BILBAO
EL 27 de enero de 2008, once días después de hacerlo en Copa frente al Espanyol, Aitor Ramos (11-VI-1985) se estrenaba como león en Liga nada más y nada menos que ante el Barcelona. En pleno rosario de oportunidades de Caparrós a la cantera, al bermeotarra quizás le llegó aquella demasiado pronto. Hoy, en las filas del Laudio, modesto pero aspirante al ascenso a la categoría de bronce, el delantero trata de disfrutar del fútbol guardando aquello en el rincón más grato de su biografía. "Ya pasé página. Fue una experiencia más en mi vida. ¡Quién me iba a decir que iba a debutar en San Mamés! Sirvió para sumar y aprender. Estoy agradecido por haberlo vivido", evoca. El balón le condujo después hasta Écija con Igor Angulo, donde digirió la parte ingrata al "estar cuatro meses sin cobrar. Fue muy duro, justo empezó todo el lío de lo que ahora pasa en Segunda B. Lo pasé mal pero hoy es el día en que me río". En resumen, "que me quiten lo bailao".
En las filas del equipo de Ellakuri, que mañana visita La Florida a las 11.30 horas para rendir cuentas ante un rival directo que ostenta los mismos puntos (45) en la clasificación; Ramos contribuye con sus goles -siete en la presente temporada- a que la escuadra que dirige el getxotarra Ramón Castelo se asiente en la zona de privilegio. "Estamos cada vez mejor. Nos costó arrancar pero hemos ido creciendo. Está claro que hay clubes que por nombre o por plantel, como Barakaldo o Portu, tienen que estar entre los cuatro primeros, pero siempre se dan sorpresas, aunque ni Zalla ni Gernika lo son porque cuentan con muy buenos jugadores. Cultural de Durango y Leioa también pelearán por entrar a este trapo", analiza el punta, que es consciente de la complejidad que entrañará la cita ante los jarrilleros "por la entidad del rival y porque es un campo que su afición llena siempre y les da mucho calor. Pero es de los partidos que gustan jugar".
Los aialeses se caracterizan por ser un bloque "duro en el aspecto defensivo -con 14 tantos, el menos goleado del grupo- y que después arriba dispone de efectivos de calidad y determinantes" como Sergio Francisco, Silas o Yartu. Mimbres que convierten el play-off de ascenso casi en una obligación. "Con los fichajes que se hicieron y la renovación de la mayoría de jugadores, esta campaña la meta sí está puesta ahí", admite el punta, que empezó "muy bien el curso, viendo puerta, hasta que me lesioné. Me ha costado coger de nuevo la forma pero vuelvo a sentirme muy a gusto. No me puedo quejar", dice. De hecho, todo se lo toma Aitor como un capítulo vital. Como aquellos cinco partidos ligueros (ante Barça, Zaragoza, Levante, Villarreal y Valladolid) y dos de Copa (Espanyol y Racing) que dirimió hace cuatro años y que le auguraban un porvenir en la élite. O antes, en aquel amistoso contra el Milan en La Catedral. Ahora, la óptica difiere pero la ilusión puede emerger desde otra esfera. "El fútbol es algo que en estos instantes me lo sigo tomando en serio aunque lo que trato es de disfrutar como si se tratara más de un hobbie, de una afición. Quizá es hora de ir mirando otra serie de cositas aparte para el día de mañana. Ya no es momento de cabrearse tanto por el fútbol". En la caja de los recuerdos guarda la camiseta que se intercambió con Puyol. Si no pudiese presenciar desde la grada la final copera sería buena señal. Significaría que el Laudio pugna por el ascenso con la rúbrica del zarpazo de Ramos.