pero también es el comienzo de nuevos proyectos. En esta estación, las ganas de trabajar y la memoria están en su punto más alto y retenemos mejor la información por lo que el otoño sería un buen momento para estudiar de manera provechosa”, afirma Inmaculada Peña, tutora de GoStudent.

La ciencia dice que para consolidar lo aprendido y no olvidarlo, el cerebro debe haber descansado. Por eso no se recomiendan los atracones de estudio por la noche, siendo el mejor momento del día para estudiar por la mañana, después de un sueño reparador y un buen desayuno. Uno tiene más energía y está más despejado.

Un estudio realizado en la Universidad de Harvard señala que, concretamente, lo mejor es aprovechar las primeras horas del día, entre las 7 y 10 de la mañana, sobre todo si necesitas mucha concentración. Un pequeño truco consiste en dedicar toda la mañana al estudio y luego hacer una siesta, la cual tiene el mismo efecto que el sueño nocturno sobre el aprendizaje.

Un joven estudia en casa utilizando un ordenador portátil. Freepik

Estudiar de noche debería ser la excepción, ya que altera el reloj biológico y provoca una acumulación de sueño. Aunque nos parezca que estamos despiertos, cuanto más se acerque nuestra hora de dormir más nos costará concentrarnos.

Por otro lado, el ritmo de vida y los horarios no siempre coinciden con la evidencia científica. Si nada más levantarnos tenemos que ir a clase o trabajar, tendremos que posponer el momento de estudiar a última hora del día. Pero lo que sí está claro es que para tener un mayor rendimiento es mejor estar bien descansado.

Si tenemos sueño acumulado, el rendimiento no será bueno a ninguna hora. Por eso, si estamos cansados, lo mejor es echar una pequeña siesta y comer algo ligero antes de ponernos a estudiar.

De todas formas, tú te conoces mejor que nadie y si quieres sacar el máximo provecho a tus horas de estudio deberás elegir el momento que te vaya a resultar más productivo para sumergirte en los libros.

Las claves

- El mejor momento para estudiar es una mañana de otoño después de un buen desayuno.

- Las horas de luz afectan de manera determinante a la hora de ser más productivo.

- Los ritmos circadianos varían de una persona a otra. Hay quien trabaja mejor por las tardes.

- La forma de vida actual, no siempre permite estudiar en el mejor momento del día ni del año.

- El mejor momento para estudiar es después de haber descansado. El sueño es importantísimo a la hora de retener información.