eL Valladolid visita esta tarde al Athletic con la amenaza del descenso sobrevolando Pucela. Decimoctavo a un punto de la permanencia que marca el Elche, el equipo dirigido por Sergio González se encuentra en una situación límite en un curso en el que no ha dejado de sufrir desde el comienzo. La irregularidad ha presidido su andadura en una temporada en la que, no obstante, mantiene viva la llama de la esperanza a fin de evitar un descenso de categoría que dejaría tocado el proyecto de Ronaldo Nazario al frente de la entidad. El brasileño, otrora mejor futbolista del mundo, se mantiene a los mandos de un club en el que se convirtió en accionista mayoritario y en presidente en septiembre de 2018 al adquirir el 51% de las acciones del Valladolid a cambio de unos 30 millones de euros.

Dos años después, en diciembre de 2019, elevó su participación al 72,7% en una firme apuesta por modernizar y revalorizar la marca del conjunto vallisoletano en pos de una futura venta. Cerca de liquidar la deuda de alrededor de 30 millones de euros que heredó a su llegada a Zorrilla, Ronaldo ha conseguido al abrigo de una eficiente gestión económica doblar la capacidad de inversión en la primera plantilla blanquivioleta al pasar de 23,8 a 49,3 millones de euros, aumentar el número de socios y firmar el mayor patrocinio en la historia del club por la camiseta, pero el principal caballo de batalla continúa siendo la búsqueda de un crecimiento deportivo que no termina de llegar.

A pesar de fijar Europa como objetivo a cinco años vista en 2018, el actual presidente del Valladolid observa con preocupación cómo el descenso a Segunda División emerge como seria amenaza. "No me voy a quedar aquí para siempre, porque tengo otras cosas para el futuro en mi mente, pero es demasiado pronto para hablar de una venta. Quiero hacer que este club sea mucho mejor y más grande que cuando llegué y después de eso, ya veremos", manifestó el brasileño en marzo en una entrevista concedida a la prestigiosa revista estadounidense Sports Illustrated, en la que remarcó que "por ahora hay que seguir trabajando y mantener al club en Primera División".

En dicha tarea, así las cosas, tiene puestos los cinco sentidos un Valladolid que lucha por salir de la zona roja de la clasificación, a la que cayó el pasado día 18 tras el triunfo del Alavés ante el Huesca en Mendizorrotza. Con el partido contra el Athletic aplazado hasta hoy miércoles, los de Sergio González no pudieron sumar los tres puntos en su visita al Elche, ni vencer el pasado sábado al Cádiz como local, firmando sendos empates a un gol que han dinamitado el ánimo de una afición que se teme lo peor. Con un total de catorce jornadas en puestos de descenso en lo que va de curso, los vallisoletanos, que solo suman dos victorias en sus dieciséis últimos compromisos ligueros para un total de cinco victorias, catorce empates y trece derrotas en los 32 partidos disputados, encaran un choque de máxima relevancia ante el Athletic de Marcelino García Toral en San Mamés.

Tras consumar su último descenso en 2014 y regresar a Primera en 2018 de la mano del propio Sergio González, el Valladolid es consciente de que cada partido hasta el final de liga es una auténtica final en busca de una permanencia que exigirá al máximo a los de Pucela. Tocados en el plano anímico tras ver el sábado cómo el Cádiz, con mayoritaria presencia de suplentes en el verde, igualaba el tanto inicial firmado por Óscar Plano para dejar sin dos cruciales puntos a los blanquivioletas, estos visitan esta tarde San Mamés con el reto de puntuar y no sufrir un nuevo revés que ahonde en la herida abierta que presenta un vestuario que se ha conjurado para pelear hasta el suspiro final.

Así lo remarcó el guardameta Roberto Jiménez el lunes en rueda de prensa y tratará de plasmarlo en La Catedral un equipo que no podrá contar con Kenan Kodro por la denominada cláusula del miedo plasmada en el contrato de cesión firmado en enero por el Athletic, que tendrá enfrente a un rival que presenta un balance de dos triunfos, ocho empates y seis derrotas a domicilio en liga. Con la posibilidad de que el técnico pucelano apele a las rotaciones para refrescar a un equipo exigido en el plano físico y mental, Fabián Orellana asoma como máximo goleador pucelano con cinco goles en su haber, uno más de los que coleccionan Óscar Plano y Shon Weissman, a quienes sí se espera en el once inicial de un Valladolid en situación límite.

la visita

Sobre el partido, Sergio González advirtió de la dificultad ante un Athletic que quiere "reivindicarse" tras las dos finales de Copa y "acabar la temporada de la mejor manera posible, como ya demostró en la anterior jornada ante el Atlético de Madrid".

Los blanquivioletas, con solo dos victorias en sus dieciséis últimos partidos de liga, suman catorce jornadas en descenso