bilbao - Defendió la camiseta del Athletic durante once temporadas y casi veinte años después de su retirada volvió al club de Ibaigane como director de la Fundación Athletic. Ritxi Mendiguren repasa para DEIA las claves del Thinking Football Film Festival, una iniciativa que une fútbol y cine para atraer la mirada del espectador hacia los problemas de la sociedad.

¿Con qué objetivos echó a andar el Thinking Football hace cinco años?

-Es cierto que siempre se hacen pequeñas variaciones en los objetivos con el transcurso de los años, pero la idea inicial era hacer reflexionar un poco a nuestra gente sobre el papel que ha tenido el fútbol en el último siglo y que sigue teniendo. Pero siempre con una visión global de lo que es el proyecto de la Fundación Athletic. En este caso es una actividad cultural que acompaña a todas las actividades sociales que tenemos puestas en marcha desde años atrás. En las películas que se proyectan se ve una temática social muy acentuada.

¿Los valores del Athletic se pueden transmitir a través del Thinking Football?

-Sí. En el Thinking Football se tratan muchas historias de vida en las cuales nos podemos ver reflejados. El cine tiene esa característica. Hay muchas películas de ficción, pero otras son historias reales que nos pueden abrir los ojos de situaciones que pueden pasar aquí, en un entorno más cercano. Intentamos aprovecharnos de eso para poder transmitir esos valores de las películas y que son comunes para todos.

¿Cómo ha cambiado el festival en estas cinco ediciones?

-Cinco años parece mucho, pero tampoco son tantas ediciones. No ha habido muchos cambios. Quizá se nota más en cuanto al formato de visión de las películas y los días. Antes se hacía el festival en una semana y ahora se hace en un formato en el que se distribuyen en tres semanas, los lunes y martes. Quizás para facilitar al espectador, porque una semana seguida podía cargarle en exceso y repartido así es más cómodo.

¿Qué hace atractivo el binomio cine y fútbol?

-En un principio en el cine se cuentan muchas historias reales, de vida. Nosotros creemos que un partido de fútbol es también una pequeña historia de 90 minutos. Además, cada caso es diferente. Creemos que en ambos casos se consiguen generar ciertas emociones y sentimientos. Tiene esa fuerza. En el transcurso de una película y de un partido de fútbol uno puede olvidarse un poquito de las preocupaciones diarias. Tanto el cine como el fútbol pueden ser una herramienta para acercar al espectador a los problemas sociales.

¿Cómo se hace la selección de las películas a proyectar?

-En principio hay una búsqueda activa durante todo el año. Pero también hay colaboraciones con otros festivales. Hay una relación continua para poder pasarnos información de qué películas pueden estar. Después hay una elección final interna en la que decidimos sobre la temática. Buscamos que no solo sea una selección de películas sobre fútbol, sino que tenga algo más y que lleve un contenido social.

¿Cómo encajan la invitación de la Fundación Athletic los protagonistas ilustres del mundo del fútbol que acuden al festival?

-La verdad es que tenemos unas experiencias fenomenales con ellos. Se quedan un poco sorprendidos con la novedad del formato y con que un club de fútbol organice un evento así. Puede parecer un poco chocante que el Athletic organice un festival de cine. Lo ven como algo valiosísimo. Ven que este formato podría ser trasladable a otros lugares.

¿Traer exjugadores y protagonistas del mundo del fútbol de todo el planeta sirve para difundir la idiosincrasia del Athletic?

-Sí, siempre. Quizás en este caso no sea lo más primordial. Al final, en ese aspecto, creo que tiene una similitud con el galardón de One Club Man que el Athletic viene dando desde hace dos años. Salimos al mundo siempre buscando un segundo objetivo, el reconocimiento a nuestra filosofía y nuestra diferenciación por parte de esa gente que viene por el premio. Nosotros explicamos en todo momento lo que hacemos y por qué. Hay gente que lo entiende y gente que no. Nosotros estamos integrados en nuestra filosofía y llevamos tantos años con ella que buscamos explicarla de la mejor manera posible para que sea entendible. Creo que muchas veces fuera de aquí se valora más que lo que se hace aquí.

¿Alguna anécdota de algún invitado que haya quedado impresionado en su visita al festival?

-El año pasado vino Osvaldo Ardiles y al ver el festival comentó que cómo no se les había ocurrido hacer algo así en su club, en el Tottenham. Es un formato que podía ser trasladable a muchos clubes y lo veía muy interesante. Hace unos años los representantes de la selección de Samoa Americana fueron felices por tener la camiseta del Athletic en su visita a nuestras instalaciones. Son cosas que nos llegan.

