lezama - El día 30 de este mes se cumplirán diez años del debut de Iker Muniain (Iruñea, 19-XII-1992) como león. Una década en rojo y blanco y unas cuantas temporadas más desde su llegada a Lezama, que se produjo en el verano de 2005, cuando aún jugaba en categoría infantil. A las puertas de arrancar su undécima temporada en el primer equipo, cuyas puertas le abrió Joaquín Caparrós en una noche Europea en el viejo San Mamés, su vida poco o nada tiene que ver con la de aquel joven imberbe de 16 años que irrumpió en La Catedral en la segunda parte de la cita frente al Young Boys suizo. Diez años después luce anillo de casado y es padre orgulloso de dos hijos: Iker y Claudia. En el apartado deportivo no le ha ido mucho peor que en su vida personal: lleva tatuado en su pierna derecha el trofeo de la Supercopa, el único título que ha conquistado con el Athletic, y tras superar dos roturas de ligamento cruzado en sus rodillas, disfruta del fútbol sin aparentes problemas, siendo uno de los faros ofensivos del equipo. Un grupo de futbolistas a los que capitanea desde el pasado jueves después de que Markel Susaeta y Ander Iturraspe, primer y segundo capitán el curso pasado, no continúen en el equipo. Desde su nuevo rol, con la cautela que aconseja la experiencia, Muniain avanzó que el objetivo de cara al curso entrante pasa por el día a día.

“Los objetivos son a corto plazo, prepararnos de la mejor manera posible. Hacer una pretemporada muy completa, que será la base de lo que vayamos consiguiendo a lo largo de la temporada. Prepararnos bien para estar cuanto más arriba mejor. Somos el Athletic y tenemos esa ambición de competir y de ganar siempre, pero el primer objetivo es hacer una buena preparación”, expuso el navarro.

Sus palabras pudieron chocar con el tradicional mensaje que por estas fechas se lanza desde el interior de la caseta, aunque Muniain explicó los motivos de la siguiente manera: “No ha cambiado nada. La ambición y el hambre de estar arriba siguen intactas. Los años y la experiencia te hacen ser más cauto. Es lógico que todo el mundo quiera conseguir cosas bonitas, la afición espera eso de nosotros. Nosotros estamos aquí para ganar, para competir, hacer bien las cosas e ilusionarles a ellos. Que es lo que a uno le satisface, que las cosas salgan bien y que todo el mundo disfrute”.

En este sentido, el atacante no pudo ocultar que el pésimo comienzo de la temporada pasada, en el que le vieron “las orejas al lobo”, también influye en sus declaraciones. “Puede ser. El año pasado no es difícil de olvidar por los malos momentos que pasamos no solo los jugadores, toda la masa social que rodea al Athletic. Por eso vamos a tener tranquilidad, pero que no quepa la menor duda de que vamos a ir desde el primer partido a por todas”.

En otro orden de cosas, al ser cuestionado por lo que supone para él portar el brazalete de capitán, Muniain aseguró que “ser capitán del Athletic conlleva una responsabilidad máxima”, aunque bromeó con que en todos estos años ha tenido buenos maestros: “He tenido la suerte de tener grandes compañeros y capitanes de los que he aprendido. Espero representar al equipo y al club de la mejor manera posible”. En este sentido, dijo verse “muy bien”, “muy preparado” para el reto que le aguarda. “Estos últimos años ya he sido el tercer o cuarto capitán, he visto de cerca cómo se preparan las cosas, cuándo hay que tomar la palabra, llevar el peso del vestuario... He tenido grandes maestros para aprender lo máximo posible y llevarlo de la mejor manera”. Eso sí, no se mojó y evitó dar nombre alguno sobre el que él considera el mejor capitán. “Sería una falta de respeto tener que elegir a uno”, bromeó.

Por último, quiso poner en valor a los jóvenes valores de la cantera que han dado el salto al primer equipo este verano. “Los mejores para este club siempre son los de casa. Es de lo que se nutre el primer equipo, lo que lleva sosteniendo a este grandísimo club y no hay mejor noticia que sigan saliendo año tras año jugadores con virtudes. Hay motivos para ilusionarse”. Palabra de capitán.