bilbao - El Bilbao Basket cerrará el peor año de su historia con dos citas que reparten la atención de la semana entre lo deportivo y lo institucional. A tres jornadas del final de la primera vuelta, el domingo los hombres de negro recibirán en Miribilla al Covirán Granada en un duelo que les puede permitir mantenerse en la carrera por la Copa, aunque todavía no dependen de sí mismos. Pero el viernes se celebrará en el Hotel Gran Bilbao la anual junta de accionistas en la que el consejo de administración tendrá que aclarar cuál es la situación económica real en estos momentos y si, de verdad, se puede reconducir en los próximos meses para respaldar las aspiraciones que pueda tener el equipo en lo que queda de campaña.

La cita estaba, en realidad, programada y prevista para el jueves a las 18.00 horas en primera convocatoria, pero algunos de los asuntos que se someterán a votación en el orden del día, como la modificación de estatutos, requieren la presencia de al menos un 50% de las acciones con derecho a voto. Como eso no será posible, al menos no ha habido ese quorum en años anteriores, el club ya ha comunicado a sus accionistas que la junta se celebrará al día siguiente a la misma hora en el mismo lugar.

Uno de los aspectos que se tratará en la reunión será la reducción del capital social de la SAD, para compensar pérdidas de ejercicios anteriores -hasta 775.077 euros-, mediante la disminución del valor nominal de las 67.398 acciones representativas del capital social de 30 euros a 11,5 euros cada una. Esta medida ya anticipa que la situación económica sigue siendo muy mala y el futuro está lleno de incertidumbres, dado que aún están abiertas las negociaciones del concurso de acreedores en busca de un quita durísima sin la cual se antoja muy complicada la supervivencia del club, que permanece atado de pies y manos en las cuestiones del dinero pese a que en los últimos cuatro años han adoptado medidas de todo tipo. Se trata de encontrar en estos meses el modo de liberarse definitivamente para bien o para mal.

Por este motivo, aunque el consejo disponga de la mayoría accionarial y, por tanto, vaya a ganar las votaciones, se espera un capítulo de ruegos y preguntas agitado ya que los accionistas y seguidores del club esperan explicaciones de los pasos que se han dado desde el final del curso pasado para mejorar la salud del club y si estos han tenido algún éxito. En este sentido, se someterá a votación la reducción del número mínimo de consejeros, algo curioso ya que en juntas anteriores se produjo la entrada de nuevos miembros al órgano gestor.

A punto de entrar en 2019, el Bilbao Basket sigue dejando sensación de provisionalidad, de que la parcela deportiva avanza en esta nueva experiencia en la LEB Oro sin conocer un destino claro ni si vale la pena ilusionarse. A principio del curso el consejo aclaró que la prioridad por encima del ascenso era “limpiar el club de sus cargas económicas” y, al menos visto desde fuera, no parece que esta percepción haya cambiado y sigue siendo más importante lo que ocurre fuera de la cancha que dentro de ella. De todas formas, el viernes habrá nuevos elementos de juicio. - Roberto Calvo