Falta más de media hora para que arranque el partido entre el Valladolid y el Athletic e Iñigo Martínez, entre algodones a lo largo de toda la semana, salta a calentar. Su nombre figura entre los suplentes del conjunto rojiblanco, pero necesita probarse, ver qué sensaciones tiene por si Gaizka Garitano le necesita a lo largo del encuentro. Corre, toca algo de balón junto al preparador físico Juan Iribarren e instantes después da el OK. Está bien, acto para jugar, aunque deberá aguardar su oportunidad desde el banquillo, un lugar casi inhóspito para el ondarrutarra, acostumbrado a salir siempre de inicio. No se levantó de su asiento ni siquiera para calentar, pues el encuentro se puso desde bien pronto en contra para los intereses rojiblancos, siempre a remolque en un duelo de esos que no hacen afición. Peru Nolaskoain, el futbolista desaparecido, no entró en la convocatoria y como Iñigo Martínez, quedó descartado para convertirse en protagonista del partido.

La tarea de elegirlo es complicada. Mucho. Lo del Athletic, descosido, ofreciendo esa misma imagen gris y apagada de las últimas jornadas, sin apenas capacidad para generar peligro, ni mucho menos fútbol, fue un despropósito. No funcionó nada, salvo las aportaciones de Raúl García e Ibai Gómez cuando entraron al terreno de juego en la segunda mitad. Así las cosas, muchos de los focos se centraron en dos futbolistas que regresaron al equipo tras varias semanas de baja: Dani García y Ander Capa. El primero, al que el propio Garitano dio por perdido para el resto de la temporada cuando cayó lesionado ante el Rayo Vallecano hace tres semanas, volvió para acompañar a Mikel San José en la medular, pero estuvo lejos de su mejor versión. Lo mismo le sucedió al lateral, que ha estado diez días más de baja que su compañero, y que sufrió muchísimo en los 60 minutos que permaneció sobre el césped. Condicionado por una tarjeta amarilla, con Mateu Lahoz al mando, su cambio fue uno de los escasos aciertos que tuvo ayer Garitano.

El análisis del encuentro de ambos, aunque sea demasiado simple, dista poco de la definición de malo. No fue su mejor tarde, las han tenido muchos mejores y es muy probable que pagaran su falta de ritmo. El fútbol no perdona. Una buena muestra de lo incómodo que se sintió Capa sobre el terreno de juego fue que no alcanzó la línea de fondo por primera vez hasta el minuto 33. Demasiados minutos defendiendo para un futbolista que vive de su explosividad y de su capacidad para sorprender en ataque. Ayer, únicamente asomó con peligro en campo rival en dos ocasiones, lo que fue un fiel reflejo de la falta de profundidad del Athletic.

Tampoco se encontró cómodo Dani García. Conocidas son sus virtudes de zafador, su capacidad de sufrimiento y la facilidad para recuperar balones, condiciones de las que apenas pudo presumir ayer salvo en un puñado de acciones. Tampoco con el balón en los pies generó fútbol, tarea que recayó en la figura de Mikel San José, quien tampoco le ayudó en exceso. Así las cosas, ni Capa ni Dani García pudieron acabar satisfechos con su desempeño sobre el terreno de juego. El Athletic apenas asomó hasta los diez últimos minutos del encuentro, cuando era ya demasiado tarde, y deberá seguir remando para entrar en Europa.

A la conclusión del encuentro, en la zona mixta del estadio José Zorilla, el lateral se refirió a la necesidad imperioso del Valladolid de lograr los tres puntos para tratar de explicar lo sucedido a lo largo de los 90 minutos. “Jugábamos contra un rival que se jugaba la vida para no descender y sabíamos que iban a salir con el cuchillo entre los dientes, pero nosotros siempre intentamos salir con la misma intensidad jugando fuera o en casa, lo que pasa es que el rival también juega”, apuntó. Así, reconoció que “en los primeros 25 minutos no cogíamos las segundas jugadas y eso suponía tener que defender una y otra vez, aunque después hemos tenido el dominio del partido y ocasiones, pero no ha querido entrar el balón”.

300 veces Aduriz Cabe destacar que Aritz Aduriz, quien saltó al campo en el minuto 60, precisamente en sustitución de Capa, alcanzó los 300 partidos en liga con el Athletic, en los que ha visto puerta en 119 ocasiones.