El Athletic se ha quedado a medias en el Wanda, lo que deja un regusto en el colectivo rojiblanco, consciente de que se le ha escapado una inmejorable ocasión de asaltar la guarida del vigente campeón. Porque así debe entenderse el hecho de que los leones, fieles a su sobriedad, desperdiciaran dos mano a mano ante un Oblak que, ya solo por su figura, hace pequeña la portería para sus rivales. Quizá por ello se hayan confundido Iñaki Williams y Asier Villalibre en sus respectivos golpeos, los dos defectuosos con todo a favor, ambos desviados y ninguno dirigido a los tres palos, lo que impide que haya premio. Las dos han sido malas decisiones, pero el momento que la tuvo Villalibre duele aún más por el hecho de tener lugar en el descuento y con un Atlético en inferioridad, un lamento que se duplica. Es el debe que tiene este Athletic, al que es muy complicado generar peligro pero al que también le cuesta hacer gol. Los números no engañan. El equipo de Marcelino solo ha encajado un gol en estas cinco jornadas y solo ha sido capaz de hacer cuatro, menos de uno por partido. Se puede ver la botella medio llena o medio vacía, aunque lo cierto es que el Athletic suma y prolonga su etiqueta de invicto, lo que no está nada mal.

Marcelino ha repetido once, lo que quiere decir que estaba contento con lo que cree que funciona. Los entrenadores suelen ser muy cerrados en estas decisiones y ya es noticia que el asturiano no efectuara cambio alguno, que sí se ha dado en el caso del Atlético, con seis novedades de inicio respecto al plan que propuso de inicio el Cholo Simeone el miércoles en el duelo de Champions ante el Oporto. Sus rotaciones eran de manual. El encuentro, por tanto, se entendía como una auténtica partida de ajedrez con dos técnicos muy metódicos en el matiz táctico y a la vez motivadores. Pero este tipo de choques no se deciden exclusivamente en la pizarra, muy teórica, ya que es en el verde donde se da un gran porcentaje de los argumentos que explican un desenlace que, en el caso de esta tarde, ha carecido de goles porque los dos equipos han ofrecido, sobre todo en el primer acto, toda una lección de pragmatismo, riesgo mínimo y fidelidad a sus respectivas ideas, casi calcadas en ciertos conceptos, como el defensivo, la intensidad en las pequeñas batallas, el esfuerzo físico, o sea músculo€ Porque en lo que es fútbol en su versión plástica, ha dejado mucho que desear en esos 45 minutos iniciales. La coincidencia también se ha dado en esta gama.

Este retrato era más o menos previsible. Se conoce de memoria la fórmula de Marcelino, a la que ha dotado de un punto más de cemento y fiabilidad desde su llegada al banquillo bilbaino hace ya más de ocho meses. El verano le ha servido para moldearla y aparcar una cierta improvisación de la que tiraba en algunos compromisos del curso pasado. Así las cosas, el Athletic ha buscado el cuerpo a cuerpo ante un Atlético que también alardea de una coraza que le hizo campeón la pasada liga, que son palabras mayores, y semejante consigna reduce las dosis de lo que se lee como buen fútbol. Esta tarde la vistosidad se dejaba para otro momento, para otro tipo de encuentros más asequibles, porque al conjunto rojiblanco le tocaba hacer su partido. Es decir, insistir en su agobiante presión, en blindarse en defensa cuando la ocasión lo requiere, en intentar romper a base de movimientos rápidos y balones en largo. Cosa diferente es que la creación de juego, de la que no abundan los leones, si bien esta tarde interesaba la eficacia en las dos áreas, más certera en la propia.

El Athletic ha sabido frustrar a un Atlético al que le ha costado horrores inquietar a un Unai Simón que solo se ha visto agobiado en un remate de cabeza de Correa y en un disparo al palo de Llorente, escasísimo bagaje para el que también es líder provisional y además en el Wanda. La falta de ocasiones colchoneras es un mérito del conjunto de Marcelino, que tampoco es que haya llegado más que su rival, pero sí con más claridad. No así en la primera mitad, que lo ha hecho únicamente en una contra que ha resuelto Iñaki Williams, en su partido 200 sin parar en liga, con un disparo alto y quien en los inicios del segundo acto ha desaprovechado una mucho más clara tras asistencia de Raúl García. Ya en el tramo final, los cambios ejecutados por Marcelino han dado más frescura, con un Nico Williams empeñado en hacerse importante en los minutos que dispone y que ha fabricado la acción, acompañada por Berenguer, que no ha sabido concretar Villalibre cuando todo el mundo athleticzale cantaba el gol de una victoria que se ha escapado.

FICHA TÉCNICA

ATLÉTICO DE MADRID: Oblak; Trippier (Min. 77, Cunha), Savic, Giménez, Hermoso; Llorente, Kondogbia (Min. 55, Herrera), De Paul, Lodi (Min. 55, Carrasco); Correa (Min. 60, Joao Félix) y Griezmann (Min. 55, Luis Suárez).

ATHLETIC: Unai Simón; Lekue, Vivian, Iñigo Martínez, Balenziaga; Berenguer, Vencedor (Min. 80, Vesga), Dani García (Min. 87, Zarraga), Muniain (Min. 81, Morcillo); Raúl García (Min. 63, Nico Williams) e Iñaki Williams (Min. 63, Villalibre).

Árbitro: Gil Manzano (Comité Extemeño). Expulsó por doble amarilla al colchonero Joao Félix (Min. 78). Amonestó además a Kondogbia (Min. 36), Savic (Min. 78), Cunha (Min. 90) y Giménez (Min. 96), por el Atlético de Madrid; y a Dani García (Min. 30), Vencedor (Min.78,) y Nico Williams, por el Athletic.

Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Wanda Metropolitano ante 38.798 espectadores.