LA pandemia del coronavirus, con la consiguiente entrada en vigor del decreto que fija el estado de alarma, ha alterado por completo el día a día de una sociedad llamada a combatir con máxima prudencia y responsabilidad una situación de extrema relevancia que abre interrogantes de todo tipo en relación al tiempo que se requerirá para tener la situación bajo control. Los expertos en la materia, en una ardua carrera contra el reloj en la batalla contra el covid-19, barajan distintos escenarios y tiempos que, si bien obligan a abrazarse a la cautela, disparan la incertidumbre en todos los planos. Uno de ellos, cómo no, afecta al fútbol y sus competiciones, en jaque al desconocerse si podrán tener continuidad en un curso que se ha visto frenado en seco y quién sabe, incluso, si podría haber tocado ya a su fin en caso de que la propagación de la enfermedad no se detenga y alcance una curva descendente en fechas cercanas.

De no suceder así y resultar imposible diseñar un calendario alternativo con el inicio de la Eurocopa programada, en principio, para el próximo 12 de junio, tanto la liga, como la final de Copa, a nivel estatal, podrían quedar suspendidas finalmente y vistas para sentencia con once jornadas sin disputarse en el campeonato de la regularidad. Eso supondría que un icono del Athletic como Aritz Aduriz (Donostia, 11-II-1981) habría disputado ya su último partido oficial como león en la visita liguera al Valladolid, toda vez que el donostiarra, en una temporada complicada para él en el plano individual debido a los problemas físicos, pero sumamente atractiva en lo colectivo con la final copera ante la Real como gran reto, colgará las botas una vez finalizada la campaña, cuyo devenir podría resolverse el próximo día 25, fecha en la que la Federación Española de Fútbol volverá a analizar la situación.

El pasado 10 de febrero, en la gala de los premios de la revista Panenka, Aduriz no escondió su tremenda ilusión por poder retirarse con un título. "No sé qué puede pasar si ganamos la Copa, porque si sacamos la gabarra, Bilbao igual desaparece. Llevo mucho tiempo fantaseando con ello", admitió el ariete, cuya trayectoria no merece otra cosa que un adiós a su altura desde el verde.

EN MANOS DEL COVID-19 Está por ver, sin embargo, si el coronavirus y su evolución permiten al delantero despedirse con su ansiada presencia en la final de Copa y con San Mamés rendido a sus pies, los de un futbolista que figura con 407 partidos y 172 goles a sus espaldas con el Athletic, suficiente para asomar como el sexto máximo artillero en la historia del club con solo siete dianas menos que José Iraragorri, quinto en tan significativa clasificación.

"Dejar el fútbol en el Athletic es un privilegio para mí al ser el sitio en el que más identificado y representado me siento", recalcó el propio Aduriz en otra entrevista publicada en el último número de Panenka, donde reconoció que sus ganas por estirar su carrera como futbolista no han desaparecido, pero ha sido su cadera la que definitivamente "ha dicho basta". "En la vida todo tiene un principio y un final", recordaba, además, el rojiblanco, a la espera de que ese final, en su caso, no se haya producido ya y el destino le guarde la preciada oportunidad de despedirse en un terreno de juego a fin de aportar, como mínimo, un último servicio al Athletic.