abadiño - En la primera entrevista que concede tras conocerse su adiós del club, quien figura entre los grandes talentos salidos de Lezama analiza el proceso que le condujo desde la cumbre a pasar inadvertido el último año. Repasa etapas y factores, vuelca sensaciones y expresa el deseo de volver a disfrutar con el balón.

La decisión del club de prescindir de usted no es algo que le haya sorprendido.

-No, en absoluto. Me pareció algo natural.

¿Desde cuándo era consciente de que dejaría de pertenecer al Athletic?

-Desde hace tiempo. Y desde luego, este año estaba seguro de que así sería.

Sin embargo, la temporada anterior, con Ziganda, estuvo entre los once que más jugaron y venía un nuevo entrenador con el que podía haber seguido en esa línea.

-Sí, mientras estuve disponible, sin lesiones, con Ziganda jugué casi siempre y claro que tenía la esperanza de seguir haciéndolo con Berizzo. De hecho, en verano me dijo que contaba conmigo.

Pues apenas lo demostró.

-Ya, pero me dijo que me veía bien. De todas formas, aunque casi no me puso, en mi cabeza estaba ya la idea de que acababa contrato ahora en junio.

O sea, que se veía fuera del club incluso si hubiera jugado con asiduidad.

-Sí, aunque hubiera jugado.

¿Por qué?

-Llevo aquí muchos años, ha sido una etapa bonita de vivir. He estado más tiempo en el primer equipo del que pensaba al principio y la cabeza y las sensaciones me decían que este era el último año. Agradecido y punto.

Y ya está.

-Era el momento de cambiar.

Se entiende mal que un futbolista que alcanzó su rendimiento haya tenido luego un papel con una relevancia bastante inferior.

-Está claro que el nivel que llegué a dar en ciertos momentos fue muy alto. Luego, cuando no estaba así parecía, o había quien pensaba, que estaba haciendo las cosas mal. Creo que también en los últimos años he jugado buenos partidos, pero sin aquella continuidad.

Pero aquella etapa brillante no fue fruto de la casualidad o un golpe de suerte, llamó la atención por su capacidad para dirigir el equipo.

-Siempre digo que desde que estoy en el primer equipo la trayectoria ha sido la mejor que se recuerda. El nivel del grupo ha sido buenísimo y yo hasta este año he estado metido en la rueda, jugando o estando en la convocatoria. Pero parece que cuando no eres titular es porque no andas bien y eso tampoco es así, no se deberían sacar conclusiones tan extremistas. Yo me he dedicado siempre a intentar aportar en mi rol y eso no es algo fácil de conseguir porque repito que antes de nada hay que darse cuenta de que en el Athletic hay un potencial muy alto, gente con mucho nivel para estar en el equipo.

Ya, sin embargo antes ha mencionado el altísimo nivel que ofreció y está la valoración que de usted hacen sus compañeros, que es excelente, en la línea de la realizada por Mikel Rico recientemente.

-No sé qué contestar a eso. Prefiero no hacer mucho caso a las opiniones porque habrá otras que digan algo diferente o lo contrario. Me centro en hacer lo mío.

Aparte de abonarse a la modestia, la forma en que ha ido perdiendo presencia o peso en el equipo sigue siendo un misterio porque cualquiera no tiene las condiciones para jugar como usted lo ha hecho.

-Bien, es verdad que logré dar un gran nivel, pero no he tenido continuidad y ya está, no hay más historia. Y la culpa no la tiene nadie. Ha sido así. Tengo 30 años y mucho fútbol por delante.

Culpa, dice, una parte al menos le corresponderá a usted. Hay quien sostiene que su cuota de responsabilidad en el declive obedece a su particular forma de ser.

-Sí, se han dicho muchas cosas sobre mi persona, que si soy especial, que si? Cada cuál sabe cómo es. Yo soy como soy y pienso que no he perjudicado a nadie, tengo la conciencia tranquila.

Se le ha tachado de indolente, de pasota, de conformista... En fin.

