bilbao - Unai Núñez (Portugalete, 30 de enero de 1997) emerge como uno de los nombres propios de la actualidad del Athletic. El central fue uno de los jugadores más destacados en la brillante victoria del colectivo rojiblanco en el arranque de LaLiga Santander ante el mismísimo Barça el pasado viernes y su aportación fue decisiva para explicar el éxito del equipo que dirige Gaizka Garitano. El portugalujo se convirtió en todo un muro imposible de derribar para los delanteros culés y su sociedad con Yeray Álvarez funcionó prácticamente a la perfección, pero no por ello Unai Núñez es uno de los intocables del técnico. Su rol en el grupo queda como el tercer central, por detrás de Yeray y de Iñigo Martínez, y, desde la llegada de Garitano, solo ha sido titular cuando se han ausentados uno de sus dos compañeros de zaga, ya sea por sanción o por sanción. El viernes fue el caso de Iñigo Martínez, que no pudo alistarse ante el campeón de liga por molestias físicas, aunque en caso de recuperarse para el duelo de este sábado en el Coliseum Alfonso Pérez supondría el regreso al banquillo del jarrillero, cuya situación se convierte en un problema que toca gestionar con buen tino.

El partido ante el Barça generó todo un subidón en la familia athleticzale y en el propio Unai Núñez, que ratificó frente al conjunto de Ernesto Valverde su calidad como central y que es todo un valor seguro, como así lo retrató en el pasado Europeo sub’21, en el que fue clave para la conquista del título de la selección española de Luis de la Fuente. El jarrillero, una de las herencias de la etapa de Kuko Ziganda en el banquillo de los leones, no desea vivir un curso como el pasado, en el que solo participó en doce partidos, únicamente en uno de ellos como suplente, y en los que ejerció como parche ante las bajas puntuales de Iñigo Martínez y Yeray, que son los dos centrales prioritarios para Garitano, que reconoce tener un bendito problema con semejante competencia de altísimo nivel en una demarcación clave para que funcione su idea, como así fue en esta jornada inaugural de liga.

Lo cierto es que el caso Unai Núñez, el rojiblanco que más minutos recorrió (2.942) en la campaña de su debut (2017-18), tiene su miga. Es un futbolista cotizado e incluso es un caramelo en el mercado internacional debido a su asequible cláusula, que se eleva a los 30 millones de euros. La Junta Directiva presidida por Aitor Elizegi lo asume y ya se ha movido en su deseo de renovar el vigente contrato del portugalujo, que expira el 30 de junio de 2023. Sin embargo, la negociación se encontraría en stand by. El propio futbolista conoce las prioridades de Garitano y para él no es cómodo continuar en la misma situación, más cuando el club ha apostado también fuerte por Yeray, renovado hasta 2026. Su anhelo es seguir en el Athletic. No se plantea una cosa diferente, pero la ley del fútbol es tiránica. Quiere jugar y no lo tiene asegurado en el conjunto rojiblanco, razones que argumenten una posible incertidumbre sobre su futuro a medio plazo.

El Athletic sumó frente al Barça los tres primeros puntos y el sábado afronta su primer desplazamiento para medirse al Getafe, el equipo ante el que debutó como león Unai Núñez dos años atrás. Ha llovido mucho desde entonces y el central jarrillero, que ha superado los 50 partidos como rojiblanco, desconoce si volverá a comparecer en el Coliseum Alfonso Pérez en el once inicial de Garitano, que está a expensas de la evolución de la lesión de Iñigo Martínez y que impidió al de Ondarroa jugar el pasado viernes.