DEJAN Musli ha superado por fin el listón. El ICL Manresa apostó a principio de temporada por el pívot serbio que no había acabado de asentarse como profesional al nivel que se suponía después de ser un jugador dominador en las categorías inferiores y Musli ha respondido a esa confianza con la mejor temporada de su carrera. Tiene ya 25 años, pero en su caso vale decir que nunca es tarde si la dicha es buena, que ya le tocaba. Siempre se dice que la maduración de los jugadores grandes es más lenta y, en realidad, a Dejan Musli no le ha pasado nada que no les hubiera ocurrido antes a gente de su tamaño como Raduljica, Marjanovic o Pekovic.

Todos ellos saltaron muy pronto a la arena profesional, pero sin las herramientas adecuadas para marcar diferencias como lo hacían con los de su edad. Musli debutó en la Superliga serbia con el FMP Zeleznik con 16 años cuando ya había sido el jugador más valioso del Europeo U16 de 2007 en el que promedió 16,3 puntos, 11,8 rebotes y 5 tapones. En la final del torneo junior de la Euroliga de 2009 hizo 31 puntos y 17 rebotes y su nombre empezó a correr entre los grandes de Europa. En 2010, lo fichó el Baskonia con un contrato de cinco temporadas y muchas expectativas, pero un joven poco maduro, con algunas ínfulas y poco apego al trabajo, no podía encajar con un técnico como Dusko Ivanovic y en una plantilla de superélite.

Musli apenas jugó seis partidos con el Caja Laboral antes de empezar su peregrinaje. Se marchó cedido al Montegranaro, pero tampoco cuajó, y regresó a Gasteiz para acabar ese curso sin pena ni gloria. La temporada siguiente dejó de contar para el Baskonia que cedió al jugador un mes al Fuenlabrada, también sin éxito, y lo tuvo bajo contrato hasta julio de 2012 cuando ya las dos partes se rindieron. Dejan Musli, con dos campañas casi perdidas, se reincorporó al baloncesto de su país y empezó de cero. Los últimos cuatro cursos los pasó en el Partizan y el Mega, el equipo de su agente Misko Raznatovic.

Ha tardado, pero al final ha madurado y ha dado el salto. En el ICL Manresa juegan para él y se ha mostrado como una baza sólida en casi 27 minutos de juego, una condición indispensable para que alguien de sus características pueda hacerse notar. Musli es el segundo jugador más valorado de la Liga Endesa, solo por detrás de Bourousis, el octavo anotador y el segundo máximo reboteador. Solo ha tenido seis partidos por debajo de diez puntos y en siete logró un doble-doble. Firmó un año con el club del Bagés, así que lo normal es que fiche por un equipo más importante para demostrar que ha vuelto para quedarse entre los pívots más importantes de Europa, lo que era hace una década.