El Athletic, imponente, cantó bingo en una memorable prórroga que puso el broche a un partido con mayúsculas disputado a máxima intensidad desde el pitido inicial. No hubo tregua desde que el colegiado José María Sánchez Martínez señaló el comienzo del encuentro y los treinta minutos extra contra el Barcelona no fueron una excepción.

Con la gasolina justa y las piernas pesadas, pero con el inquebrantable deseo de adjudicarse el preciado billete para las semifinales de Copa encararon los hombres de Ernesto Valverde una prórroga en la que dictaron sentencia los hermanos Williams.

Se quitó así el conjunto rojiblanco, aunque fuera solo en cierta medida, la espina de la pasada temporada en la vuelta de la semifinal del torneo del K.O ante Osasuna. Con San Mamés también en ebullición, los rojillos sorprendieron al Athletic con un gol de Pablo Ibáñez en el minuto 116 para meterse en la gran final. Lloraron su eliminación los bilbainos, acostumbrados en los años anteriores a navegar sin lamentos en dichos tramos de partido. Siempre difíciles de afrontar y con la amenaza de la tanda de penaltis sobrevolando el ambiente, se dice que las prórrogas son para los valientes y eso fue precisamente anoche el Athletic, que repitió el camino trazado dos años atrás.

Entonces, bajo la batuta de Marcelino, los rojiblancos lograron someter también al Barcelona en el tiempo suplementario gracias a un gol de penalti de Iker Muniain en el minuto 105. Avanzaron a cuartos de final los rojiblancos, que de las tres prórrogas disputadas en Copa frente a los blaugranas solo cedieron en la final de 1942. Dos de tres. No es un escenario que se les de mal a los rojiblancos, de hecho. En los últimos años, a excepción del mencionado varapalo ante Osasuna, el resto de prórrogas habían resultado cuando menos productivas para un equipo que en el ejercicio 2020-21 selló su pase a la final venciendo a domicilio al Levante en dicho segmento de encuentro. Un tanto de Alex Berenguer en el minuto 112 dictó sentencia después de que el cruce previo de cuartos acabara con una fructífera tanda de penaltis en el Benito Villamarín.

No claudicaron entonces en la prórroga los rojiblancos como tampoco lo hicieron la temporada anterior (2019-20) en otros dos choques como visitantes en los que triunfaron en los penaltis. Elche y Tenerife, ambos equipos entonces en Segunda División, se quedaron con las ganas de poder superar en sendas prórrogas al Athletic, que ofreció su mejor cara anoche para dejar en la cuneta al Barcelona sin necesidad de llegar a los penaltis. No hizo falta porque en ello se empeñaron los Williams, así como un soberbio centro del campo y una férrea defensa que solo permitió una ocasión de gol a los culés en los treinta minutos extra. Con el aliento de San Mamés, esta vez sí, el Athletic se quitó su última espina.

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