L Athletic visita esta noche en cuartos de final de Copa a un Betis relanzado colectiva e individualmente. Si notable es la racha de resultados que presenta el equipo dirigido por Manuel Pellegrini, derrotado por última vez el 29 de diciembre de 2020 a manos del Levante en liga (4-3), no menos llamativo resulta el paso al frente dado por futbolistas como Borja Iglesias (Santiago de Compostela, 17-I-1993), quien se ha reivindicado a base de goles cuando la posibilidad de salir del club andaluz en el mercado invernal como cedido asomaba encima de la mesa.

El delantero gallego, desconocido desde su llegada al conjunto verdiblanco en agosto de 2019 procedente del Espanyol, donde el gallego se destapó con diecisiete goles en la liga 2018-19 animando así al Betis a abonar los 28 millones de euros de su cláusula de rescisión, vuelve a sonreír tras poner fin a una larga pesadilla en forma de desconocida sequía goleadora.

Autor de tres goles en los dos últimos partidos al firmar un crucial doblete en Copa ante la Real Sociedad y tumbar también el lunes a Osasuna en el Benito Villamarín con una diana en la recta final del encuentro, el panda encara el choque de hoy contra el Athletic con la moral por las nubes al desprenderse de una mochila llena de piedras. En sus primeros 52 partidos con el Betis, no en vano, solo había sido capaz de ver portería en cuatro ocasiones, sumando un único tanto en sus 32 apariciones previas al revitalizador cruce copero con la Real. Fue la pasada semana, con el conjunto txuri-urdin como rival y en medio de una densa niebla, cuando el 9 verdiblanco inició su particular semana fantástica para anotar en dos encuentros consecutivos por primera vez desde su llegada al Villamarín.

Sus lágrimas al término del partido ante una Real a la que noqueó recuperando su versión más determinante no fueron sino el reflejo del sufrimiento interno padecido por un jugador sumamente querido en el vestuario del Betis, donde han celebrado por todo lo alto la vuelta a las andadas de un depredador del área que se había consumado como un infalible goleador allá donde había estado. Sus registros, sin ir más lejos, fueron sobresalientes durante su etapa en el filial del Celta, donde coleccionó 34 goles en 39 encuentros en su último curso en Segunda B, así como en el Zaragoza, club al que aportó 22 tantos en 41 jornadas de liga para permitir al cuadro maño soñar con el ascenso a Primera División en el ejercicio 2017-18.

No consiguió volver a la élite el Zaragoza, pero Borja Iglesias sí puso rumbo a la máxima categoría del fútbol estatal de la mano de un Espanyol que abonó al Celta, club que tenía todavía sus derechos, los 10 millones de euros que marcaban entonces su cláusula de rescisión. La apuesta de la entidad periquita se tornó del todo satisfactoria, pues el gran rendimiento individual del gallego fue clave para que el Espanyol alcanzara plaza europea a costa del Athletic, que cedió en la pugna en la última jornada al morder el polvo a domicilio ante un Sevilla sin nada en juego. A partir de ahí, sin embargo, el panorama se volvió oscuro para Borja Iglesias, quien perdió su hasta entonces inquebrantable relación con el gol para provocar la extrañeza más absoluta en el entorno de un Betis que, año y medio después, confía en asistir definitivamente al despegue goleador de un delantero que no ha dejado de trabajar en la sombra a la espera de que los astros se alienaran para volver a martillear las porterías rivales.

UN GOL ANTE EL ATHLETIC

Esta noche, en la búsqueda de las semifinales de Copa, las circunstancias obligan al Athletic a extremar las vigilancias sobre el gallego, en estado de gracia y con la meta rojiblanca en el punto de mira. Si bien en sus cuatro apariciones frente al conjunto rojiblanco el ariete verdiblanco ha marcado un único tanto, firmado el 5 de noviembre de 2018 como jugador de un Espanyol que se valió de dicho gol para sumar los tres puntos ante los leones en feudo propio, el presente pone en alerta a los pupilos de Marcelino García Toral, que tendrán ante sí a un futbolista hambriento de goles. Y es que un panda anda suelto en el Villamarín.

El gallego, que sumaba cuatro goles en sus primeros 52 partidos con el Betis, se erigió en el verdugo de la Real en Copa

El pasado lunes, contra Osasuna, el verdiblanco volvió a marcar para encarar la cita ante el Athletic en pleno estado de gracia