Habrá que empezar a utilizar otro término que no sea el de final para referirse a los encuentros que apuntan a decisivos en la trayectoria del Athletic a lo largo de las temporadas. No le sienta bien el empleo de esta palabra al conjunto rojiblanco, que naufraga generalmente cuando la escucha. Se atenaza y no consigue dar rienda suelta a su juego. Hay muchos y variados ejemplos de ello; el más reciente, el de anoche en San Mamés, cuando en un nuevo ejercicio de impotencia fue incapaz de ganarle a un Getafe que jugó más de media hora con un futbolista menos, si es que el término jugar hace referencia a lo que realmente sucedió desde la expulsión de Cuenca y hasta el pitido final. Soria se convirtió en el héroe azulón con varias intervenciones de mérito y el Athletic se quedó con cara de tonto. Ahora, entrar en Europa, si no imposible, se antoja si cabe muchísimo más complicado. Eso sí, por buscar el lado amable, habrá que esperar hasta mañana, cuando entren en liza Betis, Real Sociedad y Villarreal, para saber si el punto logrado ante el Getafe tiene algo de positivo o, si por el contrario, supone decir adiós a Europa.

La cita, en viernes, con buena temperatura y a las puertas de un parón por los compromisos de las distintas selecciones, apuntaba a noche grande en 'La Catedral', de esas que por detalles, por pequeños que sean, quedan grabadas en la mente de los aficionados. Tras el insulso encuentro ante el Betis, los jugadores debían dar un golpe sobre la mesa y demostrar, en una semana en la que las redes sociales han echado fuego con Ibiza y el destino vacacional de los leones como telón de fondo, que efectivamente quieren jugar la próxima temporada. Tras lo visto ayer, esto último no se puede poner en duda. Resultaría muy injusto. Porque el equipo se vació una vez más y buscó el gol de mil maneras. Quizá, simple y llanamente, es que no le da. Sin gol, no hay paraíso.

De inicio, sorprendió que Marcelino García Toral decidiera no modificar su idea de seis días atrás, que apostara por el mismo once que no dio la talla ante el Betis el pasado domingo en el Villamarín. Como si el desempeño de sus pupilos, que firmaron un único disparo a puerta en los 90 minutos, hubiese sido satisfactorio, que no lo fue. Qué decir del rival y del estilo, puesto de Getafe y Betis se parecen como un huevo a castaña. Pero la cosa, salvo al principio del partido, que tuvo un comienzo arrollador por parte del Getafe, le salió bien al técnico. Claro, que algo sabe de esto€

Con el encuentro cuesta arriba desde bien temprano, la reacción del equipo fue cuando menos satisfactoria. Quien más quien menos saboreaba ya una de esas noches de remontadas en San Mamés, pero faltó poner la guinda.

LOS CAMBIOS

El Athletic se fue empequeñeciendo con el paso de los minutos y desde la banda, pese a que intentó distintas fórmulas, Marcelino no dio con la tecla. Los cambios, que se hicieron esperar en el tiempo, pues la primera sustitución no tuvo lugar hasta el minuto 72, para cuando el Getafe se defendía ya con diez futbolistas y muy cerca de su área, llegaron tarde y mal. Pues el equipo empeoró. Perdió claridad en el campo rival y se fue sumiendo en el caos. Ahora, Europa es casi un imposible. Colorín, colorado...