-Hablar de los demás es fácil y además es gratis, no tiene consecuencias.

Cierto es que el jugador que transmite frialdad no suele tenerlo sencillo en el Athletic, existen unos cuantos precedentes.

-Soy frío. Ninguna forma de ser es negativa. Jugar a mi manera es lo que me ha permitido ir subiendo todos los peldaños en Lezama hasta llegar al primer equipo y hacerlo bien en Primera. Entonces, ¿qué problema hay con mi forma de ser?

Se ha llegado a asociar que siendo un niño prefiriese regresar a su pueblo para jugar con los amigos con una supuesta falta de actitud en estos años.

-Mira, la gente que piensa cosas como esa es la que realmente tiene un problema, yo no. ¿Qué le pasa a esa gente para decir cosas así?

Ahora se lo toma con filosofía, pero en otros tiempos esa presión no habrá sido tan llevadera.

-He tratado de llevarlo con tranquilidad. Cuando he jugado muy bien era el mismo que cuando no me salía así. Quien me conoce ya sabe cómo soy.

Le han mirado con lupa y se le ha perdonado muy poco, pero no es el único que ha pasado por eso. Junto a usted se ha despedido Susaeta, al que durante años y años tampoco se le ha transmitido mucho cariño precisamente.

-Sí y es curioso porque los dos entramos con 10 años de edad en Lezama. La trayectoria de Susaeta es mejor que la mía y que se haya puesto en duda su valía o se le haya cuestionado me parece una vergüenza. Es un 10 como persona, como futbolista y como capitán. Es alguien que tuvo la oportunidad de salir del Athletic y aquí ha estado.

¿Usted tuvo esa opción de salir?

-Nunca he querido ni preguntar por esa posibilidad. Quiero decir que no he dado ni un paso para estar en esa situación de ir a otro equipo, pero cualquiera que entienda de fútbol sabría que si no me he movido del Athletic tal y como llegué a rendir no es porque me hubiesen faltado destinos interesantes.

O sea, que tenía claro que su sitio era el Athletic.

-Sí, clarísimo, igual que ahora sé que no.

La veteranía es un valor menos apreciado hoy incluso en un club como el Athletic, con gente formada en su seno y con un gran recorrido. ¿Está de acuerdo?

-La gente quiere ver cosas nuevas constantemente y también jugadores nuevos. La sociedad actual funciona así en todos los ámbitos. No es algo que pase solamente en el Athletic, aunque en el Athletic debería ser distinto.

El día que concertamos esta entrevista dijo que se encontraba tranquilo, pero que lo había pasado realmente mal.

-Esta temporada ha sido más tranquila si quitamos el momento de la destitución de Berizzo, que es la única que he conocido en el Athletic, y los apuros en la clasificación, pero la temporada anterior fue muy dura. Aunque veíamos que había un equipo bonito, las cosas no acabaron de salir y lógicamente te sientes responsable de ello.

No me refería a sus sensaciones como integrante de la plantilla, sino por su problemática personal.

-Hombre, pues personalmente han sido dos años más difíciles de lo normal.

En particular el curso recién terminado, donde sus estadísticas son las peores con diferencia, casi ni ha jugado.

-Se me ha hecho muy difícil y también por eso mismo sabía lo que iba a hacer.

Se rumoreó incluso que iba a colgar las botas, pero ha dejado caer que está deseando volver a sentirse bien en el campo.

-Así es.

Sería una forma de responder a sus detractores o a quienes perdieron la fe en usted.

-No pienso en eso. Quiero jugar por mí, no por la gente, no por lo que diga nadie. Un jugador cuando mejor se siente es estando a su nivel. Tengo ese reto.

Ha pensado que acaso le cueste llegar a un alto rendimiento tras varios años sin hacerlo con regularidad.

-Fácil no hay nada, pero lo voy a intentar, tengo esa ilusión. Aquí lo he intentado, pero como he dicho antes el potencial de la plantilla es muy alto y eso se debe valorar. Y hay algo muy claro: cuando no juegas de seguido es muy complicado dar un buen rendimiento.

