El gol, que decía Eduardo Galeano, es el orgasmo del fútbol. “El entusiasmo que se desata cada vez que la bala blanca sacude la red puede parecer misterio o locura, pero hay que tener en cuenta que el milagro se da poco”, escribió el literato uruguayo, que proseguía: “La multitud delira y el estadio se olvida de que es de cemento y se desprende de la tierra y se va al aire”. El gol es alegría, es celebración, es satisfacción, pero el gol sin duda pierde trascendencia cuando no conduce a resultados positivos.

El gol ha sido una losa en Bilbao no hace tanto tiempo, una etapa en la que era difícil o imposible olvidar las cifras mayúsculas de Aduriz o el propio Raúl García, que aunque permanece en la plantilla ahora desempeña otros menesteres. Nombres recurrentes en el anhelo producido por las carencias, carencias que a su vez han venido privando al Athletic de la consecución del objetivo de competir en Europa o incluso alzar más títulos.

Resulta que esta temporada el gol es un cauce que fluye allá por donde transcurre el Athletic. La sequía a la que apelaron Garitano, Marcelino o el mismo Valverde, que apelaban a un discurso que decía algo así como “llegamos mucho a situación de peligro pero falta concreción, acierto, puntería, definición, efectividad –llámese como se quiera– en los metros finales”, parece lejana. Pero es que además, el equipo bilbaino está siendo una suerte de talismán. Porque cuando el Athletic marca, el equipo no pierde. Ha convertido el arte de golear en una ciencia exacta.

El Athletic ha disputado hasta la fecha 29 partidos de competición oficial (23 de liga y 6 de Copa) y ha conseguido anotar en 23 de ellos, en los que ha firmado 19 victorias (13 en liga y 6 en Copa) y 4 empates (todos en liga). Es significativo el hecho de que a estas alturas ha firmado las mismas victorias que en todo el curso pasado: 19 (14 en liga y 5 en Copa). No obstante, estas cifras por sí solas no son indicador del nivel de producción goleadora del equipo.

Para acentuar la capacidad de golear de la plantilla rojiblanca habría que observar las cifras totales de producción en comparación con la pasada temporada, en la que el Athletic se quedó a las puertas de alcanzar la meta de acceder a competición europea –a 2 puntos de Osasuna, el séptimo clasificado– y de disputar la final de Copa –cayó en la semifinal contra el conjunto navarro–. El curso anterior la tropa de Valverde alcanzó una cifra total de 61 goles a favor (47 en liga y 14 en Copa). En la presente campaña presenta una cantidad de 57 (42 en liga y 15 en Copa). Es decir, con al menos 15 jornadas y un partido de Copa más por delante, el plantel rojiblanco está a solo cuatro tantos de los conseguidos en toda la temporada 2022-23. Una notable diferencia que refleja la transformación del equipo.

A nivel individual, Gorka Guruzeta, que presenta 10 goles en su cuenta particular, está a solo uno del máximo realizador del pasado curso, Iñaki Williams. El propio Iñaki, con 9 tantos, está a solo una diana de la decena que alcanzó Oihan Sancet, que fue el segundo mayor goleador de la plantilla. Por lo tanto, el techo de la campaña anterior está a un solo paso.

La defensa, otro argumento

Otra faceta que permite comprender la brillante situación actual de resultados es la defensiva, la que permite conservar un resultado favorable al mismo tiempo que se consigue marcar. La fortaleza defensiva también permite rentabilizar los goles con puntos. La temporada previa el Athletic encajó un total de 47 goles (43 en liga y 4 en Copa), mientras que en la actual ha recibido 24 (21 en liga y 3 en Copa). Estos registros han permitido que entre Unai Simón y Julen Agirrezabala hayan reunido 16 porterías a cero este curso, cuando en la campaña precedente la suma se detuvo en 14. En concreto, Simón es el portero que más veces lo ha conseguido de la liga (11 partidos, los mismos que el equipo más destacado, el Real Madrid). La solidez por lo tanto está siendo otro factor a tener muy en cuenta para establecer esa relación entre partidos con gol con la obtención de victorias o empates. La última demostración, frente al Atlético de Madrid en la ida de la semifinal de Copa, donde la tarea defensiva dio enorme validez al gol de Alex Berenguer.

El contraste entre goles a favor y en contra es considerable. Por ejemplo, el Athletic es el quinto máximo goleador en liga, con 42 goles (superado por Girona, 52; Real Madrid, 48; Barcelona, 47, y Atlético, 45), aunque igualmente es el tercero que mayor diferencia de goles posee (21), solo por detrás del Real Madrid (33) y del Girona (27), primer y segundo clasificado, respectivamente. Esto es debido a que se trata del tercer equipo que menos goles encaja en la competición doméstica (21), por detrás del Real Madrid (15) y de Las Palmas (20).

En conclusión, el Athletic destaca en labores de anotación pero aún más a la hora de proteger su portería y además amortiza estas virtudes con puntos. Si bien, el requisito indispensable para sumar está siendo el gol, es el nutriente, ya que en los seis compromisos en los que el conjunto rojiblanco no ha visto portería ha sellado 4 derrotas y 2 empates. El gol es el tesoro. Es un talismán en el viaje triunfal del equipo de Valverde. Es misterio, locura o milagro que se da poco, pero es el argumento futbolístico para certificar resultados.