El Athletic fue el Athletic, lo que es sinónimo de muy buenas noticias. El conjunto rojiblanco, no en vano, se dio anoche un alegrón al cuerpo con su necesaria y meritoria victoria sobre el Atlético de Madrid, cuarto clasificado de LaLiga EA Sports, tres días después de no dar la talla ante el Real Madrid, en un encuentro en el que el colectivo de Ernesto Valverde recuperó sensaciones para sacar la versión que requiere partidos de altísima exigencia como el de ayer, con lo que se rearma de cara a la cita mayúscula del miércoles ante el PSG, vigente campeón de la Champions, aunque con el lunar de la lesión muscular que sufrió Aymeric Laporte, del que se teme permanezca en el dique seco varias semanas.

Lo mejor: La propuesta del fútbol de los leones y la liberación de Berenguer

Dice uno de los lemas futboleros que la mejor defensa es el mejor ataque. De ahí la importancia de dejar la puerta a cero, que asegura como mínimo el punto administrativo; y si a ello se suma batir la meta contraria, pues miel sobre hojuelas. Se trata de la simbiosis para firmar una victoria que el Athletic lo celebró a lo grande, por el momento en que se produjo, tres días después de salir dañado ante el Real Madrid, y porque llega con el compromiso del miércoles en Champions ante el PSG, uno de los mejores equipos del mundo. Un chute que se explica también en la propuesta futbolística que aplicó el conjunto rojiblanco ante un decepcionante Atlético de Madrid, ya que los leones rescataron sus virtudes más valiosas, como el compromiso, intensidad, blindaje defensivo –sexto partido en el que Unai Simón, de nuevo certero, no recibe gol alguno– y autoconfianza, entre otras, que se tradujo en el tanto de Alex Berenguer, que inclinó del partido del lado bilbaino.

El de Barañain se convirtió en uno de los nombres propios del éxito del Athletic, ya que fue el autor del tanto del triunfo que el supone, además, un subidón personal, ya que se quita de encima el lastre de acumular más de medio año sin marcar, una sequía que le llegaba a agobiar. Berenguer se ha liberado, como también lo hace Nico Williams, que firmó un partido que rozó el sobresaliente, lo que es un buen síntoma por las dudas que puede generar la pubalgia que padecen en su rendimiento. Lo cierto es que el menor de la saga no proyectó síntoma alguno de esas molestias y resurgió para liderar la ofensiva de su equipo ante un San Mamés que pudo disfrutar de una noche de fiesta.

Lo peor: La lesión de Laporte y la falta de puntería de Sancet y Guruzeta

El aplaudido triunfo del Athletic no fue completo debido a ese fatídico minuto 31 en el que Aymeric Laporte pidió el cambio sin dudarlo ni una centésima de segundo cuando se dio cuenta de que se había roto en una acción con el colchonero Nahuel Molina a la hora de proteger un balón, una lesión muscular que impedirá a Ernesto Valverde contar con el de Agen varios partidos y que le obligará a aplicar un plan inédito en su zaga para le partido del miércoles con el PSG, ya que a la baja de Laporte se une la de Aitor Paredes, que debe cumplir un partido de sanción por acumulación de tres amarillas, con lo que habrá que esperar qué idea tiene sobre el socio de Dani Vivian en el eje central.

El percance de Laporte se convirtió en la noticia negativa de una noche que podría haber sido aún más satisfactoria al poco que Gorka Guruzeta y Oihan Sancet, dos de las grandes referencias ofensivas de este Athletic, hubieran afinado en alguna de las ocasiones de gol que disfrutaron, sobre todo en una clarísima por cabeza. Primero fue Guruzeta la que la tuvo en una asistencia de Jesús Areso, que por fin respondió a lo que se esperaba de su fichaje, pero disparó falta. Ya en la segunda mitad, Sancet no supo definir en su mano a mano con Oblak tras un buen contragolpe gestionado por Nico Williams. Son dos de los leones llamados a marcar la diferencia arriba y preocupa los dos solo lleven un tanto en su cuenta recorridos 16 partidos de liga.