En años anteriores la agenda del Athletic se apretaba mediado el curso, la coincidencia de LaLiga y las rondas coperas daba pie a hablar de la cuesta de enero. Esta vez, la densidad de la lista de compromisos se dispara desde ya mismo. Jugar en Europa supone asumir una empinada pendiente que engloba como mínimo el final del verano y la siguiente estación al completo. La cuesta otoñal arranca hoy en Canarias, donde los rojiblancos aterrizan con Ruiz de Galarreta como gran novedad. Empieza un baile frenético que va a poner a prueba los recursos que maneja Ernesto Valverde y condicionará el signo de la temporada.

Con cuatro jornadas celebradas y agrupados en tres puntos la mitad de los equipos, incluido el Athletic, conceder más margen antes de emitir juicios parece lo más adecuado. Cierto que el arranque se ha alejado de las expectativas, pero ausencias por lesión, personal corto de preparación o el infame calendario con tres compromisos en una semana, dos de ellos ante auténticos huesos (Barcelona y Atlético) resultan aceptables como atenuante. Aunque se hayan apreciado avances, no ha comparecido aún el Athletic que el aficionado deseaba ver y ahora, a la vuelta del primer paréntesis en la competición, sería deseable que no se demorase más.

Llega el momento de dar la talla, conviene engancharse cuanto antes a la dinámica de jugar constantemente en domingo y en jueves. Hasta el siguiente parón, serán siete partidos en 22 días, con dos salidas consecutivas para abrir boca y rivales teóricamente asequibles: la UD Las Palmas y el recién ascendido Leganés. Se diría que no es un aperitivo indigesto, siempre que el equipo recupere sensaciones. Son la clase de partidos que un aspirante a habitar en la zona noble está obligado a rentabilizar.

Se dar por supuesto que la plantilla habrá aprovechado las dos semanas de que ha dispuesto en Lezama para afinar conceptos y adquirir el tono físico que su estilo le demanda. Huelga señalar el valor que entrañaría vencer esta tarde: no existe mejor forma de aparcar las dudas y los desequilibrios observados previamente que imponerse a un adversario sumido en problemas, como reflejan los dos únicos puntos de su casillero. También es verdad que ambos los logró en calidad de anfitrión y uno compitiendo con dignidad ante el Real Madrid.

Luis Carrión se ha estrenado con un grupo que registra bastantes novedades, pero mantiene las esencias del fútbol que practicaba a las órdenes de Xavi García Pimienta, actual entrenador del Sevilla. Kirian, Javi Muñoz, Mármol, Moleiro, Loiodice, Campaña y Sandro confieren a la UD Las Palmas unas señas de identidad fundamentadas en el gusto por la combinación. El tradicional fútbol envolvente de la isla, en apariencia de ritmo bajo, pero que se le puede atragantar a cualquiera. Algo de ello sabe el Athletic, lo sufrió en diciembre en San Mamés hasta que Unai, en plancha, sentenció en el tiempo añadido.

La máxima atención se centra en Galarreta, inédito desde mayo. Su dilatada baja se ha interpretado como causa principal del irregular comportamiento del colectivo. Un análisis que debe relativizarse porque las carencias han obedecido a unas cuantas razones y tampoco es cuestión de cargar sobre el centrocampista la responsabilidad de la reacción. Es probable que debute y lo haga además de inicio, pero es imposible que él solo vaya a transformar la imagen del Athletic. Hará falta la colaboración del resto, en especial de Nico Williams o Guruzeta, anodinos hasta la fecha.

La lesión de Yeray significará el regreso de Paredes al lado de Vivian y Yuri por delante de Agirrezabala, mientras que para el lateral derecho se perfilaría De Marcos. Junto a Galarreta estaría Prados, de los contados que ha sido inamovible en la alineación, al igual que Sancet, quien ha destacado claramente sobre el resto de los elementos ofensivos. El media punta ha podido realizar la pretemporada con normalidad y bien que se nota. Iñaki Williams tiene plaza asegurada y quedaría la incógnita del delantero centro pese a que a Djaló necesita serenarse y entender cuál ha de ser su aportación al conjunto.