La última vez que Take Kubo se enfrentó al Athletic, marcó gol. Fue en la jornada 8 de la pasada liga, en el Real Arena, cuando el japonés culminó una contra para hacer el segundo tanto del 3-0 que la Real le endosó a los leones. Pero lo que al día siguiente copó los titulares, los medios y las redes sociales no fue su diana, sino su celebración. Porque Kubo primero simuló una lesión muscular en la parte posterior de su muslo izquierdo para, después, marcarse un twerking. Un perreo de toda la vida, vaya. Fue un gesto que aplaudió su afición, la txuri-urdin; pero que sentó bastante mal a la rival, a la rojiblanca, que esperó pacientemente al partido de vuelta, para su vendetta. Sin embargo, este llegó en enero y, aunque lo ganó el Athletic (2-1 con doblete de Berenguer), Kubo no disputó ni un solo minuto en San Mamés. Ni siquiera estuvo convocado porque fue reclutado para una Copa Asia en la que Japón debutó un día después del derbi.

Por ello, el domingo (21.00 horas) será la primera vez que el delantero de la Real Sociedad pise el verde de La Catedral después de su polémica celebración. Sin embargo, en esta ocasión los ánimos ya están más calmados puesto que si bien el tiempo cierra heridas, también lo hace el perdón. Ese que pidió Kubo a la afición del Athletic al comienzo de la presente temporada: “Fue una apuesta con mi compañero Aritz Elustondo. Me dijo que yo no tenía los huevos para celebrarlo así. Entonces cuando marqué, lo hice. Lo lamento un poco porque, aunque se viralizó y la gente se rió, no gustó a la afición bilbaina. No quería burlarme de ellos, el consejo más valioso que me dio mi padre es que respetara al rival, así que lo siento”.

Ahora, ya deportivamente hablando, el objetivo del Athletic es evitar que Kubo vuelva a tener la tentación de bailar. Es decir, que no marque. Será empresa complicada puesto que, aunque es cierto que la Real Sociedad no está brillando en este inicio de curso en el apartado ofensivo (lleva 11 goles en LaLiga), el japonés se ha erigido como una de las principales armas de Imanol Alguacil en este ámbito puesto que, junto a Orri Óskarsson, es el máximo goleador txuri-urdin con tres tantos. Además, después de un comienzo de temporada dubitativo, Kubo ha ido in crescendo y llega con la flechita para arriba después de cuajar dos excelsas actuaciones: una con su club y otra con su selección.

Sus últimos trabajos

Con la Real Sociedad fue uno de los principales culpables de que el líder, el Barcelona, se dejara tres puntos (1-0) en Anoeta justo antes del parón internacional. Porque el único tanto del encuentro lo marcó Becker, pero fue Kubo quien desesperó a la defensa de Hansi Flick. Esta no pudo parar al torbellino nipón, principal culpable de la presión altísima y asfixiante que terminó por hundir a los blaugranas. Pero es que además, Kubo también brilló con Japón, con quien vapuleó a China (1-3) para poner pie y medio, y sin derrota alguna por el momento, en el Mundial de Estados Unidos, Canadá y México de 2026. El combinado dirigido por Hajime Moriyasu es una locura ofensiva, que ha colocado al delantero de la Real Sociedad como mediapunta para que mida los tiempos y se harte a dar asistencias. La última, de hecho, fue en este encuentro tras colocar un preciso saque de esquina en la cabeza de Koki Ogawa para que abriera la lata.

De esta forma, Kubo llegará al derbi del domingo en San Mamés cargado de moral, con las dudas del comienzo de temporada totalmente disueltas y con las piernas frescas de quien, a pesar de acumular minutos, le salen todas las cosas.