Al otro lado del teléfono su voz suena a la de aquel joven de 18 años que se estrenó como león en el Parque de los Príncipes. Un viaje al que le acompañaron, entre otros, Kepa, Guillermo o Ramalho. El tiempo se detuvo durante dos largos años para Iñigo Ruiz de Galarreta (Eibar, 6-VIII-1993) cuando el mundo del fútbol y el entorno del Athletic suspiraban por ver en acción a un chaval del que Marcelo Bielsa dijo que tenía "ángel". Sus rodillas se rompieron en dos temporadas consecutivas. Se levantó, enlazó varias lesiones mientras veía como se le cerraban las puertas del Athletic, del club de su vida. Sueña con volver. Mientras aguarda una nueva oportunidad, quiere disfrutar de su nueva experiencia en la élite.

A sus 28 años, por fin recibe el premio de jugar en Primera División en plenas facultades.

—Sí. Llevo bastantes años peleando en Segunda y por fin me llega esta oportunidad. Tras conseguir el ascenso, que siempre es dificilísimo, ahora toca disfrutar del momento, de esta nueva experiencia. Estoy muy contento.

Regresa a la élite en plena madurez. ¿Diría que llega en un buen momento?

—Sí, estoy de acuerdo. Quizá la oportunidad en el Athletic me pillo un poco joven, con poca experiencia, sin saber gestionar muchas situaciones. Luego tuve dos lesiones graves que también me hicieron madurar. Y, lógicamente, la edad, los partidos, la experiencia te hacen coger un poso y una madurez diferente y creo que con 28 años tengo esa ese poso, una buena condición física y una buena situación para poder disfrutar y rendir al máximo.

¿Las dos graves lesiones le hacen valorar más lo conseguido?

—Por supuesto. Cuando debuté en Primera con el Athletic era muy joven, todo me había ido más o menos bien, todo muy rodado y es luego, cuando llegan las dificultades, cuando ves que todo cuesta tanto. Ahora, esta segunda oportunidad de estar en Primera la valoro muchísimo más. Llevamos solo tres jornadas, pero estoy disfrutando mucho. Tengo muchas ganas de esta temporada.

De momento, está contando con minutos y presencia en el equipo. Fue titular en las dos primeras jornadas y en la tercera jugó 25 minutos saliendo del banquillo. Parece que el entrenador confía en usted...

—Sí. Me dio la oportunidad de empezar de inicio en los dos primeros partidos y el otro día jugué casi media hora. Voy a valorar cada minuto que tenga en Primera, intentar aprovechar y disfrutar de cada oportunidad. Tenemos una plantilla bastante amplia, nos hemos reforzado bien. Hay mucha competencia y eso es bueno para el equipo.

Usted mismo lo ha dicho. Tienen mucha competencia y en su posición compite con un veterano como Salva Sevilla. Palabras mayores.

—Estamos bastante gente en el centro del campo. El año pasado pude compartir bastantes minutos con Salva, que es un jugador con una experiencia y una calidad increíble, y esta temporada quizá estamos jugando con un perfil más defensivo al lado y será más complicado tener tantos minutos. Los fichajes han aumentado el nivel de la plantilla, pero estoy con ilusión y con ganas de pelear por los máximo minutos posibles.

Volviendo al asunto de sus lesiones, ¿en algún momento se ha parado a pensar qué habría sido de usted de no haber tenido que pasar por ellas?

—La verdad es que no lo he pensado mucho. Alguna vez le he dado una vuelta, pensando que quizá podría haber sido todavía mejor de cómo está siendo porque me lesioné cuando estaba teniendo la oportunidad de jugar en el Athletic, que era lo que soñaba desde pequeño. Pero también podía haber sido peor. Nunca se sabe. Con las dos lesiones aprendí muchísimo. Cogí muchísimos hábitos muy buenos de trabajar, de fortalecer, de cuidarme al máximo para intentar estar lo mejor posible... Y creo que todas esas cosas que aprendí esas dos temporadas me ayudaron mucho para los años venideros. Valoro mucho todo lo que me ha tocado vivir.