Los entrenadores le habrán explicado los motivos por los que no jugaba.

-Nunca he pedido una explicación, tampoco lo hice cuando jugaba siempre. Supongo que el entrenador pone a los que cree que son mejores para el equipo.

Estos días se sentirá raro, ha salido del Athletic y no va a volver a la que ha sido su casa durante dos tercios de su vida.

-Todavía no soy consciente del todo, a lo mejor porque no ha empezado la pretemporada y no he tenido que coger el coche para ir a Lezama o a San Mamés. Cuando lleguen esas situaciones, entonces se me hará muy raro.

¿De ánimo, cómo se siente?

-Como tenía muy claro que esto iba a llegar? Siento pena, pero a la vez tengo muchas ganas de empezar en otro sitio.

¿Ha recibido ofertas, muchas, pocas, tiene una idea sobre un destino concreto o??

-Ya se verá dónde voy. Estoy abierto. Ofertas, sí he tenido, ha habido algunas en estos meses.

¿Produce vértigo el hecho de tener que salir del Athletic?

-No tengo ningún miedo. Lo que sí tengo es curiosidad por lo que vendrá y siento cierto alivio. Siempre he tenido la idea de jugar aquí y de acabar aquí, pero hace tiempo comprendí que no iba a poder ser.

No tiene mala edad y en los últimos años tampoco se ha desgastado demasiado.

-En los últimos años creo que he ganado años. Lo que sí tengo son ganas, ganas de disfrutar jugando al fútbol, es algo que he podido hacer en el Athletic y quiero recuperar esa sensación. No sé si dentro de dos años diré que hasta aquí, o si eso será dentro de cuatro o de seis años. No será hasta que diga el cuerpo, sino hasta que diga la cabeza. Por supuesto estoy hablando de jugar en un fútbol competitivo.

Nada de retiros dorados o campeonatos exóticos.

-Eso es.

¿Con qué temporada se queda?

-Con la primera con Valverde, en la que llegamos a la Champions.

¿Fue mejor que la primera con Bielsa?

-Sí, mejor que con Bielsa. Con él era más irregular y con Valverde jugué muy bien.

Era muy joven cuando Bielsa le encomendó una función muy exigente al ponerle de medio centro único.

-Con Bielsa tanto los centrales como yo estábamos más expuestos. Viendo al Ajax el otro día luego comenté con De Marcos que se parecía bastante a aquel Athletic, me lo recordó.

¿Qué le dijo Bielsa cuando le ubicó como eje del equipo?

-Él vio que Javi Martínez tenía unas condiciones físicas para ser central, por potencia, fuerza, velocidad, y pensó que yo podría dar esa pausa en la media. No recuerdo qué me dijo. Diría: “Ponte ahí”, y ya está. Lo pasamos muy bien. Todo era nuevo con él, éramos muy jóvenes y disfrutamos mucho. Bueno, el segundo año no tanto. Yo, al menos, lo pasé mal porque tuve problemas de pubis desde el comienzo y los arrastré todo el año.

La de medio centro, de cierre, defensivo o como se le quiera llamar, ¿es su demarcación ideal?

-Creo que por cualidades y personalidad encajo bien en ese puesto. Estoy a gusto ayudando, haciendo coberturas, dando salida al juego. Creo que es mi sitio.

Bueno, vamos terminando. Se va del Athletic sin final feliz.

-Sí, el final no ha sido nada bonito. Me apena haber estado aquí toda la vida y salir así, pero no me enfado con nadie. Se ha acabado y no hay más que decir.

Acaba contrato y fin. ¿Se planteó pedir al club una salida en vista de que jugaba menos?

-Se me hacía muy difícil a nivel personal pedirlo y tampoco creo que el club me hubiera dejado marchar antes. Pensaba en acabar el contrato e irme y mientras, tratar de darle la vuelta a mi situación en el equipo. No ha podido ser y ahora espero volver a disfrutar en otra parte igual que lo hice en el Athletic haciendo lo que más me gusta, jugar al fútbol.