En el terreno de juego no se reconocen amistades si no se comparte escudo. Los colores mandan y volverá a ponerse de manifiesto mañana en el morboso enfrentamiento entre Barcelona y Athletic en Montjuic, donde dos amigos como Nico Williams (Iruñea, 12-VI-2002) y Lamine Yamal (Barcelona, 13-VII-2007) se verán las caras como rivales tras brillar de la mano en la reciente Eurocopa conquistada por España.
La relación entre ambos futbolistas, que nació a través de otro joven valor del Barcelona como Alejandro Balde, quien se encargó de presentarlos en septiembre de 2023 en una de las primeras convocatorias internacionales de Yamal, fue resaltada hasta la saciedad por la prensa estatal durante la celebración de un torneo en el que las muestras de complicidad entre uno y otro fueron constantes. Siempre juntos en el día a día de la selección española en Alemania, inseparables según se cansaron de repetir sus propios compañeros, no faltaron las alabanzas entre ellos con un lenguaje común que no hizo sino resaltar una juventud que resultaba insultante en el caso del extremo del Barcelona.
“Soy su padre, le tengo dominado en todo lo que hago, porque en todo le gano”, llegó a manifestar entre risas en una entrevista Yamal, si bien era el extremo del Athletic, cinco años mayor que el azulgrana, quien realmente actuaba como protector de la jovencísima estrella blaugrana de puertas hacia dentro. “Soy su hermano mayor y me tiene que respetar, pero es un buen chaval y para la edad que tiene es bastante maduro”, lanzaba el rojiblanco en una de las numerosas entrevistas que concedió durante la Eurocopa, en la que las preguntas sobre el Barcelona y el propio Yamal monopolizaron las mismas.
Entre tiktoks, bailes, bromas y una poderosa conexión sobre el verde se potenció una relación que hizo volar al combinado dirigido por Luis de la Fuente hasta alzar el título continental en el Olímpico de Berlín, donde la sociedad formada por Nico y Yamal, quien no escondió su deseo de poder jugar con el navarro en el Barcelona, resultó determinante. La lluvia de elogios a nivel internacional fue incesante hasta convertirlos en la pareja de moda del fútbol europeo a nivel de selecciones.
Soñó Joan Laporta, presidente del Barcelona, con reclutar este verano al menor de los Williams para que ambos trasladaran al conjunto culé la imponente sintonía mostrada en el transcurso de la Eurocopa, en la que brillaron con luz propia buscándose constantemente dentro y fuera del campo. El impacto que tuvieron en el torneo fue mayúsculo. En el caso de Nico, nombrado MVP en la segunda jornada de la fase de grupos ante Italia y en la final contra Inglaterra, cita en la que el rojiblanco marcó a pase de Yamal, su extraordinario rendimiento se vio reflejado en los dos goles y en la asistencia que dio en un total de seis partidos.
Los récords de Lamine
Yamal, autor de un gol y cuatro asistencias mientras se graduaba en la ESO de manera on line en plena Eurocopa, fue el MVP de la semifinal que España sacó adelante frente a Francia y designado por la UEFA como mejor jugador joven de un torneo en el que batió varios récords. En el debut en la competición ante Croacia, el atacante blaugrana se convirtió en el jugador más joven en jugar, ser titular y asistir en una Eurocopa al hacerlo todo con 16 años y 338 días, mientras que en la mencionada semifinal contra Francia se erigió en el más joven en marcar en el torneo.
Futbolista más prematuro también en disputar unas semifinales y una final de Mundial o Eurocopa, en la cual destacó sobremanera Yamal logrando el título con 17 años y un día, el atacante del Barcelona hizo de su relación con Nico Williams una poderosa arma para el combinado español que dio sus frutos en el torneo disputado en Alemania. Cinco semanas después de tocar el cielo en Berlín, donde destacaron que “nos retamos uno a otro y nos complementamos”, la segunda jornada de liga les pone mañana frente a frente como baluartes ofensivos de Athletic y Barcelona.
Ambos equipos se ven abocados a verse las caras a las primeras de cambio con el extremo rojiblanco acaparando todos los focos en su visita a un estadio en el que los aficionados culés, incluido el presidente Laporta, soñaban con ver al menor de los Williams vestido de blaugrana ante el equipo de Ernesto Valverde. La realidad será otra.