MARCOS José María Martín, como otros muchos seguidores rojiblancos, echó a llorar el domingo a las 0.48 horas cuando Alex Berenguer metió el penalti que hacía al Athletic campeón de nuevo 40 años después. Él, a sus 94 años –hará 95 el día 25 de este mes– no esperaba volver a su equipo campeón y así lo expresó hace dos años en el documental La Copa de Todos de Amazon Prime Vídeo. “Quería volver a ver a mi Athletic campeón y he tenido la inmensa suerte de verlo. Ya pensaba que la del 84 iba a ser la última vez que vería al Athletic ganar, pero esto ha sido todo un regalo. Nunca perdí la esperanza a lo largo del partido”, explica quien es conocido por muchos sestaoarras como Aitite Txema. Él no conoce las redes sociales, pero tras el penalti de Berenguer no fueron pocos quienes se acordaron de Txema y desearon que sí, que hubiera podido ver a su Athletic campeonar otra vez.

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El sábado no fue a La Cartuja, pero vivió la final con toda la ilusión del mundo y con su bandera del Athletic, la misma que llevó a la final del 84, colgada del balcón de su hogar de Sestao. “Me emocioné, lloré porque mi hijo, mi bisnieto están viviendo lo mismo que he vivido yo más de una vez. Yo lo viví el sábado con el mismo orgullo y la misma ilusión que la primera vez que vi al Athletic campeón”, señala Txema. Al preguntarle si irá mañana al recibimiento a la gabarra, esboza un “ya se verá” que indica que hará todo lo posible por estar presente en otro momento histórico del club de sus amores. “Para mí el Athletic significa muchísimo, es como una gran familia de la que formo parte”, explica Txema, quien fuera presidente del San Pedro durante tres décadas. A lo que ya es seguro que no faltará, es al partido de Liga del domingo contra el Villarreal. “Voy a ir, no me quiero perder cómo nos hacen el pasillo y cómo el equipo ofrece la Copa a la afición”, indica este hombre que irradia simpatía en cada palabra. Ahora, se fija un nuevo objetivo vital; volver a ver un nuevo título del Athletic. “Claro que quiero llegar a ver un nuevo título del Athletic. Esa ilusión no la voy a perder nunca”, repite.

Y es que en la memoria de Txema hay muchos triunfos rojiblancos, muchos momentos inolvidables de aquellas épocas en las que era muy frecuente ver a los rojiblancos tocar el cielo. En su recuerdo hay muchas finales de Copa y la primera de ellas es la que vivió in situ data del año l950, cuando los leones alzaron la Copa en Chamartín tras vencer en la prórroga 4-1 al Valladolid. “Esa fue mi primera final. Tenía yo 18 años y fuimos a Madrid en un camión desde Barakaldo. Nos pusimos 1-0 y casi al final nos empataron a uno, un tal Coque metió el gol, pero en la prórroga, pim, pam, pum, tres goles de Zarra. Aquello fue increíble”, recuerda con una memoria increíble para su edad. Tampoco falló a su cita en las finales en 1969 y 1973 frente al Elche y el Castellón respectivamente. “Aún recuerdo cómo sonaban los cánticos de la afición del Elche. Aquella me pareció una final muy bonita”, apunta. Tampoco ha borrado de su memoria la que, hasta el sábado, era la única final de Copa del Athletic que se había decidido a penaltis, la de 1977 contra el Betis en el Calderón. “Aquella fue un palo. Estaba Rafa Iriondo de entrenador del Betis y nos ganó”, indica.

La final de Copa de 1984 había sido, hasta el sábado, la última vez que había visto Txema al Athletic campeón. En aquella plantilla había un jugador con el que Txema tiene una especial vinculación; Manolo Sarabia. “Yo fui quien hizo el traspaso de Manolo Sarabia desde el San Pedro al Athletic. Me reuní con Venancio, el que fuera jugador del Athletic y el secretario general del club en las piscinas de Portugalete y allí se cerró el traspaso de Sarabia y de otro jugador”. Una década después de aquel traspaso, Sarabia y sus compañeros se alzaron con la Copa en el Bernabéu contra el Barcelona de Maradona y Schuster. “Al verle ganar aquella Copa, al igual que las dos ligas, sentí una ilusión tremenda de ver a un chaval que había pasado por el San Pedro triunfar con el Athletic de aquella manera”, rememora. Luego llegó el rosario de finales perdidas en las que este hombre nacido en Sestao también estuvo presente y la desilusión de la semifinal de hace tres temporadas que se puede ver en el documental.

PASIÓN DESDE MUY PEQUEÑO

La pasión que Txema profesa hacia su Athletic viene desde la más tierna infancia. “La primera vez que fui a San Mamés tenía diez años. Y como no teníamos dinero, me subí a los topes del tranvía y después me colé en el campo entre la gente. Al volver a casa, alguien le había dicho a mi padre que me había visto en San Mamés y me preguntó que qué tal lo había pasado en San Mamés. Por suerte, no me echó la bronca”, recuerda. Aquella, hace casi 85 años, fue la primera de las muchas veces que Txema ha visitado La Catedral, puesto que ha sido socio durante más de tres décadas y, previamente, ha sido abonado durante diez años. La próxima vez que acuda al templo rojiblanco será el domingo y la hará con más ilusión de lo habitual, puesto que verá a su Athletic brindar a la afición esa Copa que Txema, hace no tanto, creía que no volvería a ver ganar a los leones.