San Mamés baja revoluciones en 2025
El Athletic, sin animación de la Herri Harmaila, suma una derrota y un empate en casa este año
LaLiga volvió a San Mamés casi dos meses después sin avances en la animación del estadio. La huelga declarada por Iñigo Cabacas Herri Harmaila en el último compromiso liguero de 2024 ante el Villarreal, que cayó 2-0 sin que el coliseo rojiblanco proyectara su mejor imagen en cuanto a sonido ambiental se refiere, continuó en la eliminación copera ante Osasuna (2-3) y se mantuvo frente al Leganés en un encuentro en el que el Athletic no pudo pasar del empate sin goles. Lo intentó de principio a fin el equipo de Ernesto Valverde, que pudo incluso perder y volvió a faltarle el aliento extra de una grada de animación que sigue enfrentada con la junta directiva que lidera Jon Uriarte a causa de la represión que dicho colectivo asegura sufrir desde hace un tiempo.
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Volvió a tocar al resto del campo dar el do de pecho en una cita que congregó a 47.612 espectadores en las gradas. Las fuertes rachas de viento que sacudieron Bizkaia durante la primera mitad del día aplacaron para dejar paso al fútbol en una tarde en la que la parroquia bilbaina arropó sin premio a los leones. Se mantuvo en pie al término de los noventa minutos un combativo Leganés que no se dejó intimidar por la grandeza de un escenario que, no obstante, no apretó como en las grandes ocasiones cuando la comunión es total en las gradas.
“Todos juntos somos más fuertes”, advirtieron semanas atrás De Marcos y Valverde, quien no pudo liderar desde la banda el primer triunfo del año del Athletic como local. Se les sigue resistiendo la primera victoria en casa en 2025 a los rojiblancos, que perdieron en Copa ante Osasuna y se resignaron a firmar las tablas ante el Leganés.
Ultras visitantes
No se registraron incidentes con los numerosos aficionados madrileños trasladados hasta Bilbao, si bien antes del comienzo del partido la Ertzaintza retuvo a medio centenar de ultras del Leganés. Su autobús, en el que viajaban miembros de Ghetto 28, de ideología de extrema derecha, fue desviado a Basurto, aunque entraron a San Mamés para presenciar el partido junto al resto de seguidores pepineros.