Tercera ronda de la fase de grupos y momento para ir definiendo inercias. Viene el Athletic de obtener dos buenos resultados y el de hoy pudiera valer para asentarse en la zona alta de la clasificación. Mide fuerzas con un rival directo, pues sus números son clavados a los propios: un triunfo, un empate frente a un conjunto poderoso, el Ajax, tres goles a favor y uno en contra. Datos que por sí solos anuncian dificultades. Pero lo que merece atención del Slavia Praga es una trayectoria prácticamente perfecta desde que empezase la temporada. Además, de que se trata de un conjunto acostumbrado a moverse por el continente gracias a su condición de puntero en Chequia.

Desde la perspectiva del Athletic, esta cita se celebra en un contexto amable y esperanzador. Superado el estreno del torneo en San Mamés, la ansiedad que se detectó contra el AZ Alkmaar y complicó el encuentro más de lo previsto, no debería notarse esta noche. Por descontado que la grada volverá a calentar el ambiente, así se viven las noches continentales, luego les compete a los jugadores modular la tensión y la responsabilidad. Por otra parte, existe un margen de cinco días respecto al compromiso anterior, saldado con un marcador contundente a costa del Espanyol. La plantilla ha gozado de tiempo de sobra para prepararse y encima el técnico recupera a Sancet y Vesga de la enfermería, donde ya únicamente permanece Unai Simón.

Todo son buenas noticias. Valverde va a poder diseñar la alineación sin mediatizaciones de ningún tipo y sus hombres, frescos y cargados de optimismo, solo han de centrarse en confirmar la importancia del factor campo. Falta por desentrañar el auténtico potencial del equipo que desde hace ocho años dirige con éxito Jindrich Trpisovsky.

Actual líder de su liga, que no gana desde hace tres años, el Slavia reluce con un balance concluyente: una solitaria derrota contra el Lille, en la previa de Champions a finales de agosto, un par de empates y catorce victorias. Lleva marcados 33 goles y ha cedido ocho, tres de ellos obra del citado equipo francés. La dificultad para calibrar su nivel nace del desconocimiento del hábitat en que se mueve, la denominada Chance Liga. La incógnita versa sobre cómo saldría parada en una comparativa con LaLiga, a sabiendas de que se ubicaría unos peldaños por debajo. En la Chance Liga se encuadran clubes que sonarán al aficionado más aplicado, como Sparta, Banik Ostrava, Viktoria Pizen y alguno más que atraviesa horas bajas, como Bohemians o Dukla. Detalles que arrojan escasa luz.

Un rival al alza

No admite discusión que desde que Trpisovisky tomó las riendas, el Slavia describe una trayectoria notable, realzada con tres títulos ligueros, cuatro de Copa y una serie de participaciones en Champions y, sobre todo, Europa League. Tampoco es mentira que su nómina está copada por internacionales, básicamente locales, pero quitando tres o cuatro, ninguno suele ser asiduo en los onces de la República Checa. Se comprobó en la reciente Eurocopa, por ejemplo. Los mejores futbolistas de ese país militan fuera de sus fronteras, en campeonatos que mueven más dinero.

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El Slavia propone un estilo de juego intenso, de mucho desgaste, con gente sacrificada y en bastantes casos de gran envergadura física, como ayer señaló Valverde. No se ciñe a un planteamiento táctico concreto, si bien a menudo utiliza una zaga de tres centrales. Los laterales poseen una clara proyección ofensiva, favorecida porque el trío más avanzado tiende a ocupar la franja central. Nada de lo apuntado o de las variantes que en ocasiones intercala Trpisovsky se ha dejado de estudiar esto días en Lezama, a fin de evitar sorpresas, aunque seguro que esta noche la formación del Athletic seguirá siendo fiel al dibujo que le hace reconocible allá donde actúa.

En torno a las intenciones de Valverde poco que anticipar. Se antoja improbable que de salida se registren muchos cambios respecto a la pizarra del sábado. A lo sumo acaso el técnico meta tres o cuatro novedades. El regreso de Paredes, que cumplió sanción, es más que previsible, al igual que la presencia de Prados al lado de Galarreta, que fue suplido a falta de media hora. Cabe que repita Gorosabel, titular en los anteriores compromisos internacionales, para dar descanso a un De Marcos que acabó cansado. Y, por último, quedaría por saber si Sancet se halla capacitado para jugar de comienzo o Valverde prefiere ir con cuidado y aguarda a la segunda mitad. En este supuesto, Berenguer hizo méritos para ejercer de enlace, pero el tipo de choque que se espera, más de ida y vuelta, puede que decante la balanza del lado de Unai.