Hay muchas películas sobre jugadores o equipos legendarios, pero también muchas con un trasfondo social que, precisamente, está muy presente en el palmarés del Thinking Football. ¿Es el fútbol una buena herramienta para poner el foco en los problemas de la sociedad?

-Nosotros lo tenemos clarísimo. Es para nosotros una herramienta valiosísima. No vemos en el Athletic solamente un club de fútbol. En el club existe un compromiso social grandísimo. Nuestra sociedad, por nuestra filosofía, es parte importantísima del club. En esta ocasión el fútbol y el cine son fundamentales para esa expansión de ideas, al igual que esos programas que tenemos en marcha para estar con los más necesitados. Es útil para devolver de alguna manera a Bizkaia lo que nos da al Athletic.

Llama la atención que no aparezcan producciones vascas entre las películas participantes. ¿Cómo es que el Athletic no ha inspirado todavía ninguna película?

-Quizás tenemos tantas cosas que contar que no sabemos ni por dónde empezar. Habría que animar a nuestros realizadores. Nosotros lo que intentamos hacer es fomentar la producción con un concurso de cortometrajes para jóvenes en euskera. Con esta iniciativa el festival nos sirve también para impulsar otros temas. En este caso buscamos que la gente de nuestro entorno tenga su oportunidad de plantear proyectos. Es una forma de hacer partícipe a nuestra sociedad. Es una manera de promover a nivel interno que haya películas propias, en euskera y demás.

¿Qué valoración hacen de la afluencia de público al festival?

-En un festival lo que quieres es que la gente vea las películas y esté contenta. A nivel de asistencia hemos ido creciendo en los últimos años. En este éxito hay que recordar el apoyo de mucha gente, de colaboradores como BBK o Euskaltel que permiten que cada vez sea más conocido el festival y vaya aumentando la afluencia de público.

Las películas se proyectan en la Sala BBK. ¿Se plantean la necesidad de un recinto con más aforo?

-No. En principio no nos hemos planteado cambiar de ubicación. Estamos realmente satisfechos con las posibilidades que nos da la Sala BBK. La ubicación es también muy buena.

El ganador de cada edición es elegido por votación popular. ¿Por qué han apostado por esta fórmula frente a un jurado?

-Para darle ese toque y carácter popular al festival. Que haya un jurado encorseta de alguna manera el punto de vista de lo que es el festival. Creemos que esta característica le da fuerza al Thinking Football y parece que el público tiene que entrar. Fue una apuesta de la Fundación y es algo que mantenemos. Sirve para reforzar esa idea del carácter popular. Coincidiendo con la inauguración del festival mañana mismo por la mañana hacemos una convocatoria para 400 escolares de colegios e ikastolas de Bilbao. Son alumnos de segundo de la ESO que acudirán a la proyección en euskera de la película que ganó la edición del año pasado. Narra una historia que es muy interesante que la vean nuestros jóvenes para que mediten sobre otra realidad. El festival no se circunscribe solo al visionado de unas películas y cortometrajes. Buscamos que, en este caso los niños, puedan ver la película y trabajar sobre el tema en sus centros escolares. Que sea una actividad lúdica pero también educativa.

En la página web del festival aparecen como colaboradores otros festivales de cine de fútbol. ¿En qué consiste esa colaboración?

-Más que nada es para ir conociendo las películas que van surgiendo. Hacemos un seguimiento activo, pero se te puede escapar alguna película. Con estos contactos intercambiamos información y experiencias. Siempre están bien las sinergias.

¿Cómo se ha posicionado el Thinking Football en el circuito internacional de festivales del género en estos cinco años?

-Con los años vas cogiendo experiencia. El coger prestigio ayuda, pero no es en principio uno de nuestros objetivos prioritarios. Los objetivos que se quieren cumplir son otros. Nosotros somos muy machacones en la idea de que sirva para otros fines a la Fundación Athletic. Por supuesto que el reconocimiento internacional es importante, lo medimos y lo tenemos en cuenta. Pero buscamos un carácter más propio.

¿Cómo debe crecer y evolucionar el Thinking Football?

-Debe crecer hacia dentro y no buscar un envoltorio excesivamente llamativo o que pueda superar lo que queremos ofrecer. Cuando vas creciendo tienes que tener claro a dónde vas y a dónde quieres llegar. Creo que podemos seguir creciendo de una manera gradual y normal, pero sobre todo asentándonos siempre sin perder la perspectiva de nuestras raíces y de lo que queremos hacer nosotros con el festival. No separarnos de ese camino.