Tiene aún 28 años y se perdió dos por culpa de las lesiones. Supongo que le quedarán muchos años de fútbol, ¿no?

—Yo espero que sí (se ríe). Aunque nunca se sabe. No puedes planificar algo así. Intento centrarme en el día a día, disfrutar el momento; estoy viviendo un sueño ahora mismo. Y luego el paso de los años irá marcando el camino. Entran muchos factores en juego: que el cuerpo responda, las lesiones te respeten, la cabeza, hasta qué momento te sientes con ganas y con fuerza... El tiempo lo irá diciendo. Aguantaré lo máximo que pueda.

Hay quien ante situaciones como la suya habría tirado la toalla. ¿Se lo llegó a plantear?

—No, la verdad es que no. En ese momento, siendo tan joven, solo vives el momento. No piensas mucho más allá. Desde pequeño jugaba al fútbol, entré en Lezama muy joven y mi objetivo era seguir creciendo. Debuté con el Athletic en Primera, había cumplido un sueño, y luego solo pensaba en recuperarme y en volver a disfrutar. Me recuperé muy bien de la primera lesión, luego llegó la segunda y ya sabía que volvería a ir bien, que solo era una cuestión de tiempo. Las rodillas nunca más me han dado problemas.

Desde joven hubo muchas esperanzas depositadas en usted, su nombre siempre sonaba con fuerza. ¿Es difícil llevar esa presión siendo?

—Yo lo sentía como confianza.

Explíquese.

—Era confianza del club, de los compañeros. Confianza en que podía ser importante, que podía llegar al primer equipo... De hecho, eso me daba más fuerza y más confianza en mí mismo para intentar conseguirlo.

Entonces, ¿en su caso no fue una presión añadida?

—No, para nada. Luego, quizá, con el tiempo, alguna vez lo he hablado y he recordado eso que decían de mí: con lo que ibas a ser... Pero tampoco lo veo así. Valoro muchísimo el haber jugado tantos años en Segunda División, haber tenido tantas experiencias, haber vivido en distintas ciudades y haber jugado en tantos equipos. Ha sido algo súper positivo para mí en mi vida. Jugar en Segunda también es muy complicado y estoy contento y orgulloso de lo hecho hasta ahora.

¿Su paso por el primer equipo del Athletic fue demasiado efímero?

—Un poco sí. Trabajaba desde pequeñito con esa ilusión de poder estar un día ahí y hacer carrera. Pero es complicadísimo. Muy pocos lo consiguen y por suerte yo pude cumplirlo. Me duró poquito, pero lo disfruté al máximo. Tengo recuerdos muy muy buenos. Amigos y compañeros de aquellos años. Me quedo con todo lo bueno vivido.

¿Siente que el tren del Athletic le ha pasado ya por delante o está a tiempo de subirse a él de nuevo?

—No pienso mucho en ello. Pero la ilusión de poder vestir de nuevo la camiseta del Athletic algún día siempre está ahí. Siempre la voy a tener. Pero no me obsesiona. Disfruto del momento, del camino que me toca seguir. Ahora, por ejemplo, de la oportunidad de jugar en el Mallorca, de conocer un club como este, de cumplir el objetivo de volver a Primera... Vivo el momento. No sé por dónde me llevará el fútbol, pero lo que sí sé es que disfrutaré de cada experiencia que me toque y bienvenido sea lo que me toque vivir.

Después de su primera temporada en la UD Las Palmas se rumoreó con que el Athletic había sondeado su regreso. ¿Hay algo de verdad en eso?

—Varios veranos me ha tocado leer eso, pero en ningún momento ha habido nada. Si alguien quiere jugar en el Athletic tiene que demostrar un nivel alto en Primera.

¿Qué supone volver a San Mamés?

—Me hace muchísima ilusión. El Athletic es mi casa. Desde pequeño me he formado allí y estoy súper agradecido. Hoy en día soy futbolista y he vivido esta carrera por todo lo que he podido aprender allí. Volver a mi casa, a Bilbao, a San Mamés; volver a ver a los fisios, a los médicos y a los compañeros que siguen allí va a ser muy bonito.

