NA gran defensa, que supo mantener la sangre fría en la caliente casa del vigente campeón de liga, le otorgó al Athletic un empate en el Wanda Metropolitano. Sin embargo, la sensación es que los rojiblancos podían haber sacado algo más de Madrid. Que su delantera podía haberles dado la victoria ante el Atlético. Y es que los leones tuvieron las mejores ocasiones del encuentro, pero no supieron aprovecharlas. Se les desvió la mirilla o se les empapó la pólvora, pero no pudieron ponerle la guinda a un buena actuación. Iñaki Williams y Asier Villalibre estuvieron desacertados de cara a portería, pero metieron el miedo en el cuerpo a los del Cholo Simeone. Silenciaron al estadio colchonero. La primera fue para el delantero bilbaino, casi al comenzar la segunda mitad. Un buen pase de Raúl García le dejó en carrera. Como a él le gusta. Exhibió su capacidad de anticipación y su velocidad, supo dejar atrás a un Giménez enrabietado y se plantó solo ante Jan Oblak. Y entonces la mandó fuera. Williams lo hizo todo bien, pero no supo culminar. Abrió demasiado el pie, giró mucho el tobillo y el balón acabó marchándose a la izquierda de la portería defendida por el esloveno.

El 9 del Athletic no pudo festejar con gol el que ha sido su partido 200 consecutivo en Liga. De hecho, el bilbaino se encuentra a tan solo dos encuentros de igualar el récord de los 202 que disputó Juan Antonio Larrañaga, futbolista que jugó en la Real Sociedad. Cifra que alcanzaría, si nada se tuerce, en el duelo que medirá a los rojiblancos ante el Valencia en Mestalla el próximo día 25. Asimismo, de haber logrado marcar en ese mano a mano, Williams hubiera logrado su tercer tanto en tres partidos seguidos; algo que el delantero tan solo ha conseguido anteriormente en una ocasión en Laliga Santander.

Sin embargo, el bilbaino no fue el único que protagonizó una ocasión inmejorable para adelantar al Athletic en el marcador. Villalibre, que precisamente entró en el 62 por el mayor de los Williams, también tuvo la victoria en sus botas. Y la tuvo cuando más le hubiera dolido al Atlético. Cuando le hubiera matado. El encuentro entraba en el descuento con los leones volcados en rascar algo más que un punto.

A las nubes

La expulsión de Joao Félix se estaba saboreando como un dulce caramelo. Entonces, Nico Williams se fue al centro para crear peligro entre líneas. El 30 del Athletic, con la pelota en los pies, vio de reojo la incursión al área de Alex Berenguer y le entregó el esférico entre la maraña de piernas colchoneras. Entonces, el de Barañain se la cedió a Villalibre, que se quedó tan solo ante Oblak que le dio tiempo hasta de controlar. Sin embargo, el Búfalo hizo algo que no suele hacer: fallar. Y la mandó a la grada, donde la afición del Atlético se recuperaba del susto.

Villalibre, que es consciente de que su suplencia solo se contrarresta con goles, se quedó con la miel en los labios. A las puertas de la gloria. Y, por ello, el Athletic se tuvo que conformar ayer con residir a dos guindas de la victoria.

Iñaki Williams llegó ayer a los 200 encuentros consecutivos en liga y podría igualar el récord de 202 frente al Valencia

Villalibre mandó a las nubes una oportunidad clara que hubiera puesto al Athletic por delante en el marcador en el descuento