Hay noches en la que sale todo redondo. Así se entiende cuando se gana un partido por méritos propios, se consigue por fin encadenar dos victorias consecutivas y, para más gloria, uno se acuesta líder de Primera División, aunque probablemente semejante privilegio dure unas poquitas horas más. Pero que le quiten a uno lo bailado. El Athletic puede presumir de ello. Se ha deshecho del Mallorca, si bien ha necesitado un esfuerzo considerable, y lo ha hecho gracias a seis minutos en los que le ha tocado la inspiración de una pegada de la que ha carecido hasta que en el 68 Dani Vivian ha abierto la lata. Ya en el 74, Iñaki Williams ha firmado la sentencia en su encuentro 300 con la elástica rojiblanca. Un triunfo, sin más, valioso para la tropa de Marcelino, que mantiene su vitola de invicto recorridas las primeras cuatro jornadas de liga.

Marcelino no es amigo de hacer ocurrencias cuando se trata de confeccionar su once. Presume, tal como lo ha reiterado en la mayoría de sus comparecencias, de intentar ser "justo" siempre según su criterio, como no puede ser de otra forma. Por eso es el entrenador, el que decide y toma decisiones, para bien o para mal. Lo avanzó en la víspera. Más o menos dijo que no iba a tocar lo que cree que le funciona, eso sí amparándose en los resultados, la coraza más fiable para el jefe del colectivo. Así las cosas, el plan se conocía de antemano desde Bilbao hasta Nueva Zelanda, porque seguro que en Oceanía también habita una colonia de athleticzales. La expectactiva, por tanto, residía en observar si tal reiteración obtendría un desenlace positivo, o sea, la conquista de la segunda victoria consecutiva, un dato que no se había dado aún en esta etapa del asturiano Objetivo cumplido. Lo cierto es que Marcelino se mueve poco en su idea. Este Athletic es de autor. Es un equipo que proyecta intensidad, presiona y busca el mayor número de llegadas posibles. Es el ABC de Marcelino.

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Las mejores imágenes del Athletic - Mallorca

El primer acto ha retratado a un Athletic que quiere, que llega, pero al que le falta ese impacto rematador que hace diferentes a los equipos y que decide los partidos. Claro está, que también se necesita un pelín de fortuna, como ha sucedido a los veinte minutos en un golpeo de Muniain casi a bocajarro que ha sacado Valjent con el muslo cuando los más de 14.500 aficionados cantaban ya el gol. Raúl García, que regresaba a la titularidad tras sufrir cinco suplencias consecutivas (tres de ellas referentes a la liga pasada), ha encarnado esa política de martillo pilón. Se conoce la genética del navarro pese a que el tiempo le corre más rápido en la élite del fútbol con 35 años de edad, pero Raúl es un viejo rockero, sabe de qué va esto y no se esconde. Le vaya bien o fatal. Es constante. Lo ha intentado de todos los colores hasta en cinco ocasiones, ya sea de cabeza, de media chilena, de manera poco ortodoxa... Le ha faltado esa pizca de dirección que convierte un remate en una delicatessen o en un lamento. En los primeros 45 minutos, ha tocado lo segundo.

La oportunidad más clara, sin embargo, la ha protagonizado Iñigo Martínez, que ha estado cerca de calcar el cabezazo con el que batió a Neto en el estreno en San Mamés ante al Barça. Es esta ocasión, el golpeo le ha salido más centrado, lo que ha permitido la palomita de Reina, cuyo despeje lo ha mandado a las nubes Iñaki Williams, que ha tenido que esperar al último cuarto de partido para poner la guinda a la efeméride de sus 300 partidos como león. Una cifra considerable, aunque el bilbaino quizá tenga que profundizar en una autocrítica enfocada a porqué alimenta en determinados matices la impresión de que su progresión va más lenta que la suma de sus partidos. Eso sí, esta noche se ha gando el aplauso de San Mamés. El Athletic, bien sostenido en Vencedor en la parcela ancha, ha desperdiciado sus balas y en el tramo final del primer periodo ha sido el Mallorca el que ha cogido aire. Ha sido el momento en que Ruiz de Galarreta, ese 'Angel' como le calificó en su dia Marcelo Bielsa, se mostrara en La Catedral un día después de que Marcelino le lanzara un guiño: "¿Por qué no podría regresar al Athetic?". Calidad, se entiende, tiene.

Porque el Mallorca ha tenido sus mejores minutos bajo la batuta de Ruiz de Galarreta e incluso ha asustado en el arranque del segundo periodo, hasta que el Athletic ha vuelto a ponerse las pilas. Ha sido cuando Marcelino removió la coctelera, a la que ha echado nuevos ingredientes. O sea, aromas frescos. El de Villaviciosa ha recurrido a un triple cambio cuando no le gustaba lo que estaba viendo y su decisión ha tenido premio. Nico Williams, Villalibre y Zarraga han activado al conjunto rojiblanco, le han despertado de su puntual letargo para recuperar sus señas de identidad. Enseguida ha llegado la recompensa, cuando Dani Vivian ha querido disfrutar de su gran noche. El gasteiztarra ha firmado un partido sobresaliente, ha demostrado que no es flor de una día y se ha estrenado como goleador al ejecutar de cabeza como mandan los cánones. Vivian ha derribado otra puerta. Con el 1-0, el Athletic ya ha jugado con la alfombra roja puesta y en pleno éxtasis se ha gestado el segundo, obra de Iñaki Williams, su hermano pequeño se ha sumado a la fiesta con muescas muy interesantes, Zarraga ha sumado y se ha producido el debut como león de Nico Serrano, otro talento que tiene muy buena pinta. Es el confort que supone dormir líder.

FICHA TÉCNICA

ATHLETIC: Unai Simón; Lekue, Vivian, Iñigo Martínez, Balenziaga; Berenguer (Min. 63, Nico Williams), Vencedor (MIn. 63, Zarraga), Dani García (MIn. 73, Vesga), Muniain; Raúl García (Min. 62, Villalibre) e Iñaki Williams (Min. 83, Serrano).

MALLORCA: Reina; Maffeo, Valjent (Min. 76, Sastre), Sedlar, Oliván; Ruiz de Galarreta (MIn. 73, Febas), Babá (MIn. 73, Battaglia); Kubo (Min. 76, Abdón), Dani Rodríguez, Mboula (Min. 73, Kang; y Fer Niño.

Goles: 1-0: Min. 68; Vivian. 2-0: Min. 74; Iñaki Williams.

Árbitro: Figueroa Vázquez (Comité Andaluz). Amonestó a Dani García (Min. 60), por el Athletic; y a Babá (Min. 65 y Sedlar (Min. 74), por el Mallorca.

Incidencias: 14.566 personas, según datos oficiales, se dieron cita en San Mamés, por lo que se ausentaron 1.327 que disponían de localidad.