Tiene experiencia en muchos equipos, ha vivido dos ascensos... para tener 28 años tiene muchas vivencias.

—Sí... He vivido muchas cosas, la verdad. Mucha mudanzas y cambios de ciudad que al principio son complicados. Pero con el paso de los años también he ido aprendiendo y adaptándome mucho más rápido a los sitios. Jugué un play-off con el Zaragoza en el que nos quedamos a las puertas, un ascenso con el Leganés, otro aquí en Mallorca... Vivir eso es algo precioso. También sufrí un descenso con el Barça B, que es algo de lo que aprendí mucho. Son experiencias diferentes que me han hecho crecer mucho y de las que guardo muy buen recuerdo.

Llegó incluso a disputar un amistoso con el primer equipo del Barcelona en Sudáfrica y cuando fue sustituido, su lugar lo ocupó un tal Leo Messi...

—Fue algo anecdótico. Un amistoso que se jugó entre semana. Yo estaba sancionado con el Barça B y por eso jugué aquel amistoso. Cada día que pude entrenar con el primer equipo, aquel viaje... son cosas que guardo para el recuerdo como algo especial.

En dos meses se cumplen diez años de su debut con el Athletic, que tuvo lugar en el Parque de los Príncipes de París. Una década después, ¿a qué nivel futbolístico diría que está?

—Yo considero que en el mejor. Han pasado diez años y ahora que lo pienso, qué rápido pasan los años. Ahora tengo otra madurez, estoy disfrutando, me encuentro muy bien físicamente, sin lesiones...

¿Su paso por el Numancia en la temporada 2016-17 fue un punto de inflexión en su carrera?

—Sí, sin duda. Después de las dos lesiones me tocó empezar la pretemporada en el Athletic y me decían que tenía que salir cedido, con lo que ello implicaba: decidir a qué equipo salir, por lo general llegabas con la pretemporada iniciada... Esos años fueron un poco complicados en ese sentido. La última cesión fue al Leganés, tuve un par de lesiones y fue un año difícil. Aunque disfruté muchísimo al final con el ascenso. Ahí se acabó mi contrato con el Athletic y firmé por el Numancia. Jagoba (Arrasate) me dio mucha confianza, había varios compañeros a los que conocía y fui a un sitio muy tranquilo para recuperar la estabilidad. Me pude centrar en el día a día y fue un año súper importante en el que me volví a encontrar muy bien. Jugué muchísimos partidos, tuve continuidad y a partir de ahí he ido creciendo y disfrutando.

En Soria jugó a un nivel altísimo y se destapó como un centrocampista no solo creativo, pues fue el máximo recuperador de la categoría aquella campaña. Se lo digo por aquello de que decían de usted que no defendía...

—Muchas veces a los centrocampistas de mi perfil se nos dice que no presionamos, que no recuperamos. Pero yo siempre me he considerado un jugador que trabaja mucho, que ayuda en la parcela defensiva. Sí es verdad que con el paso de los años y la experiencia vas aprendiendo más. Quizá al principio por intentar llegar a todo corres demasiado y no llegas a nada. Ese año en Soria la verdad es que físicamente me encontré súper bien, tuve esa confianza y esa continuidad que todos necesitamos y en esa faceta defensiva y de recuperar balones también pude dar un paso adelante y crecer.

"Con las lesiones aprendí muchísimo. Cogí hábitos muy buenos de trabajar, de fortalecer, de cuidarme al máximo"

"Que se hablara de mí lo sentía como confianza. Confianza del club, de los compañeros. Eso me daba más fuerza y confianza"

"Me hace muchísima ilusión volver a San Mamés. El Athletic es mi casa. Hoy en día soy futbolista por todo lo que aprendí allí"

"Considero que ahora estoy en mi mejor momento. Ahora tengo otra madurez, estoy disfrutando, estoy muy bien físicamente, sin lesiones..."