bilbao - Tres minutos en la primera mitad y cuatro en la segunda. Ese es el tiempo que necesitó Estrada Fernández para que sus colegas de la sala del VAR le sacaran de dudas y solventaran los problemas en los que se había metido al inventarse un penalti en el primer tiempo y dar por válido un tanto de Isak, que remató en fuera de juego. Las imágenes de televisión dejaron muy pocas dudas, de ahí que no se entienda el porqué de la tardanza del colegiado catalán.

Por fortuna para los intereses del Athletic, existe el VAR, ese que no hizo acto de presencia el pasado sábado ante el Getafe, pero que ayer puso las cosas en su sitio y evitó que en primer lugar, la Real Sociedad tuviera una clara oportunidad de igualar el encuentro desde los once metros y que ya con 2-0 y más de 20 minutos por disputarse, acortara distancias en el marcador y obligara al conjunto rojiblanco a una dosis extra de esfuerzo en la recta final del choque para mantener la buena renta que había obtenido merced a un grandísimo encuentro en el primer derbi vasco de la temporada en San Mamés.