Bilbao - No desprende el Athletic muy buenas sensaciones en las últimas semanas. El nuevo año, pese a su continuidad en Copa, competición en la que le espera el Barcelona este jueves con el pase a las semifinales en juego, se le está atragantando al conjunto rojiblanco, con mención especial a la liga, donde no gana desde el 1 de diciembre y únicamente ha sumado cinco de los últimos 21 puntos en juego. Los buenos ratos de fútbol que sí tuvo el equipo frente al Celta o el Espanyol, partidos que con algo más de acierto en la portería rival debió solventar sin excesivos apuros, son un claro ejemplo de que el Athletic ha perdido su esencia, el toque diferencial que durante algunas jornadas le permitió ser el equipo menos goleado de Primera y de las cinco grandes ligas europeas. Ahora, los bilbainos son el tercer equipo que menos tantos recibe del campeonato (17), superados solo por Real Madrid (13) y Atlético (15), pero a pesar del mérito que esto supone, han aflorado desajustes defensivos en muchos de los últimos partidos que no pueden pasarse por alto.

El Athletic es víctima de su irregular andadura, un hecho que le impide ocupar posiciones más elevadas en la clasificación y que tras la disputa de las 23 primeras jornadas le sitúa noveno en la tabla a cinco puntos de los puestos europeos. El equipo sobrevivió en la zona noble gracias a la anomalía que supuso mantener la puerta a cero en diez de los primeros diecinueve encuentros del curso, los disputados hasta final de año y de los que dieciocho fueron de liga y solo uno de Copa, el que le midió al Intercity de Tercera División, con resultado de 0-3 favorable a los vizcainos.

La contundencia defensiva, las escasas ocasiones de gol generadas por los rivales y las intervenciones de Unai Simón cuando no quedó más remedio se pusieron en valor como el arma principal de este Athletic, un equipo difícil de batir. Rocoso. El buen trabajo colectivo en labores defensivas ocultó durante una buena parte de la temporada las carencias ofensivas del equipo, aunque sus últimos resultados en liga, siete partidos sin ganar, y las eliminatorias de Copa ante Elche y Tenerife han puesto también el foco en los errores defensivos.

Sin ir más lejos, el Athletic solo ha dejado su portería a cero en uno de los siete partidos disputados en 2020, siendo este el que le enfrentó al Sestao River en la segunda ronda de Copa (0-4). El dato se ajusta más a la lógica de un equipo de media tabla, si bien en esos seis partidos el Athletic se ha visto las caras con dos conjuntos de la zona baja: Celta y Espanyol (1-1 ante ambos), que eran décimo séptimo y colista, respectivamente, antes de medirse a los leones; a dos que sí le superan en la clasificación como el Sevilla (1-1) y el Getafe (0-2); así como a Elche (1-1) y Tenerife (3-3), de Segunda, cuyos suplentes a punto estuvieron de apear al conjunto rojiblanco del torneo del K.O.

Todos ellos lograron algo que equipos de la talla de Barcelona, Real Sociedad y Real Madrid fueron incapaces. Así, en los partidos de la primera vuelta y con fecha de 31 de diciembre, la tropa de Garitano presentaba una cartilla casi inmaculada en defensa. Hasta el punto de que en los diecinueve encuentros disputados hasta final de año únicamente había encajado doce goles, lo que supone una media de 0,63 tantos por partido. Una cifra que ha aumentado con la llegada de 2020, con nueve goles recibidos en siete partidos, lo que supone encajar 1,29 tantos por encuentro.

No puede obviarse que cuatro de esos nueve goles llegaron en Copa, competición que se ha disputado a único partido, con los condicionantes que ello supone, aunque en ambas eliminatorias el Athletic se vio las caras ante conjuntos de LaLiga SmartBank. Es cierto que el choque frente al Tenerife quedó condicionado por la tempranera expulsión de Iago Herrerín, pero todos los tantos de los ilicitanos fueron regalos del Athletic. También los del Getafe del pasado domingo, con Damián disfrazado de Messi ante la pasividad de la zaga en el primer gol, y un nuevo penalti, el segundo cometido por Iñigo Lekue en otros tantos encuentros.

La visita de pasado mañana del Barcelona a San Mamés con el pase a las semifinales de la Copa en juego, obligará al equipo de Garitano a recuperar la esencia perdida en las últimas semanas. La misma de la que presumió durante muchas jornadas. Evitar que el conjunto azulgrana se tope con facilidades en ataque, donde asoman jugadores como Messi o Griezmann, se antojará vital para que el Athletic elimine al Barça y sueñe con regresar a una nueva final.