Un punto a domicilio casi siempre se valora como una conquista interesante. En este caso, también, por cuanto el Athletic careció de claridad en su fútbol y se vio durante bastante rato en la tesitura de ir a remolque de los dos goles que encajó. Nunca logró transmitir comodidad sobre el húmedo césped del Villamarín. Compensó las deficiencias de su rendimiento tirando de pundonor, currelando a fondo, a menudo para corregir fallos propios, pero esa actitud le valió para plantar cara a un Betis deslavazado que acabó pagando el esfuerzo a que el equipo de Ernesto Valverde, esté o no afortunado, aboca a sus enemigos. Es el sello de un grupo que por encima de cualquier circunstancia sabe competir, no se rinde y normalmente termina rascando algo. Anoche le faltaron argumentos de fuste para opositar a la victoria, por lo que el empate se ha de considerar como una recompensa acorde a su comportamiento.

Valverde transformó la alineación, buscaba frescura tras el compromiso de Europa League del jueves y puso siete caras nuevas de inicio. La apuesta tuvo la particularidad de que en ataque, por la franja central reunió a  Sancet y Unai, dejando en el banquillo a tres arietes: Guruzeta, Martón y el recién aterrizado Maroan. Por su parte, Pellegrini optó por algún chaval de la cantera, mientras a su lado en la banda se juntaban hasta cinco habituales en su formación. Si el Athletic rindió por debajo de sus posibilidades, similar estimación valdría para juzgar lo realizado por el anfitrión.  

El Betis no está para alardes, es un conjunto frágil y muy dependiente de un par de hombres, en especial de Isco que si, como este domingo, aparece poco no tiene quien le supla en las tareas de construcción. Tampoco se distingue el grupo de Pellegrini por su fiabilidad en defensa. Todo esto era cosa bien sabida y reflejada en la tabla, donde los andaluces, fijos en torneos europeos en el último lustro, figuran muy retrasados. Pese a lo apuntado, el Athletic, en vez de exprimir las debilidades ajenas más bien dejó la impresión de que se contagiaba de las mismas. Solo así se explica el desarrollo del primer acto y sus consecuencias, traducidas en dos goles, ambos evitables, y un par de susto gordos más.

Les faltó seguridad a los rojiblancos, pero también precisión, gusto con la pelota. Cuestión esta que dio alas al rival. El desperdicio de pases, muchos salidos de las botas de los centrales, fue un lastre importante y pudo costar carísimo. Lo peor de ese despilfarro era que se intuía que una asociación más acertada con la pelota hubiese permitido crear serios problemas al cuadro local. La verdad es que a la pareja del centro del campo tampoco se le vio inspirada en la distribución y cometió varios errores en zonas comprometidas. Y, detalles aparte, a Sancet aún le queda un trecho para estar a su nivel.

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Las notas de Aitor Martínez: Berenguer y la puntería Aitor Martínez

Con todo, el encuentro discurrió equilibrado y en varias fases no sucedió nada reseñable. En la puesta en escena se asistió a una especie de anulación mutua, rota a raíz del 1-0, en una acción donde Simón palmeó mal, hacia dentro, un chut de Antony. La reacción del portero pilló a contrapié a los defensores para que Isco, que estaba inédito, empujase a puerta vacía. El golpe sirvió para que el Athletic espabilase. El balón se movió a otra velocidad, Berenguer enredaba, pero faltaban luces que condujesen a situaciones de peligro. La falta de concreción cerca del área y las pifias en las entregas dificultaban la empresa. De repente, Vivian salió de su posición y Bakambu enfiló sin oposición la portería, malgastando una ocasión de oro para haber complicado definitivamente la contienda.

El Athletic halló en el balón parado la solución a sus limitaciones: Berenguer intentó el gol olímpico, Adrián se percató tarde, pero lo evitó con la particularidad de que su despeje golpeó en la nuca de Paredes, que entró con todo, y la pelota se coló en la red. La tónica no experimentó novedades, al contrario, Cardoso acarició el segundo tanto a pase filtrado por Antony. Simón volvió a repeler y su toque lo despejó Paredes en el área chica. En el lance previo al descanso, llegó el segundo mazazo: Perraud se benefició de una pérdida imperdonable cerca del área, se giró y desde 25 metros, siendo zurdo cerrado, lanzó un pepinazo con la derecha que pareció muy asequible para Simón. Entró por el lado que cubría y el gesto que este realizó nada más aterrizar en la hierba confirmó que se lo había tragado.

El asunto cogía mala pinta. El Betis, con poco había sacado un excelente rendimiento y el Athletic era incapaz de tomar el control. Continuaron sucediéndose los despistes, las entregas a ninguna parte. Valverde introdujo los dos primeros cambios pronto, tocaba perseverar, desgastar al contrario que, feliz con el resultado, se dedicó a aguantar, eludió riesgos, cargando la zona ancha con Lo Celso y quitando a su delantero.

Costaba vislumbrar el modo de escapar del atolladero, se antojaba complicado reparar el marcador dada la escasez de juego. Ni Iñaki Williams estaba entonado y Sancet acusaba ya el gasto. Pero quedaba el recurso que nace de la bota derecha de Berenguer, quien volvió a lucirse con una rosca desde la esquina derecha directa a la frente de Sancet. Segundo empate.

El resto del partido no dio para mucho. De ahí en adelante se impuso el nervio de un Athletic que se fajó en cada disputa y mantuvo a raya a un Betis que tampoco sufrió en su retaguardia. Es cierto que Iñaki Williams, ese portento físico, despertó entonces, cuando la mayoría del personal renqueaba, para poner tres centros muy aprovechables, aunque nadie llegó a tiempo. También Vitor Roque dispuso de un cabezazo, exento de mordiente. En fin, unas tablas que, visto lo visto, dejan un buen regusto. No era día para más.

BETIS: Adrián; Ángel Ortiz, Llorente, Natan, Perraud; Johnny Cardoso (Min. 81, Marc Roca), Altimira (Min. 72, Vitor Roque); Antony (Min. 72, Ez Abde), Isco, Jesús Rodríguez (Min. 81, Pablo García); y Bakambu (Min. 64, Lo Celso).

ATHLETIC: Unai Simón; Gorosabel, Vivian, Paredes, Lekue (Min. 79, Adama); Vesga, Jauregizar (Min. 56, Padros); Iñaki Williams, Sancet (Min. 79, Canales), Unai Gómez (Min. 56, Guruzeta); y Berenguer (Min. 79, Djalo).

Goles: 1-0: Min. 14; Isco. 1-1: Min. 32; Aitor Paredes. 2-1: Min. 47: Perraud. 2-2: Min. 69; Sancet.

Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano). Amonestó a los locales Isco, Bakambu y Marc Roca; y a los visitantes Sancet y Berenguer.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo segunda jornada de LaLiga EA Sports disputado en el estadio Benito Villamarín ante 49.292 espectadores. Los jugadores de ambos equipos, miembros de los cuerpos técnicos y los árbitros lucieron una cinta verde a modo de brazalete en solidaridad con la lucha contra el cáncer.