Primera victoria del curso para un Athletic con otra pinta. Por la mínima, pero absolutamente merecida, a costa de un Valencia que no remató ni una vez y tuvo que resignarse ante un bloque firme, compensado y tenaz. No conceder ni lo más mínimo resultó clave para enderezar un rumbo errático que estaba causando cierta preocupación. Esa seriedad sin balón era indispensable para aproximarse a una versión que reconciliase a los rojiblancos consigo mismos y, cómo no, con una afición que reconoció el desgaste realizado por los de Ernesto Valverde. Aún falta un trecho para que pueda hablarse de un Athletic convincente o atractivo, es cuestión de tiempo si, tal como se vio este miércoles, se parte de unos fundamentos arraigados en el vestuario que precisan de cierto margen para desembocar en una propuesta que recuerde a cuanto ocurrió la campaña anterior. Con tres puntos más en el casillero será más sencillo.

De nuevo pudo comprobarse que una serie de jugadores se halla en fase de puesta a punto, así como los hay que están preparados para responder. Lo importante fue que entre unos y otros fueron capaces de elevar el rendimiento en el típico compromiso donde el tropiezo hubiese sido fatal. Después de pinchar con el Getafe y diluirse contra el Barcelona, derrotar al Valencia asomaba como una obligación. Tenía el Athletic que demostrarse que maneja un repertorio útil para deshacerse de adversarios inmersos en problemas. Apoyado en la firmeza de los centrales, el currelo a destajo de los dos medios, que mezclaron bastante bien, de la chispa de un Sancet muy participativo y del incisivo Iñaki Williams, el colectivo acertó a responder y maniatar al excesivamente contemplativo grupo que dirige Baraja.

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Las notas de Aitor Martínez: a lomos de un estelar Sancet Aitor Martínez

La parte más vistosa del trabajo se concentró antes del descanso, luego fue el turno de apretar los dientes para dejar prácticamente inédito a Agirrezabala. Será más adelante cuando el Athletic sostenga durante más minutos ese poderío que le permite percutir e instalarse en terreno ajeno. A medida que vaya cogiendo la onda gente como Guruzeta, un Djaló justito en el plano físico, al igual que De Marcos, y hombres que deben entrar en la rueda. No se olvide que el sábado llega el Atlético de Madrid, circunstancia que también consideró el entrenador con el reparto de minutos de hombres como Sancet, Prados o Nico Williams.

El surrealista calendario diseñado por los gerifaltes del negocio del pelotón adquiere un peso desproporcionado en este arranque de campeonato y obliga a tirar de lista. De modo que la media docena de cambios que de salida introdujo Valverde no causó extrañeza, aunque es posible que varios en concreto fuesen inesperados. Desde luego, no se anduvo por las ramas: laterales inéditos en las jornadas previas con De Marcos y el debut de Adama en la categoría, Jauregizar en lugar de Vesga, estreno en cita oficial asimismo de Djaló en la posición de un Nico Williams entre algodones, regreso de Guruzeta en punta y, según lo previsto a partir de las manifestaciones del técnico, Padilla pasó a la suplencia para dejar su sitio a un Agirrezabala que no había intervenido siquiera en los amistosos y acumulaba cuarenta días de rehabilitación.

A la obligación de refrescar el once se añadía la necesidad de buscar soluciones a los males observados en los partidos anteriores. En este sentido, puede afirmarse que la cita nacía muy condicionada, pero el Athletic supo amoldarse a la exigencia y monopolizó la iniciativa desde el inicio. Se mostró prudente en los primeros compases y fue adquiriendo cierta fluidez de forma paulatina, sobre todo al observar que el Valencia prefería aguardar, no se sabe muy bien a qué. Con el correcto trabajo de la pareja de medios y el dinamismo que aportó Sancet burlando la vigilancia de Pepelu y Guillamón, el Athletic halló en la figura de Iñaki Williams la pieza que dotase de profundidad a un control por momentos abrumador. 

Williams, tras recoger un despeje, avisó con un delicado toque en parábola que se estrelló en el larguero. Él mismo generó la segunda llegada con un taconazo que recibió en el área Sancet, cuyo pase fue desviado a córner por Pepelu, que le dio un buen susto a su portero. El tercer intento fue más nítido aún, Guruzeta chutó y Williams cazó el desvío de un defensa para conectar un cabezazo a bocajarro que Mamardashsvili repelió de manera inverosímil. Siguió una fase de mayor equilibrio, el Valencia amasó una posesión larga que no rentabilizó en ataque y paulatinamente el Athletic, laborioso y atento, recuperó el dominio. Sancet lanzó a Williams a la carrera y el pase a la primera de este, retrasado, lo empalmó flojo un Guruzeta voluntarioso y carente de inspiración.

Cuando parecía que el esfuerzo quedaría sin recompensa, en tiempo añadido, De Marcos templó al área e irrumpió Prados, anticipándose a Tárrega, con un remate picado de cabeza que entró pegado al palo derecho de Mamardashvili. La primera parte del objetivo estaba cumplida. El marcador era fiel reflejo de una sensible mejoría en el plano colectivo. La intención y la constancia permitieron asistir a una versión competitiva, lejos todavía de la excelencia, pero toca ir pasito a pasito.

En el segundo acto quiso el Valencia alterar el panorama, amasó más posesión, pero continuó sin saber cómo salvar la presión local. Fue un ejercicio de contención notable, pero al Athletic no le llegó el combustible ni el ingenio para generar peligro. A un violento disparo de Nico Williams, replicado con una vistosa palomita del meta georgiano, se redujo el balance ofensivo. En el área opuesta, nada que comentar. En los minutos finales, incluso el Athletic adelantó líneas, reforzando la impresión de superioridad que presidió una tarde para respirar con alivio e ilusionarse un poco, que falta hacía.

ATHLETIC: Agirrezabala; De Marcos, Yeray, Vivian, Adama (Min. 79, Lekue); Jauregizar, Prados (Min. 70, Vesga); Iñaki Williams, Sancet (Min. 70, Unai Gómez), Djaló (Min. 58, Nico Williams); y Guruzeta (Min. 70, Martón).

VALENCIA: Mamardashvili; Foulquier, Tárrega, Mosquera, Jesús Vázquez (Min. 89, Thierry); Diego López (Min. 81, Martín Tejón), Pepelu (Min. 81, Javi Guerra), Guillamón, Luis Rioja; Rafa Mir (Min. 58, André Almeida) y Hugo Duro (Min. 89, Dani Gómez).

Gol: 1-0: Min. 45; Prados.

Árbitro: González Fuertes (Comité Asturiano). Mostró tarjetas amarillas a Prados (Min. 69), del Athletic, y a Rafa Mir (Min. 23), Mosquera (Min. 26) y Foulquier (Min. 93), del Valencia.

Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada de LaLiga EA Sports disputado en San Mamés ante 48.644 espectadores, según datos oficiales.