El pasado miércoles, en el concierto de Coldplay en Boston, un inesperado giro de los acontecimientos dejó a los asistentes con la boca abierta.

No se trató de una sorpresa musical ni de un momento de pura magia, sino de un escandaloso incidente que rápidamente se convirtió en viral. Mientras Chris Martin, vocalista de la banda, interactuaba con el público en un momento de descanso entre canciones, se activó la famosa kiss cam—un juego habitual en grandes eventos deportivos, y lo que ocurrió a continuación dejó a todos los presentes atónitos.

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La cámara enfocó a Andy Byron, un conocido empresario y CEO de la firma de tecnología Astronomer, quien se encontraba disfrutando del espectáculo junto a una mujer. La imagen fue proyectada en las pantallas gigantes del estadio, mostrando a Byron y a su acompañante en una actitud bastante íntima: abrazados y sonriendo. Sin embargo, la sorpresa vino cuando se descubrió que la mujer no era su esposa, sino Kristin Cabot, directora de recursos humanos de su propia empresa.

Reacciones varias

Al instante, la reacción del público fue palpable, y Chris Martin, en tono de broma, exclamó: "¡Oh, miren a estos dos! ¿Serán una pareja o tal vez son un poquito tímidos?", mientras ambos, visiblemente desconcertados, se apresuraron a separarse. En ese momento, Byron se escabulló por la valla, mientras Cabot, avergonzada, se tapaba la cara y huía de la cámara. La situación dejó al público entre risas y murmullos en el Gillette Stadium, pero el revuelo no terminó allí.

El video del incómodo momento se compartió rápidamente en las redes sociales, y no tardaron en surgir comentarios acusando a Byron de infidelidad. Según se ha podido saber, el empresario está casado y reside en Nueva York con su esposa e hijos. Por su parte, Cabot lleva menos de un año trabajando en la compañía como directora de recursos humanos, y aunque hasta ahora se desconocía cualquier tipo de relación más allá de lo profesional entre ambos, este incidente ha desatado una ola de especulaciones.

La empresa, en silencio

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La empresa Astronomer, cuyo valor se estima en más de 1.300 millones de dólares desde 2023, no ha emitido comentarios sobre el suceso. Mientras tanto, las reacciones en las plataformas sociales no se han hecho esperar, con usuarios comentando tanto sobre el comportamiento inapropiado de los implicados como sobre la ironía del momento, ya que la kiss cam generalmente se utiliza para momentos de alegría y no para exponer secretos incómodos.

Este episodio, que mezcla el entretenimiento con lo escandaloso, sin duda se posiciona como uno de los más comentados del verano, dejando una lección sobre los peligros de mezclar la vida personal con la atención pública.