bilbao - Se había convertido en un secreto a voces. El runrún transitaba por la calle desde muchas semanas atrás. Ander Iturraspe (Matiena, 8 de marzo de 1989) y Mikel Rico (Arrigorriaga, 4 de noviembre de 1984) asomaban como carne de cañón. Faltaba la oficialidad de sus respectivas salidas del Athletic. Esta llegó a primera hora de la tarde de ayer, después de que los dos protagonistas cumplieran con su jornada de trabajo en las instalaciones de Lezama. El club anunció que los dos jugadores no continuarán en la disciplina de la entidad rojiblanca a partir del próximo 30 de junio, cuando expiran sus contratos, en la que se trata de la primera decisión de calado que toma Rafa Alkorta como director deportivo desde la renovación de Gaizka Garitano, que, se entiende, ha dado el visto bueno a esta medida que supone la despedida de Iturraspe, un chico de la casa, tras consumar once temporadas en el primer equipo y de Rico, que llegó seis años atrás procedente del Granada y sin pasado en las categorías inferiores del Athletic.

La marcha de Iturraspe, el segundo capitán, ofrece su punto emotivo. Se va un futbolista especial, de carácter introvertido y talentoso en el césped. Un futbolista quizá inestable, que no ha llegado a dar todo lo que tenía por razones que solo quedan puertas adentro y hasta incomprendido por parte de la masa social, que le ha perdonado muy poco. El de Matiena, que ha llegado a ser internacional absoluto en dos ocasiones con la selección española de la mano de Vicente del Bosque, no ha dicho nunca una palabra más alta que otra, pese a que quizá haya tenido motivos para ello. Ha aguantado las críticas más feroces y desplantes puntuales de algunos entrenadores, sobre todo en su primera etapa en el primer equipo. Vivió sus tiempos más brillantes en los dos cursos del ejercicio de Marcelo Bielsa y en el primero de Ernesto Valverde, en tanto que en las campañas más recientes, especialmente en la presente en la que únicamente ha comparecido en tres duelos de liga y dos de Copa, ha ido perdiendo presencia en las alineaciones, circunstancia que propicia el cierre de su ciclo en el Athletic, con el que ha disputado 320 encuentros oficiales.

El caso de Mikel Rico presenta otros matices. Recaló en Lezama en el verano de 2013 como una petición expresa de Ernesto Valverde, seducido por su perfil de futbolista estajanovista y que le proporcionaba el equilibrio que quería en la medular. Rico regresó a casa años después de salir del filial del Basconia y sin llegar a ejercer en las categorías inferiores del Athletic, pero consumó su sueño de vestir de rojiblanco tras ganarse las habichuelas en el barro, en las filas del Conquense, Poli Ejido, Huesca y Granada. Futbolista de músculo por encima de la finura, ha cumplido en su función gris y solidaria, como así lo demuestran sus 176 partidos en seis campañas como león, si bien las lesiones le han amargado últimamente, hasta el punto de que en esta liga solo ha podido participar en cuatro encuentros, el último una semana atrás en Butarque frente al Leganés.

Rico presume de sus mejores recuerdos en la etapa de Valverde con mención especial a su primer año, en el que curiosamente hizo muy buenas migas con Iturraspe, con el que formó pareja de forma asidua en una histórica liga 2013-14, la última en la que el Athletic logró el billete a la Champions. El de Arrigorriaga jugó esa campaña 34 partidos de liga, con una tarjeta de cinco goles, cifras muy similares a la de la temporada posterior, en tanto que Iturraspe le ayudó en 33 encuentros, pero su protagonismo empezó a caer en el segundo curso de Valverde, que señaló al de Matiena en determinados choques con sus posteriores presencias en el banquillo e incluso ausencias de las convocatorias. A Iturraspe, sin embargo, se le recordará como una pieza angular para Bielsa, con el que jugó la final de la Europa League en Bucarest, pero que se tuvo que ausentar de la final de Copa en el Calderón pocos días después por culpa de una repentina indisposición que le dejó en cama en la víspera.

a la espera Iturraspe y Rico deberán buscarse a los 30 y 34 años, respectivamente, un nuevo destino a partir del 30 de junio. Los dos tienen cartel. El primero ya maneja opciones, aunque son sondeos que solo han llegado a su fase inicial. Una de sus prioridades en continuar en LaLiga Santander, si bien no será hasta el fina de campaña cuando le pueda llegar algo firme, incluso de alguno de los clubes que asciendan a Primera División, sin descartar la posibilidad de probar en otras ligas europeas. El segundo podría retornar al Huesca, que le abre las puertas de par en par, pese a que el equipo oscense, donde ejerce Xabi Etxeita como cedido del Athletic, tiene pie y medio en LaLiga 1/2/3, categoría que conoce perfectamente Rico, cuya experiencia es un valor que premia al de Arrigorriaga, que ha disputado más de un centenar de partidos en la división de plata.