No hay partido desapacible para ver al Athletic. Ni aunque la alerta naranja por tormentas y viento amenazara con aguar la tarde en Sestao. Era el primer partido de pretemporada que los de Ernesto Valverde disputaban en tierras vizcainas, así que había ganas de volver a la rutina futbolera y eso se notó en las entradas vendidas. De esta forma, Las Llanas hizo su primer lleno del curso y aunque la lluvia acompañó a los más de 3.500 asistentes hasta su asiento, nadie perdió las ganas de ver de cerca a los leones. Y es que México -ante Guadalajara y Necaxa- y Glasgow -ante el Celtic- quedaban muy lejos para los bolsillos del socio medio del club rojiblanco- y aunque la localidad cántabra de Santamaría de Cayón -donde jugó ante el Racing de Santander- era más accesible, los seguidores saben que el Athletic es mucho más Athletic cuando juega en su territorio. Quizá por eso, como si quisiera bendecir el primer y único amistoso en Bizkaia, el sol se dignó a aparecer justo cuando los jugadores saltaron al campo. Aunque se marchara tras un suspiro.

Con un precio reducido para ellos, los niños fueron mayoría en una tarde de agosto que se vivió como festiva en Sestao

El once inicial de Valverde, plagado de posibles y meritorios, no desalentó a los presentes. Algo intuyeron cuando el club publicó un día antes una convocatoria sin De Marcos, Iker Muniain, Iñaki Williams y Unai Gómez por decisión técnica y sin los tocados Yeray Álvarez, Nico Williams, Yuri Berchiche y Alex Berenguer. Por eso poco les importó que los baluartes rojiblancos estuvieran en la grada junto a ellos. Así, la expectación por ver en directo a los leones tan cerca de casa hizo de este jueves un día festivo en Sestao. Las cuadrillas calentaron el ambiente con los potes previos, que continuaron dentro del campo; y familias al completo se pusieron el traje más elegante de los domingos: el rojiblanco. De esa guisa colonizaron el metro camino a Las Llanas. E incluso pudo verse hasta gente de Eibar. No se les escuchó mucho en el minuto 19 cuando Javi Martón hizo el primero de la tarde, pero sí que se gustaron cuando Mario Soriano hizo el empate en el 35 llevando a la red una gran jugada armera por la banda izquierda.

El día del niño 

De esta forma, con empate de goles cantados, el encuentro se marchó al descanso. Tras 15 minutos de pausa, aprovechados para reponer el líquido de los vasos y llenar el vacío del estómago, el viento volvió a soplar con fuerza en Las Llanas. Así, los aitas, las amas, los aitites y las amamas echaron brazo al hombro a las criaturas, que no eran pocas. Porque este jueves Sestao fue la capital de los niños. De eso se encargó el Athletic al poner las entradas a los infantes a un precio reducido. Cinco euros les costaba entrar al estadio verdinegro, por los 10 ó 15 que tuvieron que pagar sus progenitores dependiendo de dónde quisieran sentarse. Por ello, la media de edad de la afición rojiblanca fue baja. Muy baja. Pero llena de ilusión. Para muchos, habituales en las cuatro sesiones preparatorias abiertas al público, era el primer partido que veían en directo. Sin pantallas de por medio. Es cierto que a algunos se les hizo largo y estuvieron más pendientes de los jugadores que calentaban que de los que jugaban, pero el objetivo de todos fue el mismo: hacerse con alguna camiseta. Villalibre fue, de lejos, el más aclamado; pero tampoco se quedaron atrás Sancet, que se estrenaba en un amistoso, y Vivian. Con todo, contrario de lo que ocurrió contra el Racing, en esta ocasión no se invadió el terreno de juego tras el pitido final. Pero ganas no faltaron.