El Athletic se halla en vísperas del partido más complicado de la temporada. Necesita remontar un 2-1 a costa de la Roma para seguir vivo en la Europa League, torneo que podría considerarse como su objetivo más goloso, aunque no sea el más trascendental. Como siempre, lo que realmente importa se llama liga, pero su desahogada situación clasificatoria en este frente favorece que la atención y las expectativas se vuelquen en la cita del jueves. A falta de once jornadas, solo una catástrofe privaría al equipo de Ernesto Valverde de viajar por el continente el año que viene. De modo que ahora se trata de echar el resto para invertir en San Mamés el signo de una eliminatoria donde el favoritismo sonríe al conjunto italiano.
Los preparativos de cara al crucial compromiso comenzaron con bastante antelación. El once escogido para recibir al Mallorca evidencia que ahí no estaba la prioridad. El técnico revolucionó su formación a fin de proteger a la mayoría de los hombres que actuarán de inicio contra la Roma. De Marcos y Yuri no disputaron un minuto, mientras Iñaki Williams y Maroan se ahorraron casi una hora de esfuerzo. Unai Nuñez, alternativa de urgencia para suplir las bajas de Vivian y Yeray, salió a falta de media hora para la conclusión en el lugar de Paredes, para que este pudiese descansar un rato.
El domingo faltaron asimismo Galarreta, suspendido, y un Sancet en boca de todo el mundo. La incertidumbre que planea sobre su estado es el monotema de las últimas semanas. El catalizador del juego ofensivo atravesaba un momento muy dulce, como certifica el galardón que recibió en los prolegómenos del choque con el Mallorca, pero no acaba de tener el alta médica.
Sancet lleva varias sesiones trabajando a menor ritmo que el resto. Fue inscrito en la lista para acudir al Olímpico, donde permaneció inédito. Y el domingo ni se vistió de corto. Lo peor de este asunto es que la incertidumbre que mantiene en vilo al personal, pudo haberse evitado. La lesión muscular que sufre tuvo lugar en la segunda mitad ante el Valladolid, cuando con el 4-0 al descanso lo prudente hubiera sido retirar a un jugador que se está revelando propenso a los contratiempos físicos.
Sin duda, resulta imposible anticiparse a este tipo de percances, pero a la vista del calendario inminente (Atlético de Madrid y Roma) se antojaba aconsejable curarse en salud. Ahora, solo queda cruzar los dedos y confiar en que 18 días de rehabilitación sean suficientes para dejar atrás una lesión cuya gravedad el club calificó de “moderada”.
Pese al riesgo que entraña cargar sobre las espaldas de un solo elemento el destino del grupo, es de dominio público que las opciones de éxito aumentan con Sancet en el ajo. Lo cierto es que con él o sin él, el Athletic está obligado a elevar sus prestaciones respecto a lo ofrecido en los tres encuentros más recientes. De lo contrario le resultará muy difícil doblegar a un oponente que aplicará con rigor la versión menos amable del librillo de Claudio Rainieri.
Crisis ambiental
A la espera de noticias en torno al goleador, el otro tema que ha invadido el espacio informativo se refiere al conflicto localizado en la denominada grada de animación. Cabe preguntarse si su alcance real tiene la incidencia que desde determinados estamentos del club se le atribuye. Se habla de grupo o grupos minoritarios y sin embargo se le otorga una gran dimensión a lo que por activa o pasiva realizan.
Sin entrar al detalle de los hechos que se han ido sucediendo en el tiempo, siendo de por sí delicado establecer cuándo se encendió la chispa y por qué, desde fuera se impone la impresión de que las cosas se han desmadrado. Vamos, que se les ha ido de las manos a quienes se reúnen detrás de la portería y, cómo no, a la directiva. Se lamentó el espectáculo registrado en el primer acto del partido con el Mallorca y se temía que se extendiese a la tarde del jueves, en la idea del perjuicio que ocasionaría al equipo.
Dicha posibilidad parece que no se va a dar. Desde luego, no será gracias al vídeo que la directiva emitió el domingo tras el encuentro para quitarse de encima su cuota de responsabilidad. Sucede que la otra parte ha anunciado la intención de transmitir su aliento a los jugadores. En la esperanza de que estos sean capaces de cumplir su tarea, el delicado evento del jueves promete emociones subidas de tono.