Asier Villalibre (Gernika, 30 de septiembre de 1997) es un futbolista al que le gusta hablar en el campo y no tanto fuera del verde. La llegada de Marcelino García Toral al banquillo ha permitido al delantero del Athletic tener un poco más de impacto en el ataque, aunque no le ha servido para alcanzar la titularidad. Sin embargo, dice sentirse "satisfecho" con el rol que tiene. "Hay que saberlo llevar, cuando te toca jugar desde el inicio o desde el banquillo, y aprovechar el tiempo que tienes, mejorar día a día y aprender de ello", ha subrayado el gernikarra en su comparecencia telemática de esta mañana, en la que se ha referido a la histórica final de Copa del sábado frente a la Real Sociedad.

Una final que se ha hecho rogar en el tiempo por culpa de la pandemia del covid-19. Ha pasado más de un año de la agónica clasificación a la misma en Los Cármenes, una espera "que sí se ha hecho larga", aunque ha reconocido que el parón competitivo del último fin de semana ha servido "para pensar, saber lo que hay y preparar la semana", momento en el que ha recalcado que ve "al equipo muy bien, después del parón se nota esa frescura, vienes mejor, con la mente despejada, que es muy importante".

Villalibre, autor de un gol determinante en la final de la Supercopa ya que metió en la prórroga a un Athletic que sentenció en la misma al Barça, no quiere hablar de celebraciones y se centra en su equipo, en el que detecta que depende de sí mismo para imponerse a la Real. "Los dos equipos van a ser fieles a sus estilos, la clave será hacer lo que mejor sabe hacer cada uno. La clave somos nosotros, salir con mucha intensidad, jugar hacia adelante, ir a por el partido. Es sencillo, pero difícil de hacer", ha afirmado el Búfalo, que se congratula de que no hayan emergido polémicas extradeportivas estos días en torno al derbi, lo que "hace que sea más sano, que se hable de fútbol, que es lo importante".

El delantero rojiblanco también se ha referido al papel de los veteranos, sobre todo a los que llevan varias finales a sus espaldas, como las dos que disputaron en 2012, entonces en la etapa de Marcelo Bielsa, en un intervalo de 16 días, una situación prácticamente calcada a la actual. "Más que dar consejos, lo llevan con normalidad, para que nosotros también lo llevemos así. No hablan mucho de ello, es un partido más que hay que ganar. Su experiencia ayuda, saben cómo se viven las finales, cómo podemos sentirnos y la claves es esa, trabajar los aspectos que tengamos y no dar muchas vueltas a la cabeza", ha asegurado, al mismo tiempo que tilda a la Real como "un equipo muy fuerte, sabemos quién es, genera mucho y tenemos que defender muy bien".