San Mamés arrancó la tarde en buena armonía y la cerró con una mayúscula crispación provocada por el arbitraje de Isidro Díaz de Mera, el colegiado que expulsó a Ernesto Valverde en La Cartuja por unas protestas que acarrearon cuatro partidos de sanción al de Viandar de la Vera. Se contuvo esta vez el técnico en la zona de banquillos en medio de la incapacidad de sus jugadores para hincar el diente a un sobrio Getafe, pero no así Iñigo Lekue, quien vio la tarjeta roja directa en los compases finales por protestar una de las últimas acciones que encolerizaron a toda la grada.
Unai Simón, al término del choque, lamentó en sala de prensa que el trencilla no cortara la sucesión de “pequeñas faltas” del cuadro azulón y afirmó que en su opinión “no ha sido un acierto poner a Isidro a arbitrar este partido después del último que nos arbitró, pero no quiero hablar demasiado de la actuación arbitral”. En esta ocasión no fue el equipo de Bordalás el que desesperó con su proceder a jugadores y aficionados, que vieron cómo el conjunto azulón se llevaba los tres puntos en un envite que comenzó tras un emotivo acto a pie de campo.
Homenajes
Encontró la afición rojiblanca el único motivo para aplaudir en toda la tarde al ver cómo una representación de los 45 socios y socias que cumplen 75 años de antigüedad y de los 148 que celebran 50 años de lealtad al club, homenajeados el jueves con la entrega de placas conmemorativas y las insignias de oro, respectivamente, saltaban al verde para saludar al resto de la afición.
Saludó en el recorrido el presidente Jon Uriarte afectuosamente a todos, uno por uno, antes de ocupar su lugar en el palco. No asomó entre los protagonistas Jose Mari Argoitia, fallecido el viernes a los 85 años de edad y cuya familia recogió en la víspera de su muerte su obsequio por los más de 75 años como socio de la entidad. Los jugadores, en honor a un león inolvidable de la década de los sesenta, lucieron brazalete negro.
Se sumó San Mamés al recuerdo a Argoitia con una gran ovación dirigida al cielo cuando su imagen fue proyectada en los videomarcadores con el mensaje “mila esker eta gugan bego”. Iniciado el encuentro, todo fueron lamentos para una afición que proyectó la tercera asistencia más baja a San Mamés en lo que va de temporada con 47.749 espectadores en las gradas.