Se conoce el marcado perfil escapista de Gaizka Garitano, quien bien podría pasar, en el buen sentido de la palabra, por un concursante del reality Supervivientes y probablemente tendría muchas opciones se convertirse en el ganador del mismo. El derioztarra camina sobre el alambre en lo que va recorrido de curso y, hasta la fecha, asoma como un especialista a la hora de salvar match-ballsLo ha hecho en varias ocasiones a lo largo de esta liga, pero el desgaste es tan evidente que ni siquiera le da más chance la consecución de una victoria, sobre todo si esta se produce de la manera en la que la logró el Athletic el pasado viernes sobre el vicecolista Huesca, que dejó satisfechos a muy pocos y donde el resultado tapó ciertas miserias futbolísticas de los leones. Es, precisamente, el matiz clasificatorio el que avala a Garitano ante una parte de la Junta Directiva y, especialmente, ante Aitor Elizegi, que se ha erigido en el gran defensor del entrenador contra viento y marea, y frente a la opinión de varios de sus miembros de Junta, a los que la paciencia se le va agotando poco a poco.

Ibaigane elude el término división cuando se cuestiona sobre Garitano, aunque la realidad es la que es. El triunfo sobre el conjunto oscense no ha calmado las aguas en la medida que se esperaba y la comparecencia el martes del equipo rojiblanco en el Estadio de la Cerámica para medirse a un rival situado en zona Champions y que presenta un considerable arsenal ofensivo se entiende como una nueva reválida para el técnico y para el Elizegi, que afronta una semana intensa que puede marcar un antes y un después cuando se van a cumplir dos años de su elección como máximo mandatario de la entidad bilbaina. El de Santutxu es consciente del complicado momento que le toca gestionar en estos días y no solo en lo concerniente al capítulo económico y social, que deberá amparar el domingo ante la Asamblea General de Socios Compromisarios, sino que también el matiz deportivo, una vez que en el órgano soberano del club se le pedirá cuentas respecto a la situación del primer equipo y a su apuesta encendida por Garitano, que, paradójicamente, es parte del legado que le dejó la anterior Junta Directiva de Josu Urrutia.

En el Athletic no se quiere visualizar una hipotética derrota ante el Villarreal, como es lógico, pero esta se puede producir, lo que obligaría a plantearse, incluso, decisiones en caliente en caso de que el supuesto revés llegaría acompañado de un fútbol rácano. En este escenario, la situación no haría más que agravarse, prácticamente insostenible, lo que provocaría que Elizegi se tuviera que mojar. Es decir, mantener su resistencia a cambiar de opción y seguir confiando en la figura de Garitano; o doblegarse a la presión y renunciar a su idea en caso de que la opinión contraria al entrenador fuera más amplia dentro de la Junta y no que le quedara más remedio que decretar la destitución del derioztarra, con el objetivo de no llegar a la Asamblea debilitado por sus argumentos y evitar un batacazo en el examen ante los compromisarios. Evidentemente, este galimatías no tendrá razón de ser si el Athletic vence al submarino amarillo.

Sea como fuere, el encuentro del martes guarda una especial relevancia a nivel institucional. Garitano ya superó la tormenta de la dolorosa derrota frente al Celta gracias al paraguas de Elizegi en la famosa reunión extraordinaria de la Junta aquella madrugada. El presidente rojiblanco hizo valer sus argumentos ante los críticos de su equipo directivo, pero los comodines que cuenta son cada vez más escasos pese a sus declaraciones públicas en las que saca el músculo de la confianza en el técnico. No en vano, presentarse en la Asamblea con un deterioro mayor del primer equipo y del entrenador no le ayudaría precisamente a la hora de sacar adelante unas cuentas ya de por sí difíciles y en las que se exige un esfuerzo a su masa social con la cesión al club del 30% de sus cuotas, por lo que se encontraría en la encrucijada de tomar una decisión de calibre o dejar correr las cosas tal como están, bajo el justificante clasificatorio ya que el Athletic no ha llegado a tocar la zona de descenso, que al cierre de esta décimo cuarta jornada se encuentra a tres puntos de distancia, en tanto que los puestos europeos distan a cuatro gracias a la victoria el domingo del Granada, sexto, sobre el Betis. Sin embargo, a vuelta de Navidades, la Real Sociedad, con el morbo que genera; el Elche, el más asequible; el Barça, pese a su irregularidad; y el Atlético de Madrid le esperan antes de la Supercopa.