El fútbol es caprichoso y está lleno de contrastes. La visita del Elche a San Mamés proyectó el enésimo ejemplo, pues tuvo que ser Asier Villalibre, saliendo desde el banquillo avanzada la segunda mitad, quien acabara dando los tres puntos a los rojiblancos firmando el tanto que se le volvió a resistir durante 74 minutos a Iñaki Williams, el hombre al que sustituyó el gernikarra para buscar y encontrar su primera diana de la temporada. La firmó, tras tirar una pared con un Raúl García que ejerció también como revulsivo, superando en el cuerpo a cuerpo al central Diego González para batir después en un escorado mano a mano a Edgar Badía, lo cual no pudo hacer el mayor de los Williams en la primera mitad en ninguno de sus dos vis a vis con el cancerbero catalán.

El gol, no en vano, se le sigue resistiendo por norma general al punta bilbaino, al mismo tiempo que ha servido como recompensa al sufrimiento padecido por Villalibre, quien ha puesto fin a una sequía de prácticamente un año. Desde el 7 de abril de 2021 no veía portería el Búfalo. Fue en la visita liguera a una Real Sociedad que solo tres días antes se había proclamado campeona de Copa a costa de los rojiblancos en La Cartuja. En el minuto 85 de aquel derbi de complicada gestión y digestión marcó el de Gernika, que ha vuelto a relacionarse con el gol en el minuto 86 para poner el punto final a un largo calvario propiciado por las lesiones. Hasta tres percances musculares, todos en la misma zona, en el bíceps femoral de su pierna izquierda, ha sufrido esta temporada un delantero llamado a aportar gol al colectivo, pero frenado en seco por unas sucesivas dolencias que le han impedido coger vuelo hasta la fecha.

Con ocho jornadas de liga por delante hasta la finalización del ejercicio, el ansiado zarpazo ante el Elche debe servir de estímulo al 20 del Athletic, quien ha de crecer en confianza para volver a ganar peso y terreno en un equipo falto de acierto en la finalización. Capaz de generarse ocasiones de gol por sí solo y de ayudar en la distribución con caídas permanentes a ambas bandas, Villalibre emerge como una preciada alternativa a ojos de Marcelino, quien se ha rendido en elogios hacia la figura de su pupilo.

Cuestionado por la trascendencia de su gol, el de Villaviciosa ha hablado claro y ha reconocido que "me alegra mucho, porque ha pasado una temporada complicada con una lesión y varias recaídas en la misma zona, lo cual te genera una inseguridad grande al producirse además las lesiones de la misma manera. Se fue recuperando, al principio le costó, pero en los entrenamientos percibimos esa progresión en cuanto al ritmo que aplica a las acciones y estoy muy contento, porque se lo merece. Es un chaval estupendo, muy buen profesional y después de una temporada tan complicada, es un justo premio, aunque corto en proporción de lo que pudo sufrir".

Villalibre, por su parte, ha confesado tras marcar ante el Elche que "es un año difícil para mí. Personalmente está siendo duro, porque las lesiones siempre son difíciles de llevar. Es un gol que me da mucha confianza y alegría".

EL ROL DE WILLIAMS

En sus cinco temporadas con el primer equipo rojiblanco, el delantero gernikarra suma noventa partidos y trece goles, los cuales busca con ahínco Iñaki Williams, autor de siete dianas esta campaña en liga. Tras no acertar con la portería del Elche en ninguna de las clamorosas ocasiones de gol que tuvo, Marcelino también tuvo que referirse a su situación, a la cual quiso restar importancia al asegurar que "yo quiero ver al Iñaki que hemos visto en estos dos últimos partidos en casa. Es el que me gusta ver y no creo que necesite el gol, que llegará al ser una consecuencia de lo que haces en el campo".