Muy pronto podremos disfrutar del primer verano en tres años sin mascarillas, restricciones a la movilidad y limitaciones de aforos en playas y piscinas.

La eliminación de las medidas frente a la covid-19 puede originar una sensación de 'libertad recobrada' que, sumada a las ganas acumuladas de disfrutar del tiempo libre y las altas temperaturas, nos puede llevar a relajarnos a la hora de protegernos del sol. Así lo advierte Julio Maset, médico de Cinfa, quien considera necesario "insistir en la necesidad de exponernos con responsabilidad para evitar que sus rayos dañen nuestra salud".

Entre los efectos nocivos del sol están las quemaduras, el fotoenvejecimiento, las manchas o, a largo plazo, el cáncer de piel. Sin embargo, como resume el doctor Maset, "aunque estamos convencidos de tener conciencia de estos riesgos, son muy pocas las personas que siguen las tres medidas que garantizan la eficacia del fotoprotector: aplicárselo treinta minutos antes de tomar el sol, renovar la fotoprotección cada dos horas y reaplicarlo tras bañarse o secarse".

Para asegurar su eficacia, los productos deben estar avalados científicamente y proteger de los diferentes tipos de radiaciones solares -ultravioleta (UVA y UVB), infrarrojos (IR-A) y visible-. En función del tipo de piel, se necesitará uno u otro factor de protección, pero nunca deberá ser menor de 30.

Dosificar las horas de exposición al sol

Maset asegura que la mejor prevención es reducir el tiempo que pasamos al sol. "Hay que dosificar el número de horas de exposición, sobre todo, los primeros días de playa, naturaleza o piscina. Empezaremos por una hora y lo iremos prolongando, pero siempre fuera de las horas centrales del día y sin abusar. La fotoprotección inicial deberá ser de 50 y después podremos reducirla, pero nunca será menor de 30".

No hay que olvidar que si utilizamos mascarilla en exteriores la fotoprotección sigue siendo fundamental, ya que, "pese a lo que nos pueda parecer, los rayos solares la atraviesan y penetran en nuestra piel", señala Maset.

Diez consejos para disfrutar del sol con responsabilidad

1- Aplícate el fotoprotector todos los días y antes de salir de casa. Para resguardar la piel de tu rostro, evitar las manchas y el fotoenvejecimiento prematuro, aplícate el fotoprotector en la cara y en el resto de zonas descubiertas a diario antes de salir de casa. Incluso en invierno, el sol quema.

2- No abuses del sol. No permanezcas más de una hora bajo el sol en los primeros días de playa o piscina y usa siempre fotoprotector. Después, puedes ir aumentando poco a poco el tiempo de exposición.

3- Evita la exposición solar en las horas centrales del día. Los rayos del sol son más fuertes entre las 12 de la mañana y las 4 de la tarde. También la altitud aumenta la peligrosidad del sol, así como algunos tipos de nubosidad, el agua, la arena, la hierba o la nieve, que reflejan las radiaciones.

4- Consulta los índices ultravioleta (IUV). Antes de la exposición al sol infórmate sobre la intensidad de las radiaciones en canales como la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET): a partir de un índice 6, el riesgo es alto y se debe extremar la fotoprotección.

5- Utiliza un fotoprotector adecuado. Nunca uses protección inferior a 30 y elige aquella que proteja de todos los tipos de radiaciones solares: la ultravioleta, la infrarroja y la visible. Póntela media horas antes de exponerte al sol y reaplícala cada dos horas y tras el baño o transpirar, secando bien la piel antes. Aplícate también bálsamos labiales con filtros solares.

6- Protégete con la ropa adecuada y usa sombrero. Para proteger tu cuerpo y evitar rozaduras, lleva ropas holgadas y ligeras, de tejidos frescos y naturales como el lino y el algodón, y colores claros. Las gorras o sombreros, además de cubrir tu cabeza, proyectarán sombra a tu rostro y cuello.

7- Usa gafas de sol para evitar daños oculares. Las mejores son las de tipo envolvente. Deben tener protección 100% frente a los rayos UV y estar homologadas por la Unión Europea.

8- La sombra, tu mejor aliada. Resguárdate de los rayos del sol bajo los árboles o usa una sombrilla, pero no olvides que su protección no es total: debes aplicarte fotoprotección igualmente. Los reflejos del agua o la arena pueden quemar incluso estando en la sombra.

9- Educa a tus hijos sobre la necesidad de protegerse del sol. Los niños menores de 1 año nunca deben ser expuestos al sol y con 2 y 3 habrá que tomar con ellos medidas extremas de fotoprotección (prendas de vestir, gorros y gafas de sol), así como cremas específicas para niños con SPF 50+. Debes educar y concienciar a tus hijos desde pequeños de los riesgos del sol predicando con el ejemplo.

10- Ten mucho cuidado con las salas de bronceado. El bronceado artificial no protege frente al fotoenvejecimiento y conlleva un riesgo de cáncer de piel, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Teniendo en cuenta todos estos consejos ya puedes lanzarte a disfrutar del sol. No importa dónde, si es en el mar, la piscina o la montaña, pero sí cómo, siempre con responsabilidad.