"Athletic Club de Bilbao. Único en el mundo, un legado de honor y orgullo, símbolo de la tradición vasca". Así presenta el Slavia Praga al club rojiblanco, como preludio del encuentro del jueves (21.00 horas) en San Mamés, en la tercera jornada de la fase de liga de la Europa League. Y es que, para la entidad checa, la filosofía del Athletic es digna de estudio y de alabanza puesto que "con solo jugadores nacidos o criados en su zona" es el único equipo junto a Barcelona y Real Madrid que no ha descendido nunca de Primera.
"Si tenemos en cuenta el contexto de una política de transferencias casi exclusivamente exportadora, no nos queda más remedio que reírnos. Pueden compensar cada pérdida con sus propios recursos y competir regularmente por los primeros puestos", elogian en la web.
Otro de los conceptos que llaman mucho la atención del Slavia es el de Los 11 aldeanos. Ese que surgió en la Copa 58. Uno de los títulos más celebrados que marcó el final de una época. "Posiblemente el momento más sonado fue la victoria ante el hegemónico Real Madrid encabezado por Alfredo di Stéfano en la final de la Copa del Generalísimo. Cuando el entonces presidente del club, Enrique Guzmán, exclamó: ¡Les ganamos con once aldeanos!, la filosofía local del club quedó grabada para siempre en el ADN del equipo", escriben los checos.
Pero volviendo a la actualidad, el Slavia dice del Athletic que "su mayor éxito de los últimos años es la Copa de la temporada pasada", pero que hasta que eso ocurrió los leones lograron mantener "un desempeño constante durante su paso por La Liga y no han pasado vergüenza ni siquiera en Europa".
Ferdinand Daucik, el hombre en común
Athletic y Slavia Praga han compartido algo más que los dos amistosos que jugaron allá por 1923. Y es que Ferdinand Daucík tuvo pasados en ambos clubes. Fue jugador del equipo checo, donde militó desde 1933 a 1942, jugó 231 partidos y logró erigirse capitán. Fue tres veces campeón de liga y también levantó una Copa de Europa Central.
Con el Athletic, Daucik estuvo al frente del equipo durante tres temporadas, siendo el entrenador que consiguió las Copas del 55 y 56 y la Liga de la 55/56, justo la última antes de la época dorada de Javier Clemente y compañía. 114 partidos dirigió a los rojiblancos, aunque también pasó por Atlético de Madrid, Barcelona, Betis o Elche.