lezama - Lo primero es lo primero, ¿cómo ha caído el emparejamiento de cuartos de final de Copa frente al Tacón?

-Nos viene muy bien por la opción de jugar de nuevo en casa y así sentir el apoyo de la afición. Contra el Tacón aún no hemos jugado en la temporada y creo que el partido será muy disputado y muy duro. Saldremos con todo a ganar el partido, pero con la paciencia que tuvimos contra el Tenerife. Vamos a pasar la eliminatoria, aunque no será fácil y tendremos que seguir luchando hasta el final.

¿Cómo lo lleva con sus solo 19 años haberse convertido en una de las fijas en el esquema de Ángel Villacampa?

-Debuté en liga el año pasado pero no pensaba llegar al primer equipo. Al principio me sorprendió bastante en liga siendo tan joven y con tantos minutos. Luego también la Copa, que nunca había jugado. Estoy muy contenta con tantas oportunidades.

¿Y asusta el salto tan grande que ha dado?

-No. A mí lo que sí me asustaba era que llegaba un nuevo entrenador, que no me conociese de nada. Pero por otra parte es mejor, porque le das la oportunidad a que te conozca. Ha sido una gran sorpresa que haya llegado un nuevo entrenador y haya confiado también en mí.

¿Es tan exigente Ángel Villacampa como dicen?

-Sí que lo es. Pero es muy bueno para el equipo. Nos hace pensar en grande.

¿Cómo valora la temporada hasta el momento?

-Al principio nos costó un poco coger el ritmo. Tras un parón supimos remontar preparando los partidos de otra manera y a día de hoy el equipo está mucho mejor y en la Copa también se ha demostrado este martes.

¿Y cómo se vive en el vestuario?

-Desde el primer día hemos estado todas súper unidas, lo que ha ayudado a salir adelante.

¿Cómo ve su segundo derbi contra la Real Sociedad en la Primera Iberdrola, primero en Lezama?

-Viendo que las ganamos en su casa por 0-2, con nuestra afición y más sabiendo con el ánimo que pueden venir ellas, tras perder la Supercopa y la eliminación de Copa, creo que ganaremos.

Pero hay que recordar que el Athletic se presentó en Anoeta también muy tocado en plena crisis y vencieron.

-Eso también lo hemos pensado. Que cuando peor estás, mejor remontas. Pero nosotras queremos aprovechar el momento. Yo diría que el favorito es el Athletic.

¿Hay mucha diferencia de jugar en el B y en el A?

-Mucha. Lo que más notaba al principio era el físico. El ritmo del balón es mucho más rápido. Las presiones que te hacen, los cuerpos de las jugadoras, la experiencia de ellas, se nota mucha diferencia. Ahora ya estoy más acostumbrada, pero al principio notaba mucho el cambio.

¿Ha dicho que jugar con jugadoras de la talla de Erika, Vane? es todo un honor?

-De pequeña siempre que he podido he venido a verlas y a apoyarlas y las he tenido como referencia. De hecho contaba cuántos años tenía, para ver si podía coincidir. Y estoy súper ilusionada desde que me dieron la oportunidad de compartir vestuario con ellas; además cuando las veo al lado como compañeras sigo emocionándome. Estoy jugando con jugadoras con las que me sentía reflejada de pequeña.

Le ha cambiado su vida por Trapaga. Por ejemplo, ¿la reconocen por la calle?

-Sí. Sobre todo los niños. Antes me conocían por ser del pueblo, pero ahora incluso gente que no he visto en mi vida me paran por la calle porque me reconocen. A mí se me hace raro, pero me hace mucha ilusión.

¿Cómo lleva su segundo curso de Magisterio Deportivo?

-Estudio en Begoñako Andramari en Bilbao. Estoy compaginando bien las dos cosas. A ver el año que viene, que igual tengo que quitar alguna asignatura para llevarlo más fácil. De todas formas, nos dan facilidades y eso se agradece.

Empezó en el Pauldarrak.

-Con once años. Aunque antes jugaba en Trapaga con chicos. Después, hice tecnificación y pasé al filial del Athletic con dieciséis años y este es mi cuarto año.

¿Cómo ha ido su reconversión de delantera a centrocampista?

-De pequeña, jugaba como mediocentro. Luego con las chicas me empezaron a subir a delantera. Después me ficho el Athletic y seguí como delantera. Empezó a haber lesiones y me bajaron como central y luego otra vez volví al centro del campo y ahí ando. Me encuentro a gusto en cualquier posición porque me gusta defender y atacar. Aunque donde mejor me encuentro es de mediocentro.

Pero sin embargo, con sus 1,80 metros, Villacampa últimamente también la alinea como enganche.

-Claro. Con Villacampa he probado ya en diferentes posiciones. De mediapunta también estoy a gusto, pero la posición que siempre me ha gustado es de mediocentro.

Con esa altura, es extraño que no le haya tentado el baloncesto.

-Es verdad que de pequeña jugaba a todos los deportes. Pero cuando bajaba al parque con mi hermano Egoitz, que es cuatro años mayor que yo y es el que me empujó a hacer deporte, siempre quería seguir sus pasos. Él hacía una cosa y yo lo mismo. Si él hubiera jugado baloncesto yo también lo habría hecho. Cuando me pude meter en un equipo de fútbol aparqué los otros deportes.

¿Y qué objetivos personales se ha propuesto?

-Mi primer objetivo era quedarme en el primer equipo y ya lo logré. Luego empecé a creer un poco más y soñar más en grande y me propuse jugar un partido en San Mamés, que también lo he cumplido, contra el Barcelona. Ahora solo me queda ganar títulos con el Athletic, la liga la vemos muy complicada por eso estamos yendo a muerte en la Copa.

¿No tiene la sensación de que todo lo que está viviendo está sucediendo demasiado rápido?

-Sí. A mí me gusta que todo vaya de menos a más. Más que miedo da respeto. Esa inseguridad que te da el que hayas dado el punto máximo o un partido que no demuestres tu mejor versión y que empiecen a no confiar en ti. Las lesiones también me dan respeto.