Bilbao - La gran afluencia de público en el partido de Copa femenina del miércoles en San Mamés entre el Athletic y el Atlético de Madrid sobrepasó las previsiones iniciales estimadas por la Junta Directiva de Aitor Elizegi. Los 48.121 espectadores, entre los que hay que diferenciar asistentes por invitaciones, entradas de pago y socios, son números que en el fútbol femenino se escapan hacia niveles europeos e incluso mundiales en lo que se refiere a asistencia a partidos oficiales entre clubes. La respuesta del público vizcaino en peregrinación a La Catedral, en una engorrosa y lluviosa tarde de entre semana, fue masiva, digna de cualquier partido de liga del primer equipo masculino. Sin duda, que hay que analizar estos datos positivos de afluencia como una oportunidad más de seguir subiendo peldaños hacia la equiparación del fútbol femenino. Como un índice de apoyo que debe tener continuidad. El domingo en Lezama, a las 11.30 horas, puede ser una de las primeras oportunidades de continuar apoyando en las gradas al Athletic frente al Rayo Vallecano, esta vez en la Liga Iberdrola. Habría que pensar que lo ocurrido el miércoles no debe ser flor de un día.

Porque lo acontecido en el estadio rojiblanco tuvo su eco en numerosos medios de comunicación europeos e incluso mundiales. El Athletic traspasó fronteras. Medios como L’Equipe, The Washington Post, Clarín, The News Tribune, La Gazetta dello Sport, Dayly Herald, The New York Times y menciones de FIFA, UEFA, entre otros, destacaron la reunión de almas rojiblancas en un acontecimiento que solo en una ocasión más se había producido con mayor número de asistente y resultó ser en un partido de fútbol femenino mexicano. El beneficio de la imagen global ofrecida por el conjunto rojiblanco fue muy grande. La marca Athletic funcionó en un partido de fútbol femenino como cohesionador social y no hay duda que, a largo a plazo, acontecimientos como el del miércoles proporcionarán más sentimiento rojiblanco.

Tampoco hay dudas de que Aitor Elizegi y su Junta Directiva acertaron de pleno en llevar a cabo una de sus principales promesas electorales, que hacían alusión al fútbol femenino. Pero también hay que mejorar la iniciativa porque, según manifestó el máximo mandatario, se espera que este tipo de acontecimientos se sigan dando en esta temporada con el Athletic femenino como protagonista. El presidente rojiblanco también aprovechó para pedir disculpas por lo ocurrido. Y es que para muchos aficionados rojiblancos, que se sintieron maltratados, la organización no estuvo a la altura del evento.

cosas a mejorar El reparto de invitaciones no fue el adecuado y no se controló previamente el número de socios que iban a acudir al campo. Eso propició que socios y gente con entrada, algunos acompañados de niños, se quedaran fuera sin poder acceder al campo. De haberse activado con anterioridad los carnés de los socios podría haberse previsto el número de aficionados que iban acudir por ese medio y así haber habilitado un sistema de reparto de invitaciones mucho más racional. A todo esto hay que añadir la tarde complicada meteorológicamente hablando, junto a los atascos en las entradas de la capital bilbaina, que no ayudaron tampoco; quizás no se pensó que pudieran acudir tantos aficionados como al de un partido de fútbol masculino y resultó ser un pequeño caos, cuya desazón se dejó sentir en las redes sociales. Tampoco ayudó una imagen poco habitual en los accesos, colas kilométricas en las pocas puertas que estaban abiertas en un día lluvioso y con un atestado público de corta edad que empeoraba aún más los problemas existentes en los aledaños. Además, la información alrededor del campo era inexistente. Las puertas se fueron cerrando a medida que se llenaban las gradas y existió falta de coordinación para encauzar a los aficionados a las zonas de menos afluencia que mantenían alguna puerta abierta por donde aún se podía entrar media hora después del comienzo del encuentro. Otra de las quejas de los más damnificados fue la falta de aprovechamiento del anillo VIP, que casi al final se fue abriendo al público, para un día en el que se desbordaron las previsiones por completo. Bien es cierto, excepciones aparte, que todo transcurrió con normalidad. Debido a que el aficionado rojiblanco fue muy paciente. La promoción del partido fue perfecta pero la organización dejó mucho que desear. Soluciones ya citadas u otras de mayor calado como mantener las entradas numeradas o abrir el campo entero también se están estudiando para próximos eventos que se organicen en San Mamés.