bilbao - Gaizka Garitano está mucho más cómodo pisando la hierba que la moqueta de una sala de prensa. No es fácil extraer titulares de sus palabras y acostumbra a despachar las preguntas con cierta parquedad y rapidez, pero no siempre. Por ejemplo, el domingo habló largo y tendido de Aritz Aduriz, dejó bien claro cuál es su deseo, enumeró los porqués y hasta explicó en qué momento se halla la resolución del futuro del delantero. “Estamos intentando convencerle para que siga y creo que lo vamos a conseguir”, soltó y se congratuló de que no estuviese entre los homenajeados en San Mamés.

El club maneja la información, ha pulsado reiteradamente al jugador y en efecto resulta significativo que en el último partido celebrado en casa Aduriz tuviese el mismo papel que el resto de los hombres convocados, salvo precisamente Susaeta. La continuidad del goleador tras una campaña difícil para él a causa de los problemas físicos tiene visos de concretarse en breve. Los responsables deportivos del club quieren que esté disponible un año más pensando en las necesidades del equipo en el ataque. Se trata de un tema este que lleva mucho tiempo siendo analizado en los despachos del Athletic por la sencilla razón de que Aduriz ha superado holgadamente la edad en que se cuelgan las botas en el fútbol de élite y no ha asomado un relevo natural.

Mientras Aduriz ha estado en el dique seco, a consecuencia de un contratiempo registrado en el mes de enero, la demarcación ha sido propiedad de Williams, que ha hecho un bonito número de goles aunque luzca un perfil de delantero muy distinto. Siendo cierto que el Athletic ha superado con bastante holgura una crisis de resultados y mantiene vigente su candidatura a meterse en Europa, así como que lo ha logrado sin la aportación de quien ha sido su líder indiscutible en el campo desde 2012, a lo largo de la temporada la pegada no ha estado entre los fuertes de una plantilla que, en cambio, ha experimentado una franca progresión en la faceta defensiva.

Pretender que a partir del verano Aduriz recobre el gran protagonismo del que ha gozado durante tanto tiempo se antoja ilusorio. No obstante, dosificado y libre de lesiones puede ser una pieza muy útil, por supuesto sin desdeñar su ascendiente en el vestuario. Son los argumentos que justifican el interés expresado sin disimulo por el míster. Y la reflexión al respecto se ha de realizar en su contexto real, pues aparte de la baza de Williams, que le va cogiendo el tranquillo a la misión de funcionar como elemento más avanzado del dibujo, no se acaba de atisbar otra alternativa nítida, un recambio que garantice eficacia de forma inmediata.

De los comentarios de Rafa Alkorta aparecidos en los medios se deduce que en su agenda tenía escrito el nombre de Fernando Llorente, pero la operación genera una conflictividad que en Ibaigane no están por la labor de asumir. La directiva de Aitor Elizegi ya ha estudiado el retorno de un futbolista que no tuvo empacho en dejar el Athletic por la puerta de atrás y en su seno el posicionamiento mayoritario es contrario al fichaje. No se va a abordar, han calculado que el costo social superaría ampliamente al posible beneficio deportivo.

El propio Llorente es muy consciente de lo que se encontraría en Bilbao, su entorno ya ha pulsado el sentir de la calle y su consiguiente reflejo en prensa, y a sus 34 años cumplidos está en condiciones de asegurarse un destino que le permita poner un punto final más amable a su carrera. Tampoco descarta públicamente prolongar su estancia en el Tottenham, máxime con la final de la Champions a la vuelta de la esquina, un torneo que en las últimas rondas le ha permitido sanear parcialmente su menguado prestigio.

las dudas Sin Llorente en el punto de mira, es más lógico aún que el club insista en persuadir a un Aduriz al que, por si acaso, meses atrás le pusieron en bandeja la resolución de su porvenir. Ha albergado serias dudas, en parte alimentadas por el dilatado período que ha precisado para obtener el alta médica y luego recobrar ritmo para ponerse a disposición del entrenador. Dudas razonables en un tipo que gracias a su exagerado espíritu competitivo ha sido capaz de encumbrarse a partir de la treintena, cuando comienza el declive.

La nómina de delanteros se completará con Asier Villalibre, a quien al menos de partida le corresponde ubicarse en un segundo plano. Salta a la vista que el vizcaino ha agradecido recalar de nuevo en el filial marcando una estimable cifra de goles. Necesitaba resarcirse de unas cesiones improductivas que le han retrasado dos cursos y lo ha logrado. El Athletic le ofreció un contrato en marzo y en breve, una vez que el camino ha quedado más despejado, responderá afirmativamente con la esperanza de rentabilizar el aprendizaje acumulado y una edad (22 años) propicia para pelear por minutos en la elite. También a él le favorecerá tener cerca a Aduriz en el día a día.