Bilbao - Por sorpresa. Así anunció ayer el Athletic, horas antes de que el mercado bajara la persiana, su segunda y última incorporación invernal con el objetivo de afrontar en las mejores condiciones posibles el tramo decisivo de la temporada. Después de acometer semanas atrás el fichaje de Ibai Gómez, la junta directiva liderada por Aitor Elizegi dio luz verde a la llegada de Kenan Kodro (Donostia, 19-VIII-1993), delantero procedente del Copenhague e hijo del que fuera ariete de la Real Sociedad, Meho Kodro. El guipuzcoano, que firma hasta 2022 con una cláusula de 80 millones de euros, ha sido el elegido, en una operación que ronda el millón de euros, para fortalecer la parcela ofensiva del equipo dirigido por Gaizka Garitano, que ve así atendidos sus deseos de contar con un punta más en la plantilla. Más aún, si cabe, después del parte médico ofrecido ayer por el Athletic en relación al estado físico de Aritz Aduriz, quien deberá permanecer entre cuatro y cinco semanas más de baja debido al esguince que presenta en su rodilla derecha.

Con el 20 rojiblanco en el dique seco y después de ver desactivada la opción de reclutar a Llorente como consecuencia de la lesión sufrida por Harry Kane en el Tottenham, la comisión deportiva que comanda Rafa Alkorta ha activado la llegada de Kodro, cuya presentación como león está programada para esta misma mañana, a las 11.00 horas, en San Mamés. Está por ver, por tanto, si el donostiarra entra en la convocatoria para el derbi que albergará mañana Anoeta, donde el guipuzcoano no llegó a debutar con el primer equipo de la Real. Formado en las categorías inferiores del club txuri-urdin al completar tres temporadas como jugador del Sanse, Kodro aterriza en San Mamés con la misión de aportar goles a un equipo falto de un delantero centro específico, más allá de la silueta de Aduriz. Las candidaturas a ejercer como referencia ofensiva de Gorka Guruzeta y Asier Villalibre, el segundo en las filas del Bilbao Athletic, no acaban de convencer a corto plazo a Garitano, quien encontrará en Kodro a un delantero de 1,87 metros de altura con el gol entre ceja y ceja.

Sus números, pese a no resultar espectaculares, reflejan su relación con el gol allá donde ha tenido continuidad. Con el Sanse, en Segunda División B, marcó 16 goles en los 76 partidos que jugó entre 2011 y 2014, año en el que fichó por Osasuna para ir de menos a más. En su primer curso como rojillo en Segunda División firmó tres goles en veinte partidos, mientras que en la campaña 2015-16 resultó clave para lograr el ascenso a Primera División tras completar una notable segunda vuelta y acabar la temporada con seis dianas en 24 partidos. Su primera y hasta la fecha única experiencia en la Primera División estatal llegó, así las cosas, en el curso 2016-17, en el que desempeñó un papel secundario ante la férrea competencia que encontró en Sergio León. Cerró la temporada, aun así, con siete goles en 28 partidos, siendo titular en diecisiete de ellos.

EXPERIENCIAS EN EL EXTRANJERO Osasuna, sin embargo, descendió aquel año a Segunda y ahí tocó a su fin la etapa como rojillo de Kodro internacional con Bosnia. El Mainz 05 le convenció para recalar en la Bundesliga alemana tras abonar 1,75 millones de euros al club navarro, pero la aventura, lejos de tornarse productiva, resultó un paso atrás para el donostiarra, que no vio portería en ninguno de los diez partidos de liga que disputó con el cuadro alemán antes de ser cedido, en el mercado invernal de la campaña pasada, al Grasshopper suizo. Allí se reencontró con el gol al sumar siete dianas en catorce envites ligueros, lo que animó de cara a la presente temporada al Copenhague a confiar en sus condiciones. La realidad, sin embargo, volvió a resultar adversa para Kodro, que, con un solo gol en ocho partidos de liga, tras marcar cinco tantos en siete compromisos correspondientes a las previas de la Europa League en verano, se encontraba ansioso por volver a LaLiga.

Él mismo lo confesó el pasado mes de noviembre en una entrevista concedida a Noticias de Gipuzkoa. Cuestionado sobre si soñaba con volver a vestir la camiseta de la Real, Kodro afirmaba que “nunca se sabe... Mi sueño es poder volver a jugar en la liga; a ver si logro marcar goles a lo largo del camino, porque ya sabes cómo funcionan las cosas para nosotros los delanteros”. Cumplido su deseo, su presente y su futuro asoman en Bilbao.