Cuando Old Trafford apenas ofrece opciones de soñar al Athletic
Pese a llevar tres goles en contra, el Athletic buscará dar una imagen acorde a su trayectoria en el torneo sin Sancet y los Williams
Dicen que Bobby Charlton, considerado el mejor futbolista inglés de la historia y gran estrella del Manchester United, tuvo la ocurrencia de denominar el “teatro de los sueños” al estadio de Old Trafford. El apelativo mantiene intacta su vigencia y, en décadas recientes, han sido unos cuantos los equipos visitantes que lo tomaron prestado para realzar sus victorias en dicho escenario. Entre ellos el Athletic, gracias al 2-3 logrado el 8 de marzo de 2012. No parece que esta noche los rojiblancos estén en condiciones de repetir la gozosa experiencia. Y aunque pudiese ganar, sucede que ni siquiera aquel formidable marcador sería suficiente para saciar sus aspiraciones. El resultado registrado una semana atrás en San Mamés en la ida de la semifinal le aboca a buscar un milagro con todas las letras en mayúsculas.
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La obligación de levantar tres goles de desventaja asoma como un reto imposible de materializar. Por mucho que hayan proliferado estadísticas de precedentes, la mayoría cogidos con pinzas, en un intento por alentar dicha posibilidad, en realidad no existen razones de fundamento para discutir un pronóstico que coloca al conjunto anfitrión en la final del torneo. Menos aún después de que se confirmase que Sancet y los hermanos Williams, todos aquejados de diversas molestias físicas, quedaron descartados de la convocatoria para seguir con sus procesos de rehabilitación en Lezama y verán el partido en sus casas.
Incluso en la hipótesis de que este trío hubiese estado disponible, la empresa se antojaba complicadísima, de modo que el panorama, tal cual es, induce a borrar de la mente toda especulación en clave positiva. No hay margen para desplegar el optimismo que suele ambientar los prolegómenos de las actuaciones del Athletic. Juegue donde juegue y contra quien sea. Suscribir esa corriente que impulsa a creer porque sí, porque somos los que somos y venimos de Bilbao, no halla en esta oportunidad una agarradera mínimamente sólida a la que asirse.
Lo que pierde el Athletic sin los Willliams y Sancet
A la goleada recibida el pasado jueves y al consiguiente bajón anímico, se añade el estado de forma del equipo de Ernesto Valverde, que ha extraviado la pujanza y el acierto como consecuencia del enorme despliegue realizado a lo largo de toda la campaña. Falta frescura, de piernas y mental, para competir con garantías en un contexto tan adverso como el de hoy. Las ausencias ya mencionadas vienen a ser la puntilla. Para hacerse una idea de lo que suponen, solo en tres encuentros formó el Athletic de salida sin los Williams y Sancet (empate a cero en Copa con el Logroñés, victoria casera sobre el Rayo y derrota por la mínima en el Bernabéu), si bien el entrenador pudo recurrir a los servicios de alguno de ellos en las segundas mitades, lo cual fue determinante para remontar al conjunto de Vallecas.
Habrá que ver si llegan a tiempo para el trascendental derbi del domingo próximo ante el Alavés, pues tiene pinta de que Valverde ha preferido evitar males mayores al dejarles fuera de la lista. Quizá con la eliminatoria continental más apretada, hubiera asumido algún riesgo, pero objetivamente ese horno no está para bollos. Y para qué negarlo: la cuarta plaza en liga es el único objetivo asequible que aparece en la agenda.
Expuestas con rigor las circunstancias que adornan el desplazamiento a territorio inglés, carece de sentido plantear exigencia alguna al Athletic. Lo único que cabe pedirle en Old Trafford es una versión seria, algo que seguro tratará de brindar. Al fin y al cabo, es su principal seña de identidad: entrega generosa, disciplina y agresividad. Defender con ahínco e ir, si se puede, tras el gol.
En definitiva, obligar al adversario a sudar la camiseta. Claro que, aparte del esfuerzo que invierta el Athletic, no se olvide que ganar el título que se dilucida el día 21 en San Mamés constituye un asunto de vital importancia para el futuro del Manchester United, del club y de la plantilla. No es un equipo que tome riesgos y con tres goles en el casillero lo normal es que enfoque su tarea a rebajar las pulsaciones rojiblancas y, luego, rentabilizar su habilidad en las transiciones. Ya se vio en la ida y su once para la vuelta no será muy distinto.
Acertar lo que Valverde escribirá en su pizarra no es labor sencilla. Agirrezabala y Gorosabel, sancionado para la liga, se antojan fijos. Yeray se perfila como sustituto de Vivian al lado de Paredes, sin obviar a Nuñez. Y en la izquierda, puede volver Yuri o seguir Lekue. En la zona ancha, de inicio, su pareja favorita Galarreta-Jauregizar, con Prados en la recámara. Y arriba, Djaló en una banda, puede que Berenguer en la otra, con Unai, si está recuperado, de lo contrario Canales, y habrá minutos para repartir entre Maroan y Guruzeta. Es que tampoco tiene más.
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