En el control está la madurez. Sirva como ejemplo de una de esas frases que uno escucha, interioriza y trata de hacer suya con el paso del tiempo, de los años. Un ejercicio parecido realizó ayer el Athletic en una tarde redonda en San Mamés, en la que controló el choque a su antojo y fue madurando una más que merecida victoria. Goles, buen juego, dominio del partido y ningún atisbo de sufrimiento dieron forma a un partido en el que ni la lluvia ni el frío ensombrecieron una actuación redonda de los rojiblancos, que pasaron por encima de un timorato Rayo Vallecano, muy lejos de esa versión que ha venido ofreciendo lejos de su estadio y que le situaba como el equipo menos goleado de la categoría jugando a domicilio. Ya no lo es. Ahora es el segundo, empatado con el Athletic y superado por el Real Madrid.

La tropa que dirige Ernesto Valverde sometió a su rival en todas las facetas del juego, mostrando una gran dosis de madurez que quizá no casa aún con futbolistas como Oihan Sancet o Nico Williams, y qué decir de la jovencísima pareja de centrales que poco a poco va cogiendo galones: Dani Vivian y Aitor Paredes, pero que se trata de un escenario que sí manejan a la perfección Iñaki Williams, Óscar de Marcos o Ander Herrera, por citar a algunos de los destacados ayer.

Este Athletic es capaz de ofrecer distintos registros en función de su rival. Se mimetiza con el entorno y comprende a la perfección aquello que necesita en cada momento, lo que unido al gran estado de forma de sus futbolistas de ataque, que van como motos, la ecuación sale redonda. Si el lunes ante el Girona ofreció su versión más valiente, jugando siempre al ataque, incluso tras lograr el tanto del empate en casa del sorprendente líder de la categoría; ayer actuó de una manera bastante distinta. Fue masticando el triunfo a base de paciencia, que la tuvo en grandes dosis, toda la que le faltó a un Rayo empequeñecido, incapaz de superar la gran presión de su rival, y los goles fueron cayendo poco a poco.

El Athletic controló el ritmo del partido desde el centro del campo, donde sobresalió un Ander Herrera al que si las lesiones se lo permiten aún está a tiempo de reconducir su segunda etapa en Bilbao. El centrocampista ocupó el puesto de Mikel Vesga, quien cayó lesionado en el calentamiento, y ofreció un rendimiento notable. Jugó fácil y trabajó a destajo, formando una más que interesante pareja junto a Iñigo Ruiz de Galarreta, cuyo desempeño, también de nota alta, ya no puede pillar a nadie por sorpresa.

El conjunto bilbaino creció desde la superioridad que mostró su doble pivote, muy agresivo en las disputas y sacrificado en los retornos defensivos. Y también desde la seguridad defensiva. Solo Radamel Falcao, cómo no, un futbolista que le tiene tomada la medida al Athletic, hizo trabajar a Unai Simón, aunque la acción más peligrosa de los visitantes llegó en el tiempo de añadido del segundo tiempo y la solventó sin más problemas el guardameta.

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Después de varios partidos con ciertas dudas en defensa, como fueron los enfrentamientos en San Mamés ante Valencia y Celta y en menor medida la visita al Villarreal, el Athletic ha recuperado la estabilidad del inicio del curso. Tras cinco partidos sin lograrlo –seis con el choque de Copa–, volvió a dejar su portería a cero, y ya son seis jornadas sin recibir sobre un total de 15 disputadas, y se gustó con hasta cuatro goles que le convierten en el equipo más goleador jugando en su campo. En el control está la madurez.

La cifra: 22

El Athletic es el equipo que más goles ha marcado en lo que va de liga actuando como local. El conjunto rojiblanco, tras la goleada de ayer frente al Rayo, ha anotado 22 goles en ocho encuentros, lo que arroja una media de 2,75 por partido. Solo se quedó sin marcar en la visita del Real Madrid en la primera jornada.